Kiev y Moscú cruzan acusaciones un año después de la catástrofe del MH17
Un vídeo muestra como supuestos prorrusos comprueban que el avión abatido era civil
Un año después de la catástrofe del vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias, los familiares de las 298 víctimas de diez nacionalidades (196 holandeses) siguen esperando una explicación sobre lo ocurrido. La nave cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur, y fue derribado el pasado 17 de julio al este de Ucrania, cuando el conflicto armado entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos estaba en uno de sus peores momentos. Cerca de 2.000 allegados de los fallecidos holandeses les recordarán este viernes en una ceremonia a puerta cerrada.
La investigación oficial, encabezada por expertos holandeses, dado que el país suma la mayor parte de bajas, estará lista para octubre de 2015. Antes de su publicación, deben añadirse los comentarios de los países afectados, que tienen ya en su poder las conclusiones provisionales. Kiev y Moscú siguen cruzándose acusaciones. Mientras Ucrania sostiene que el avión fue derribado por rebeldes prorrusos, Rusia insiste en que la comunidad internacional tiene demasiados prejuicios sobre la catástrofe y los combatientes del este serán condenados aun sin pruebas concluyentes, salpicando de paso a Moscú con la acusación de que el crimen se cometió con su apoyo logístico, aunque involuntario.
Las revelaciones periodísticas sobre el caso se siguen solapando con una guerra de propaganda en los medios de comunicación y las redes sociales. El aniversario ha coincidido con la aparición de un vídeo difundido por la televisión australiana (país de procedencia de 27 de los fallecidos) News Corp Australia. Muestra el fuselaje todavía caliente y los cadáveres y equipajes esparcidos por el suelo. Supuestamente, los uniformados que aparecen en las imágenes son rebeldes prorrusos y confirman, sorprendidos, que se trata de un avión de pasajeros y no de un caza de las fuerzas aéreas ucranias. Según la televisión holandesa (NOS), una parte de las imágenes es inédita, pero la cadena arroja dudas sobre la autenticidad de la filmación. El canal televisivo recuerda, además, que la BBC ya emitió parte de una grabación similar tres días después de la tragedia.
Tanto Rusia como Ucrania siguen echándose la culpa de lo ocurrido. Para evitar partidismos, Holanda, Malasia —con 29 víctimas— y Austrialia (principales países de procedencia de las víctimas) han solicitado la creación de un tribunal internacional especial para esclarecer los hechos. Parecido al que ya juzga a los presuntos asesinos del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, se disolvería una vez concluido su trabajo. La propuesta no le ha parecido bien al presidente ruso, Vladímir Putin, que lo considera contraproducente. Sobre todo, porque la investigación internacional está todavía en marcha.
En manos del Consejo Holandés para la Seguridad, sus expertos ya excluyeron en septiembre de 2014, apenas dos meses después de lo ocurrido, que el Boeing 777 de Malaysia Airlines hubiera sufrido un fallo técnico, o bien humano. Su informe preliminar indicaba que “la nave estalló en el aire debido probablemente al impacto de varios objetos externos con alta energía que atravesaron el fuselaje a gran velocidad”. El texto no mencionaba la presencia de un misil tierra-aire de la clase Buk como posible causante del derribo del avión, pero el pasado marzo el Consejo hizo un llamamiento internacional en busca de pistas. Mostró para ello unas imágenes donde podía verse el traslado de un misil Buk a bordo de un camión por el este de Ucrania los días 17 y 18 de julio. La filmación iba acompañada de una grabación, efectuada por los servicios secretos de Ucrania, donde se oía a presuntos separatistas rusos hablar de la instalación de un misil antiaéreo al este del país, poco antes del estallido del MH17. De sus palabras se desprende que luego lo sacaron de allí. El Consejo analiza también la seguridad del espacio aéreo ucranio en el momento del estallido.
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