Le Pen afianza a la ultraderecha como el primer partido de Francia
Las elecciones regionales, las primeras desde los atentados de París, consagran el hundimiento del Partido Socialista del presidente Hollande
Marine Le Pen ha llevado este domingo al Frente Nacional, el partido ultraderechista francés, a las cotas más altas de su historia. La formación ha acaparado en la primera vuelta de las elecciones regionales alrededor del 30% de los sufragios, por encima de Los Republicanos del exjefe del Estado Nicolas Sarkozy y de los socialistas del actual presidente François Hollande. Es un nivel nunca alcanzado hasta ahora por la ultraderecha, que confirma el éxito de la estrategia de la presidenta del partido de “desdiabolizar” a una formación que gana adeptos entre las clases populares.
La hija del fundador del Frente Nacional ha consolidado este domingo al partido ultranacionalista y antiinmigración como el primer partido de Francia. “Lo es largamente”, insistió el vicepresidente de la formación, Florian Philippot, tras conocer los primeros resultados de la primera vuelta de estas elecciones regionales. Marine Le Pen ha logrado para el FN un avance espectacular desde que tomó las riendas en 2011. El electorado ha premiado sin paliativos su estrategia. Lo hizo ya en las europeas de 2014 y repitió triunfo en marzo en las departamentales. Con estas elecciones, apenas tres semanas después de los peores atentados perpetrados en Francia, con 130 muertos, logra una aceleración inédita. Ha sido, además, el partido más votado en primera vuelta en seis de las 13 regiones metropolitanas en liza.
Marine Le Pen tiene al alcance de la mano la presidencia de la región, Norte-Paso de Calais-Picardía. En esta primera vuelta, con el 89% de los votos escrutados, ha obtenido el 41,65% de los sufragios. Exultante por el éxito obtenido, ha sido breve y sobria, sin embargo, en su primera declaración: “El pueblo se ha expresado. Francia vuelve a levantar la cabeza”, ha dicho. Más adelante, ha llamado a todos sus “compatriotas a votarle el domingo próximo” en la segunda vuelta.
Un giro general a la derecha
Los Republicanos, el partido que preside Nicolas Sarkozy, se presenta a estas elecciones de la mano de los centristas. Su discurso, sin embargo, se ha aproximado como nunca al de la extrema derecha. La derechización general es una evidencia. Tras los atentados terroristas del 13 de noviembre, el Partido Socialista ha aplicado medidas excepcionales; algunas de ellas largamente demandadas por el Frente Nacional. Planea introducir otras del mismo calibre.
Laurent Wauquiez, secretario general de Los Republicanos, ha ido, sin embargo, tras los atentados, mucho más allá exigiendo centros de internamiento para las 4.000 personas fichadas en el país por terrorismo. Wauquiez es cabeza de lista en Auvergne Rhône-Alpes, donde ha sido el partido más votado en la primera vuelta.
Más difícil lo tiene otro candidato del centro derecha, Christian Strosi, para batir en Provence - Alpes-Côte d'Azur (PACA) a Marion Marichal-Le Pen. Strosi mantiene un duro discurso antiinmigración y habla de “quintacolumnismo del islamofascismo”, que ha declarado “una tercera guerra mundial a la civilización judeocristiana”. Según este diputado, tener el documento francés de identidad no le convierte automáticamente a uno en francés. La retirada de la lista del PS le puede facilitar la victoria en las segunda vuelta que se celebra el próximo domingo.
Su principal rival en la región, Xavier Bertrand, de Los Republicanos, ha hecho un inmediato llamamiento a la izquierda para unirse a su candidatura y derrotar a Marine Le Pen. “El FN conduciría a la región a la angustia y el declive”, advirtió. El presidente del partido, Nicolas Sarkozy, ha insistido en su posición: Los Republicanos no retirarán ni fusionarán sus listas para la segunda vuelta. Deberán ser los socialistas los que voten a sus candidatos para frenar al Frente Nacional.
El Partido Socialista ha reaccionado anunciando la retirada de sus candidatos en las dos regiones donde el FN ha barrido: Norte Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA), donde Marion Maréchal-Le Pen ha obtenido el 42,87% de los votos (con el 64% escrutado). Así lo ha comunicado el primer secretario del PS Jean-Christophe Cambadélis. El Partido Socialista es, como pronosticaban todos los sondeos, el gran perdedor de estas elecciones. El partido, con sus aliados, gobernaba hasta ahora en 21 de las 22 regiones metropolitanas. Con el nuevo mapa, diseñado el año pasado, apenas conservará dos, quizá tres de las 13 nuevas regiones.
El centroderecha ha obtenido una relativa derrota en estas elecciones, incapaz de capitalizar el hundimiento de los socialistas y de comerle terreno a la ultraderecha. Ha sido el partido más votado en solo cuatro de las 13 regiones en liza. Con una baja participación, Sarkozy ha hecho un llamamiento a la movilización de los electores para intentar frenar al FN en la segunda vuelta. Es previsible que en la segunda vuelta alcance importantes cotas de poder. Su discurso ha tenido, por lo demás, dimensión nacional: “El veredicto de los franceses es claro. Los franceses desean que la prioridad es que la República no recule más, como lo ha hecho durante estos cuatro años”. “Los Republicanos es la única alternativa creíble”, ha añadido el expresidente.
Las elecciones regionales le otorgan al Frente Nacional una plataforma inédita para seguir avanzando en Francia. Las regiones francesas disponen de competencias muy limitadas: en sus manos está la gestión no docente de los liceos, la organización de los transportes públicos, el apoyo a las pymes y las políticas medioambientales. Institucionalmente, sin embargo, es un paso decisivo y sus presupuestos son considerables: el gobierno de Norte-Paso de Calais-Picardía que podría presidir Marine Le Pen maneja 3.300 millones de euros anuales. El ejecutivo de Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA), donde puede ganar Marion Marechal Le Pen, maneja 2.100 millones.
El Frente Nacional dispondrá de año y medio para mostrarse como un partido de gobierno capaz de gestionar instituciones de mayor peso hasta las próximas elecciones presidenciales de mayo de 2017. Además de ser los primeros comicios tras los atentados yihadistas de París, su importancia estriba, justamente, en que son las últimas elecciones antes de la cita de ese año. De ahí que el correctivo que ha sufrido el Partido Socialista esté cargado de simbolismo.
La izquierda puede quedar barrida del mapa de Francia. La razón no está solo en la renovada fuerza de la derecha y la ultraderecha. Los partidos de izquierda han concurrido divididos a estas elecciones, de ahí que incluso una parte del electorado les señale como principales responsables de la irrupción de la ultraderecha.
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