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Obama insta otra vez a abrir un debate sobre el acceso fácil a las armas

El presidente recalca que este tipo de asesinatos no suceden en otros países avanzados

Yolanda Monge
Barack Obama.
Barack Obama.JONATHAN ERNST (REUTERS)

Esta vez ha sido en una iglesia negra en el sur de Estados Unidos, lo que evoca tiempos difíciles de la historia racista de este país. Pero antes fue en un colegio, y en una universidad, y en una comunidad de amish… “He hecho declaraciones como estas demasiadas veces”, concedió el presidente, Barack Obama, que comparecía ante la prensa este jueves antes de iniciar viaje rumbo a Los Ángeles. En concreto, Obama ha hecho un discurso como consecuencia de la violencia por las armas, 14 veces en los últimos siete años.

Un frustrado presidente declaró que, a pesar de que todavía no se conocía la fotografía completa de lo que había sucedido, de lo que no había duda es de que alguien había tenido acceso a un arma para cometer “un crimen sin sentido” contra inocentes en el corazón de la historia de los ciudadanos negros de Estados Unidos. “Ahora tenemos que llorar a los muertos y recuperarnos, pero déjenme que sea claro, en algún momento, como país, tendremos que lidiar con el hecho de que este tipo de violencia de masas no sucede en otros países avanzados”.

A la derecha de Obama se encontraba su vicepresidente, Joe Biden, con gesto también antes visto, ese que imprime la batalla nunca ganada dentro de la guerra que es la violencia de las armas. Obama utilizó palabras como “profunda pena” y “justicia” en el mismo discurso en el que habló de que el ataque contra una iglesia de feligreses negros en el sur de Estados Unidos revivía uno de los capítulos más oscuros de la historia norteamericana.

Lo sucedido, dijo el presidente, “es particularmente desolador", ya que se produjo en un "lugar de oración" considerado "sagrado”. "El odio contra razas y religiones representa una amenaza especial para nuestra democracia y nuestros ideales", añadió Obama.

Desde Las Vegas, en una conferencia latina, la aspirante demócrata a suceder a Obama, Hillary Clinton, también aludía a esta última tragedia para reclamar un debate sobre las armas, un tema tan difícil en EE UU que ningún otro candidato presidencial quiso mencionarlo en sus mensajes de solidaridad tras la masacre de Charleston.

“Tenemos que ser honestos y afrontar las verdades difíciles sobre raza, violencia, armas y divisiones en el país”, reclamó Clinton. “¿Cuánta gente inocente en nuestro país, ya sean niños pequeños, feligreses, espectadores en un cine, cuánta gente tenemos que ver morir antes de que actuemos?”, se preguntó en referencia a algunas de las peores masacres de los últimos años. “Esta vez tenemos que encontrar respuestas juntos. Unámonos no solo para hablar, también para actuar”, reclamó.

Con una investigación abierta por el FBI, que ha considerado el ataque en el que han muerto nueve personas un “crimen de odio”, desde la Casa Blanca Obama se remontó años atrás en la historia para recordar la piedra angular que representa la iglesia atacada para el movimiento de los derechos civiles de la comunidad negra de EEUU. En esa misma iglesia habló Martin Luther King y esa misma iglesia sobrevivió a incendios prendidos con la intolerancia de la esclavitud y la segregación.

“Madre Emanuel es más que una iglesia”, dijo Obama. “Es un espacio de oración fundado por afroamericanos que buscaban su libertad. Es una iglesia que fue quemada hasta los cimientos porque sus feligreses lucharon para acabar con la esclavitud”.

Es un símbolo de la libertad de los negros. “Cuando las leyes prohibieron el culto, continuaron en la clandestinidad”, prosiguió el mandatario.”Durante las protestas por los derechos civiles, iniciaron marchas desde las escaleras de esa misma iglesia”, finalizó Obama, que calificó a Madre Emanuel como “un lugar sagrado en la historia de Charleston y en la historia de América”. Dicho esto, Obama se retiró del podio y abandonó la habitación. No hubo preguntas.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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