Horas de angustia en la Cruz Roja
Los familiares se enfrentan a un mar de confusión en la búsqueda de los heridos en la explosión de Tultepec
El humo lo cubrió todo después de la explosión. Rodrigo Contreras y su madre, Leonor García Rojas, habían terminado de comprar juegos pirotécnicos como cada año en el mercado de San Pablito, en Tultepec, en las afueras de la Ciudad de México. De pronto, se escuchó un estruendo. Contreras la buscó por todas partes, pero la perdió de vista. Entre el pánico y decenas de personas calcinadas, la encontró tendida en el suelo, con el pie fracturado. "Sólo pensaba en rescatarla", relata con lágrimas en los ojos. Lo más difícil vino después del fuego.
Contreras cargó a su madre hasta la carretera, donde había menos humo. "Los primeros auxilios tardaron mucho en llegar, al menos 30 minutos", cuenta indignado. No podía llevarla por sí mismo; su coche había quedado completamente destruido. Los paramédicos transladaron a García a un hospital y después fue llevada en helicóptero. "Me dijeron que iban a dejarla en la Cruz Roja, quise acompañarla, pero me dijeron que tenía que llegar por mis propios medios", comenta.
A partir de ese momento todo fue incertidumbre. Contreras recibió el apoyo de la familia de su esposa y acudió a la sede nacional de la Cruz Roja, en el barrio de Polanco de la capital. Ha esperado más de una hora y media y no ha recibido ninguna información de ella. La lista de los nueve heridos que han recibido atención ahí no incluye el nombre de Leonor García. "Pensábamos que se habían confundido con otra víctima que aparece en la lista con un nombre similar, Erlinda Rojas, pero no es ella... Estamos completamente perdidos", lamenta.
Los familiares de Erlinda Rojas tampoco la han visto. El personal de urgencias les ha dicho que ella y su hijo Miguel Ángel Urban Rojas permanecen internados, pero estables. "Se han atendido a nueve heridos, no presentan complicaciones y recibirán el alta entre hoy y mañana", afirma Isaac Oxenhaut, quien coordina el despliegue para atender a los supervivientes.
"No tengo palabras para describir lo que pasó, había habido otras dos explosiones, pero ninguna como esta", comenta Arturo Solano, yerno de Rojas y comerciante del mercado desde hace 20 años. Solano reconoce que es una profesión de alto riesgo, pero asegura que los vendedores no tienen otra forma de ganarse la vida.
El comerciante señala que el Gobierno lo ha decepcionado por la falta de apoyo antes y después de la tragedia de este martes en Tultepec. Solano y otros familiares de los heridos se reúnen a las afueras del recinto, un representante de las autoridades estatales les ha prometido que asumirán los gastos de la hospitalización. "Somos gente humilde, necesitamos que el Gobierno cubra ese dinero", explica.
Unos metros atrás Contreras se funde en un abrazo con sus acompañantes. "La encontramos". Leonor García está en el hospital Adolfo López Mateos de Toluca, a unos 60 kilómetros de ahí. "No importa todo este sufrimiento, sólo queremos confirmar que ella está bien", zanja su hijo ocho horas después de la tragedia y seis horas después de no saber dónde ni cómo estaba.
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