La mitad de los encarcelados en México está a la espera de sentencia
Solo Filipinas registra mayores índices de impunidad en el sistema de justicia según un estudio de una universidad mexicana
México necesita más jueces y no más policías. Las fallas de la justicia son una de las mayores fuentes de impunidad en el país. Un sistema congestionado, en el que los jueces no dan abasto y dominado por la lógica de “más detenidos, mejores resultados” da como resultado que casi la mitad de la población encarcelada en México (46%) permanezca a la espera de una sentencia que respalde jurídicamente la privación de su libertad. Esta es uno de las principales conclusiones de un estudio realizado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) sobre los índices de impunidad en el mundo y que coloca a México en la posición 58 de los 193 países que integran la ONU.
Los tres grandes termómetros con los que esta universidad privada mexicana ha medido la impunidad son los sistemas de seguridad, justicia y derechos humanos. Siguiendo este esquema, el estudio solo ha podido afinar su diagnóstico en 59 países, que cuentan con estadística suficiente y actualizada al respecto. Dentro de este grupo, México cae a la penúltima posición, solo superado en cotas de impunidad por Filipinas, y seguido de Turquía, Colombia y Rusia.
México dispone de 355 policías por cada 100.000 habitantes, superando el promedio del resto de países
En el otro lado de la balanza, los Estados con un mejor funcionamiento de sus instituciones de justicia son Croacia, Eslovenia, República Checa y Montenegro. La población encarcelada a la espera de una sentencia en estos países se reduce considerablemente hasta bajar del 25%. El informe reconoce los esfuerzos de los últimos gobiernos de México por enmendar la situación. Pero subrayan un error de planteamiento. La estrategia ha estado volcada en aumentar el número de efectivos policiales: México dispone de 355 policías por cada 100.000 habitantes, superando incluso el promedio del resto de países.
“No se necesita invertir cada vez más recursos para aumentar el número de policías, sino en los procesos que garanticen la efectividad de sus acciones”, reza el informe. México cuenta con cuatro jueces por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de la media global (17) y aún más lejos de las cifras de Croacia, el país con el índice más bajo de impunidad, que dispone de 45 jueces por cada 100.000 habitantes.
El sistema de justicia, una de las instituciones peor valoradas del país, lleva años inmerso en un proceso de renovación y mejora. La implantación de audiencias orales ha comenzado ya en algunos Estados y la previsión es que en 2016 llegué a todo el país. En el sistema actual la mayoría de los imputados no son siquiera presentados ante los jueces, que raramente acuden a las audiencias. El proceso se ventila con un escrito de la secretaria judicial que recoge la versión de la Fiscalía y la defensa.
El informe concluye que el problema de la impunidad en México —percibido por la población como una de los 10 problemas más graves del país— es funcional y estructural, por lo que conmina al Gobierno a que actúe con rapidez en la dotación de más recursos para su sistema de justicia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.