Perú pone en órbita su primer satélite de observación
El PerúSAT-1 tiene una vida útil de 10 años, su principal cometido será monitorear el narcotráfico y la tala y la minería ilegales
Perú ya tiene su propio satélite de observación. El PerúSAT-1, por el que el Gobierno de Ollanta Humala pagó 213 millones de dólares a la firma paneuropea Airbus, está en fase de estabilización en el espacio tras ser lanzado el pasado jueves desde el centro espacial en Kourou, en la Guayana Francesa. La operación espacial fue seguida por especialistas peruanos desde el Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales en Pucusana (sur de Lima). El principal cometido del satélite será monitorear el narcotráfico y la tala y la minería ilegales.
El fabricante del flamante satélite peruano, Airbus, describe el Astrosat 300 como “el más poderoso de observación de la Tierra” de toda América Latina. Recogerá imágenes de elementos que midan más de 70 centímetros gracias a un sistema instrumental óptico de carburo de silicio desarrollado con la tecnología más moderna. También es capaz de identificar objetos que midan menos de un metro.
La compra del PerúSAT-1 formó parte de un polémico acuerdo firmado en 2014 entre los Ejecutivos peruano y francés que incluía el satélite, la construcción del centro de imágenes, y la capacitación de especialistas peruanos en Toulouse (sur de Francia).
Mariano Gonzales, ministro de Defensa en el recién investido Gabinete del presidente Pedro Pablo Kuczynski declaró a finales de agosto en la Comisión de Defensa del Congreso que cuenta con los resultados de una auditoría del proceso previo a la firma del contrato por el satélite, pero pedirá dos más. La noche del lanzamiento, Gonzales declaró que “por un principio básico de transparencia, las adquisiciones de los últimos años deben ser investigadas, pero la nueva herramienta traerá muchas ventajas en el ámbito del desarrollo nacional”.
El Ministerio de Defensa detalló que las imágenes servirán a los sectores de agricultura, vivienda, cultura, ambiente, transportes, economía, interior. Éstas ayudarán a la toma decisiones en varios ámbitos: desde gestión del agua y recursos naturales hasta el monitoreo de sitios arqueológicos y de desastres naturales.
Por su parte, la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (Conida) detalló en la red social Facebook que las aplicaciones civiles del satélite serán la observación de la desforestación de la selva, ríos y su contaminación; la supervisión de yacimientos petrolíferos y minerales e incluso “los movimientos de las placas tectónicas causantes de los sismos en Perú”.
El satélite —que tiene una vida útil de 10 años— operará en una órbita en el sentido de la rotación del sol a una altitud de 695 kilómetros y sus imágenes de alta resolución podrán usarse también para el control de las fronteras, lucha contra el narcotráfico y planeamiento urbano.
“Tras evaluar la buena performance del sistema satelital, será entregado al cliente hacia finales de año. En adelante, los ingenieros peruanos entrenados en Toulouse, con el conocimiento, experiencia y confianza adquiridos, tomarán la posta para operar y mantener de manera independiente el PerúSAT-1”, añade Airbus en un comunicado. El satélite luce el logotipo de la Conida y los mensajes “Kausachun Perú” (¡Viva el Perú!, en quechua) y “aquí van los sueños, el trabajo y el éxito de los peruanos que trabajan y desarrollan la capacidad espacial del Perú”.
La revista científica Nature califica la cámara espacial que lleva el satélite peruano como una de las más nítidas disponibles en el mercado. “Sus pixeles [de resolución] son de unos 70 centímetros en un lado, un poco más grandes que un tablero estándar de ajedrez”, destacó.
Además del PérúSAT, el consorcio europeo Arianespace ha puesto en órbite cuatro microsatélites Skysat para la constelación Terra Bella de Google que se situarán a 500 kilómetros de la tierra para cartografiarla en imágenes en tres dimensiones de alta resolución.
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