_
_
_
_

Balas, puños y heroína de Málaga a Dublín

Un tiroteo en un hotel irlandés destapa la magnitud de una cruenta lucha de mafias de la droga con un pie en España

Pablo Guimón
La policía retira el cadáver de Byrne del hotel Regency, en Dublín.
La policía retira el cadáver de Byrne del hotel Regency, en Dublín.CLODAGH KILCOYNE (REUTERS)
Más información
Irish drug gangs fighting turf war from Dublin to the Costa del Sol

A las dos de la tarde del pasado viernes, tres hombres armados con fusiles Kalashnikov entraron en el hotel Regency de Dublín haciéndose pasar por agentes de las fuerzas especiales de la policía irlandesa. Los pistoleros abrieron fuego mientras el boxeador Jamie Kavanagh, ataviado solo con un slip azul celeste con el escudo de Supermán, sacaba músculos ante las cámaras. Al día siguiente el joven púgil irlandés se iba a enfrentar al portugués João Bento por el título europeo de los pesos ligeros. La pelea, que no llegó a celebrarse, se había bautizado como “El Choque de los Clanes”. Nunca el nombre de un combate fue tan premonitorio.

El tiroteo fue, según la investigación policial, el último episodio en una guerra abierta entre dos de las bandas criminales más sanguinarias de Europa. Una lucha de gánsteres por controlar el mercado de la heroína, la cocaína y las drogas sintéticas en Irlanda, que se libra entre Dublín y la Costa del Sol española. El tiroteo del Regency, uno más de los dos centenares de asesinatos mafiosos registrados en las calles de Dublín en los últimos 15 años, ha irrumpido en la campaña electoral irlandesa, previa a las generales del próximo 26 de febrero, como una bomba que las autoridades se han mostrado hasta la fecha incapaces de desactivar.

Los testimonios dan cuenta del colosal pánico que se apoderó del lobby del hotel donde esa noche se alojaba también la selección de rubgy de Gales, que el domingo se medía con la de Irlanda en un partido de las Seis Naciones. El objetivo del asalto era David Byrne, un soldado a las órdenes de un capo mafioso dublinés residente en la costa malagueña. Acribillado a tiros, el joven de 32 años se desplomó muerto sobre el mostrador de recepción, según el relato de un testigo. Las balas alcanzaron también a dos amigos de Byrne, que resultaron heridos.

Las cámaras de seguridad situadas a la entrada del hotel captaron a pistoleros enmascarados, con cascos y chalecos antibalas. El ataque a la banda rival se llevó a cabo con técnicas militares. Al menos seis personas participaron en el asalto, incluido un hombre, armado con un revólver, que accedió a la zona disfrazado de mujer con un vestido gris y una peluca de color caoba.

El supuesto asesino de Byrne es un sicario a las órdenes de Gerry Hutch, conocido como El Monje, de quien la policía sospecha que controla el tráfico de drogas en el norte de la capital. En la otra esquina del cuadrilátero de este sangriento choque de los clanes está Christy Kinahan, el capo que, según la policía, maneja las calles del sur de la ciudad desde la Costa del Sol. En el medio, hombres de uno y otro capo que han muerto y matado en una de las más largas guerras de bandas de los bajos fondos de Dublín. Entre las víctimas está Gerard Kavanagh, padre del joven púgil del calzoncillo de Superman, que murió a tiros hace dos años en España.

Policías ante la vivienda donde se produjo el segundo asesinato, el lunes.
Policías ante la vivienda donde se produjo el segundo asesinato, el lunes.CLODAGH KILCOYNE (REUTERS)

La guerra se recrudeció cuando Gary Hutch, sobrino de 34 del capo del norte, fue abatido a tiros junto a la piscina de unos apartamentos de Marbella, en septiembre del año pasado. La policía sospecha que Kinahan ordenó la muerte del joven Hutch, narcotraficante convicto, después de una discusión entre rivales por una importante operación con una banda sudamericana. El Monje, tío de la víctima, juró venganza.

Detrás del tiroteo del hotel Regency, teme la policía, no está solo la tozuda ley del talión. El Monje podría haberse aliado recientemente con una banda de origen escocés, radicada en España, para arrebatar a Kinahan su imperio de la Costa del Sol.

Añadiendo una inesperada vuelta de tuerca a la investigación, la BBC recibió el lunes por la mañana la llamada de un hombre que decía hablar en nombre del IRA Continuidad, y que reivindicó la autoría del ataque para la desordenada facción del grupo terrorista republicano que se niega a dejar la lucha. Según la llamada, el asesinato de Byrne fue por su participación en la muerte hace cuatro años de Alan Ryan, miembro de otra facción disidente del IRA. El supuesto portavoz negó que este fuera un hecho aislado y prometió “más acciones contra narcos y criminales”. La BBC no pudo verificar la identidad del autor de la llamada. Por la noche del mismo lunes, otro supuesto portavoz negaba en un comunicado la implicación del IRA Continuidad. Los investigadores no descartan nada, pero manejan la guerra de bandas como hipótesis principal.

Entretanto, la policía se desplegaba por Dublín para tratar de evitar unas represalias que no tardaron en llegar. A las 19.45 del lunes, cuatro hombres armados irrumpían en una casa del norte de Dublín y mataban a un hombre de cinco disparos. La víctima, según el Irish Independent, era un taxista de unos 50 años llamado Eddie Hutch, hermano de Gerry El Monje Hutch.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_