El nuevo atentado acentúa la división política en Francia
La derecha y la ultraderecha en Francia piden a Hollande más medidas para combatir el terrorismo. El presidente francés cree que sería "contraproducente"
Las reacciones no han tardado en caer tras el nuevo ataque yihadista de este martes, el quinto en suelo francés en apenas 18 meses. El Gobierno socialista, acusado abiertamente por la oposición de no haber sabido evitar el ataque de Niza del pasado 14 de julio —fiesta nacional—, es de nuevo blanco de los ataques. El presidente de Los Republicanos y probable candidato a las primarias de su partido para las elecciones presidenciales del año que viene, el expresidente Nicolas Sarkozy, no ha tardado en denunciar la falta de “lucidez” del Ejecutivo. La líder del partido de extrema derecha, el Frente Nacional, Marine Le Pen, culpa por su parte tanto a la izquierda como a la derecha por su pasividad.
El Frente Nacional (FN) ha sido, sin sorpresas, el primero en reaccionar tras confirmarse que se trataba de un ataque yihadista. Le Pen apuntó a la “inmensa (…) responsabilidad de todos los que nos gobiernan desde hace 30 años”, a través de su cuenta Twitter. “¡Verlos charlando es indignante!”, añadió la líder. “¿Cuándo tomará el Gobierno las medidas que se imponen para poner fin a décadas de ceguera y de laxismo?”, indicó en un comunicado en el que recuerda que los atentados se han multiplicado en suelo francés. El FN reclama, entre otras medidas, poner fin a la inmigración, vetar la política de acogida de los demandantes de asilo alemana y expulsar a los delincuentes extranjeros del territorio francés.
Tampoco tardó en reaccionar el presidente del principal partido de la oposición, Nicolas Sarkozy, también muy crítico en los últimos días, quien reclama un cambio “profundo” en la política antiterrorista. “Tenemos que actuar sin piedad. Las argucias jurídicas, las precauciones, las excusas a una acción incompleta no son admisibles”, señaló Sarkozy en una corta conferencia de prensa en la que reclamó que se pongan en marcha “las medidas que reclamamos desde hace meses”. Más cauto ha sido el ex primer ministro François Fillon, también candidato a las primarias de Los Republicanos para las elecciones presidenciales de 2017, quien se ha limitado en señalar que “ya no basta con indignarse”.
Aunque el líder conservador no entró en más detalles, es partidario de que los individuos fichados —unos 12.000 lo están en Francia por presunta vinculación con el islamismo radical— estén automáticamente en prisión preventiva o en arresto domiciliario con brazalete electrónico, algo considerado inconstitucional por el Consejo de Estado. Sarkozy también quiere que sea delito el simple hecho de consultar una web yihadista, una medida que muchos defienden en la derecha. La actual legislación, aprobada el pasado mayo, prevé ya este delito siempre y cuando sea una consulta “habitual” que incite “directamente” a perpetrar ataques terroristas.
El presidente francés, François Hollande, rechazó el martes durante una rueda de prensa las llamadas de tanto la derecha como de la extrema derecha para endurecer las leyes contra el terrorismo: "La limitación de nuestras libertades no traería eficacia en la lucha contra el terrorismo", ha dicho.
Anticipándose a esta nueva oleada de ataques, Hollande hizo un llamamiento a la unidad de “todos los franceses” desde el Ayuntamiento de Saint-Etienne-de-Rouvray, donde se ha perpetrado este último atentado. “Lo que quieren los terroristas es dividirnos”, añadió. La unidad nacional que se vivió tras los ataques de enero del año pasado y de noviembre en París había estallado ya tras el ataque de Niza el pasado 14 de julio. Entre acusaciones de laxismo y falta de previsión, el Ejecutivo accedió la semana pasada a ampliar el Estado de excepción, en vigor desde noviembre, en seis meses en vez de tres —hasta finales de enero— como inicialmente planeado. Este permite la detención, registros y asignación forzada de domicilios sin intervención judicial.
El quinto ataque yihadista en suelo francés desde enero de 2015
El atentado de este martes en una iglesia de Normandía eleva a cinco el número de ataques reivindicados por el ISIS en territorio francés, desde el ataque contra la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado judío en enero de 2016 en París. Entonces murieron 17 personas. El más mortífero fue el del pasado 13 de noviembre contra varias terrazas de la capital francesa, una sala de espectáculos y el Estadio de France, el estadio fútbol de Saint-Denis, al norte de París, en el que fallecieron 130 personas.
El pasado 13 de junio un hombre que se reclamaba del ISIS mató a un policía frente a su domicilio de Magnanville, en las afueras de París, y a su esposa, esta vez dentro de su casa, en otro ataque reivindicado por la organización. El último ataque fue el de Niza el pasado 14 de julio, en el que un hombre embistió a la multitud reunida en el paseo marítimo para asistir en familia a los fuegos artificiales por la fiesta nacional. Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el autor de la masacre abatido a continuación por la policía, se llevó por delante la vida de 84 personas, entre las cuales 10 niños.
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