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El primer ministro portugués supera una moción de censura

Costa anuncia la anulación de los despidos de funcionarios de la Seguridad Social

António Costa habla con su ministro de Finanzas, Mário Centeno.
António Costa habla con su ministro de Finanzas, Mário Centeno.RAFAEL MARCHANTE (REUTERS)

Una semana después de haber tomado posesión como jefe del Gobierno de Portugal, António Costa superó la primera moción de censura de la oposición conservadora, que insiste en calificar al Ejecutivo de "ilegítimo" y de pronosticar el hundimiento del país. Los 103 diputados conservadores votaron a favor de la moción y los 121 parlamentarios de la izquierda lo hicieron en contra. El diputado del PAN se abstuvo.

La moción de censura no tenía posibilidad alguna de prosperar ante la mayoría absoluta de los diputados de izquierda, pero la coalición conservadora del PSD-CDS continuó con su estrategia de tensión política en el mismo debate en que Costa presentaba su programa de Gobierno.

Los dos días de debate parlamentario oscilaron entre las promesas de Costa y las críticas al anterior Gobierno conservador. También fue novedoso que los partidos que apoyan al Gobierno socialista, como el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, expusieron sus diferencias con el Partido Socialista y le plantearan exigencias a la vez que le felicitaban.

El líder comunista, Jerónimo de Sousa, por ejemplo, acusó a la oposición conservadora de "alentar una guerrilla política", pero a la vez advirtió a su aliado Costa de que siguen estando en contra del euro y de las reglas sobre el déficit. Su segundo, João Oliveira, le recordó que tenía que reverter la privatización de las aerolíneas de TAP, pues en su discurso Costa nada dijo de este tema.

La presentación parlamentaria del nuevo Gobierno no aclara de dónde saldrán los recursos para pagar el aumento del gasto social

Catarina Martins, líder del Bloco de Esquerda, no se conformó con las buenas palabras de Costa, sino que le exigió plazos concretos para fomentar el empleo y para acabar con los contratos temporales, el 90% de los nuevos puestos laborales. También le recordó que el Bloco insiste en la reestructuración de la deuda (del 130% del PIB) y que están en contra de que el Gobierno ponga más dinero en los bancos Banif y Novo Banco.

Quien fuera viceprimer ministro del anterior Ejecutivo, Pablo Portas, líder del derechista CDS, insistió en la ilegitimidad del nuevo Gobierno. "Costa solo es primer ministro porque el presidente de la República no puede convocar elecciones", dijo.

La crítica más dura de Portas fue dirigida contra el sindicato del Partido Comunista, el CGTP, que en la última legislatura programó 1.073 huelgas en los transportes públicos. Portas acusó al Gobierno de entregar al PC el transporte público, pues Costa va a parar la privatización de su gestión en Oporto y Lisboa. "El CGTP utiliza los transportes públicos para paralizar la economía del país, organizar huelgas en cascadas y convertir la vida de las familias en un infierno. Veremos si este Gobierno está al servicio de Portugal o al servicio del PC", apuntó.

A Costa no le pilla el toro

André Silva, el diputado del PAN (Persona,Animal, Naturaleza), la novedad de la Asamblea de la República preguntó al primer ministro por la supresión de los festejos taurinos en Portugal.

Costa, que ha incluido en su programa de Gobierno varias propuestas del PAN como equiparar a los animales como "personas jurídicas", lidió la faena con su sobrada técnica. "Eso son competencias municipales". En Portugal hay 50 municipios con festejos taurinos -en los que no se mata al animal, salvo un par de excepciones por razones históricas-. "Es una decisión de los municipios autorizar o no los espectáculos taurinos y de otros animales. Son los municipios los que deben decidir, con la democracia local de los referendos, si quieren preservar las tradiciones taurinas donde las tienen y preservar los derechos de los animales allí donde no las hay". Por tanto, no habrá una legislación nacional sobre la tauromaquia, como quería el PAN.

El ex primer ministro, Pedro Passos Coelho (PSD), abundó en las mismas críticas y afirmó que "el PS prefirió liderar un Gobierno con el radicalismo de la extrema izquierda" a apoyar a un Gobierno de centro. Y acusó a Costa de alimentar un "Estado más interventor, más proteccionista y con más poder para el sindicato CGTP".

En estos dos días de debate, los aliados apenas consiguieron arrancar otras promesas que las reiteradamente anunciadas y aprobadas en los acuerdos firmados por separado con PC, Bloco y Los Verdes. Todo lo que no está en esos pactos o carece de un plazo ya fijado deberá ser negociado en comisiones bilaterales. De ahí el difícil papel del nuevo ministro de Finanzas, Mário Centeno, que no pudo ofrecer cifra alguna sobre el presupuesto para 2016.

La única novedad anunciada por Costa llegó a preguntas de un diputado del Bloco sobre los funcionarios públicos. Costa revocará la ley de recalificación de los funcionarios excedentes, que en la práctica implicaba una rebaja salarial y finalmente el despido de cerca de un millar de funcionarios. Quienes trabajan en la Seguridad Social serán readmitidos inmediatamente. Según Costa, son "imprescindibles para el Estado".

En estos dos días de debate se expusieron todas las medidas sociales que implican un aumento del gasto del Estado, pero no se concretó qué ingresos serán necesarios para que no se produzca un incremento del déficit público, al que Costa se ha comprometido. Preguntado por la promesa de cambiar los tramos en que se estructura la declaración de la renta, el ministro de Finanzas afirmó que el Gobierno socialista será "amigo de las familias".

La moción de censura presentada por la oposición conservadora, que ha sido rechazada, es la primera pero previsiblemente no será la última de la legislatura. La coalición PSD-CDS ha insistido en que siempre votará en contra de Costa, a la espera de que el apoyo de PC, Bloco y Verdes al Gobierno socialista no sea tan sólido como lo es para rechazar las iniciativas conservadoras.

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