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El tiro en la cabeza a un agresor palestino herido y desarmado divide a Israel

Inculpado por homicidio el militar que remató a un joven atacante. Miles de personas apoyan al soldado en Tel Aviv

Concentración en apoyo del soldado Elor Azaria en Tel Aviv.Vídeo: BAZ RATNER (REUTERS) / B'TSELEM
Juan Carlos Sanz

El destino del militar de 20 años Elor Azaria, que el pasado 24 de marzo remató de un tiro en la cabeza en Hebrón a un asaltante palestino que yacía en el suelo malherido, fractura a la sociedad de Israel. La justicia militar le acusó formalmente el lunes de homicidio, un delito por el que puede ser condenado a varios años de cárcel, en medio de una intensa polémica pública. Sus familiares reunieron la noche de este martes en Tel Aviv a miles de personas en una concentración de apoyo contra su inculpación y en la que fue aclamado como un héroe. El prestigio de las Fuerzas Armadas de Israel, la institución mejor valorada por los ciudadanos, se enfrenta a la inquietud que suscita el caso entre las familias, que envían a sus hijos e hijas a un largo servicio militar en medio de la ola de violencia más grave en más de una década.

Nadie pone en duda ahora los hechos. Los grabó en vídeo un activista palestino de la ONG israelí B’Tselem frente a un puesto de control del Ejército en el asentamiento judío de Tel Rumeida, en el centro histórico de Hebrón (Cisjordania). Las imágenes muestran que Azaria —que ha alcanzado el grado de sargento durante el servicio militar y es originario de Ramle, en la zona metropolitana de Tel Aviv— dispara en la cabeza al palestino Abdelfatá al Sharif, de 21 años, que poco antes había atacado con un puñal, junto con otro joven de Hebrón, a un soldado israelí que sufrió heridas leves en el pecho. Como ha ocurrido en más de 130 casos desde que comenzó la actual ola de violencia, el pasado octubre, ambos agresores palestinos fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.

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Azaria, un sanitario integrado en una unidad de combate, llegó al lugar más tarde, junto con los refuerzos. A pesar de las graves heridas, Al Sharif todavía estaba vivo. Inmediatamente después, el militar israelí le descerrajó un tiro a corta distancia.

Antes de que el vídeo de B’Tselem comenzara a circular de forma viral en las redes sociales, el Ejército abrió una investigación sobre los hechos. Compañeros de filas de Azaria declararon que este les había dicho: “[Este palestino] Merece morir”, refiriéndose a Al Sharif. En el primer interrogatorio que efectuaron sus superiores no mencionó que temía que el atacante llevase ocultos explosivos bajo su ropa, el principal argumento en el que ha intentado basar ahora su defensa.

“Hice un uso razonable de la fuerza, con un solo disparo para neutralizar la amenaza que percibía”, declaró ante la Policía Militar. Un oficial ya había revisado los cuerpos de los palestinos abatidos en busca de explosivos antes de permitir que otros uniformados se acercasen al lugar.

La fiscalía militar sostiene en su acusación que Azaria actuó por “venganza” y no en “legítima defensa”. “Violó las reglas de enfrentamiento sin justificación mientras Al Sharif, que yacía herido en el suelo, no representaba una amenaza inmediata para el acusado ni para otros militares y civiles”, reza la inculpación.

Los giros de Netanyahu

Conforme a su habitual proceder político, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha ido girando en ese caso en función del viento de sus propios intereses electorales. En un primer momento mostró apoyo claro al ministro de Defensa, Moshe Yaalon, y al jefe del Estado Mayor, general Gadi Eisenkot, partidarios de actuar con firmeza y de forma ejemplarizante para trazar una clara línea roja con este caso para el resto de los soldados israelíes.

Apenas una semana después de los hechos, cuando las encuestas revelaban que el 57% de los ciudadanos estaba en contra del arresto del militar, Netanyahu no vaciló en llamar por teléfono al padre de Azaria para transmitirle un mensaje de ánimo “como padre de un soldado”. Avner, el hijo menor del jefe de Gobierno, se encuentra cumpliendo el servicio militar en la actualidad.

Tras formalizarse la inculpación, Netanyahu volvió a expresar su confianza en la justicia militar “como padre de un soldado y como primer ministro” al afirmar este martes: “Nuestros soldados no son unos asesinos. Actúan contra asesinos. Espero que se halle un equilibrio entre los hechos ocurridos y el contexto general en el que ocurrieron”.

El proceso contra Azaria es el primero abierto por homicidio por la fiscalía militar en más de una década. Un soldado fue condenado a ocho años de cárcel por haber causado la muerte de un activista británico en 2003. Desde entonces se han producido tres intervenciones armadas de Israel en Gaza y otra en Líbano. La mili es arriesgada en el Estado judío.

Secundados por organizaciones nacionalistas, los padres de Azaria encabezaron por la noche una concentración popular de apoyo a su hijo a la que asistieron miles de personas en la plaza de Isaac Rabin de Tel Aviv, donde el primer ministro laborista que da nombre al lugar fue asesinado por un joven extremista judío en 1995 al término de un mitin político. Varios músicos célebres en Israel anunciaron que actuarían en la concentración. Dos de ellos, las estrellas del pop local Ayal Golan y David D’Or, dieron marcha atrás en el último momento para que su presencia no fuera interpretada como una crítica al Ejército.

El líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, expresó su preocupación: “Es una protesta de la extrema derecha que solo busca debilitar los valores de las Fuerzas Armadas”.

“Es un héroe”, “Liberad al soldado”, eran las consignas que coreaban los concentrados. “La nación es consciente, tenemos un pueblo fuerte”, dijo Charlie Azaria, padre del militar. “Rezo para que podamos celebrar juntos la cena de Pascua [que los judíos se disponen a conmemorar]”, añadió su madre, Osrha, quien aseguró haberlo educado “en los valores de la moral y el patriotismo”.

Condenado un israelí por quemar vivo a un joven palestino en 2014

El ciudadano israelí Yosef Haim Ben David fue condenado este martes por el asesinato del adolescente palestino Mohamed Abu Judeir, al que secuestró, apaleó y quemó vivo en Jerusalén en 2014, junto con dos cómplices.

Este suceso, que se produjo tras el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en Cisjordania, desencadenó una oleada de protestas en la comunidad palestina poco antes de la intervención militar de Israel en Gaza. Ben David había alegado enajenación mental para evitar ser condenado, pero los forenses lo rechazaron.

El tribunal dictará la pena que debe cumplir en una próxima sesión. Los dos jóvenes israelíes que participaron con él en el crimen ya fueron sentenciados a cadena perpetua y a 21 años de prisión, respectivamente.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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