“Las cuentas no salen” y otras opiniones sobre el plan económico de Donald Trump
Expertos de cuatro prestigiosos think tanks responden tres preguntas clave sobre las líneas maestras de Trumpconomics
La política económica esbozada hasta ahora por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es, como el resto de su ideario, de difícil clasificación. Quiere menos impuestos y más gasto, pero también mantener algunas políticas sociales para los más desfavorecidos manteniendo a raya las cuentas públicas. Promete crear un marco amable para las empresas, pero amenaza con más aranceles si externalizan producción.
¿Pueden las políticas de Trump solventar los problemas que la globalización ha generado sin crear tensiones comerciales?
Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacional): Los problemas de la globalización pueden ser reales, pero se están exagerando y confundiendo con los creados por la tecnología. Nadie puede solucionarlos del todo. Ni siquiera está claro que se puedan solventar sin crear nuevos perdedores que se quejarían. Desde luego, las políticas anunciadas por Trump no ayudarán y pueden comenzar una guerra comercial dañina. Pero es pronto para saber qué hará.
Edward Alden (Council on Foreign Relations): Estoy de acuerdo con el objetivo de incrementar las inversiones en EE UU y las exportaciones. Y también con que se actualicen algunos aspectos en los tratados comerciales que se han quedado anticuados. Pero el método de platea puede ser muy dañino. El mundo tiene una historia muy larga de uso de aranceles como estrategia para elevar la inversión. La política comercial es solo un elemento pequeño para resolver los problemas que plantea.
Barry Bosworth (Brookings Institution): No, países como México (automóviles) y China (tecnología) son partes integrales de las redes de producción de Estados Unidos, y las restricciones al comercio pueden causar disrupciones en esas redes, por ejemplo con el ensamblaje del iPhone en China. Eso resultará costoso para las firmas estadounidenses y no veo que vaya a llevar a más empleo en Estados Unidos.
James Pethokoukis (American Enterprise Institute): Menos comercio y conflictos comerciales no ayudará a los trabajadores que han sido dañados por el comercio. En lugar de intentar revisar los tratados comerciales o convencer a engatusar a las empresas para que mantengan el empleo en casa, los políticos deberían centrarse en preparar a la mano de obra para un futuro que requerirá habilidades más avanzadas y una mayor formación tecnológica. Todo lo demás son distracciones.
Trump propone más gasto militar y en infraestructuras combinado con una rebaja de impuestos generalizad para ciudadanos y empresas. ¿Cómo puede hacerlo sin castigar las cuentas públicas?
Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacional): No puede cumplir sus promesas en materia de gastos e impuestos sin incrementar el déficit presupuestario.
Edward Alden (Council on Foreign Relations): Hay una contradicción de base en su propuesta. Si corta impuestos y eleva el gasto, el resultado es un incremento del déficit público. Sabemos por la experiencia de la administración Reagan, y su equipo admira sus políticas, que el efecto es elevar el valor del dólar, porque alimenta la inflación y eso fuerza a la Fed a subir tipos. O simplemente porque incrementa el desequilibrio en la balanza comercial en lugar de rebajarlo como busca. Trump corre el riesgo de minar su propio objetivo.
Barry Bosworth (Brookings Institution): No puede, pero tanto él como muchos economistas ven los efectos de los estímulos en el corto plazo deseables, pese a un mayor déficit público. En el largo plazo, no estoy seguro de que lo que tiene en mente.
James Pethokoukis (American Enterprise Institute): Tal y como se ha planteado, elevará sin ninguna duda el ratio de deuda pública. Con las actuales políticas, subirá 10 puntos porcentuales en la próxima década y las políticas de Trump pueden añadirle otros 20 puntos. Para complicar más las cosas, dice que no quiere reducir el gasto público proyectados para beneficio de la clase media como el Medicare o la Seguridad Social. Las matemáticas simplemente no funcionan.
¿Es creíble la promesa de Trump de duplicar el ritmo de crecimiento económico de Estados Unidos (es decir, hasta el 4%) a lo largo de sus cuatro años de presidencia?
Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacional): No es imposible, pero caso seguro llevaría a una mayor inflación y no podría mantenerse.
Edward Alden (Council on Foreign Relations): Es loable querer emular el crecimiento de los años 50 y 60. Pero doblar el crecimiento de los últimos 15 años es imposible salvo que se produzca una revolución tecnológica. La expansión está vinculada al crecimiento de la población y de la productividad. Si se mira esos dos indicadores, lo máximo que se puede crecer es un 2%. Se puede con estímulos impulsar temporalmente el crecimiento. Pero el resultado final es la recesión, bien porque dispara los tipos por el alza de la inflación o porque crea burbujas.
Barry Bosworth (Brookings Institution): Menos que eso. La economía no tiene margen para crecer mucho más rápido que ahora sin arriesgarse de forma significativa unos tipos de interés más altos y una mayor inflación.
James Pethokoukis (American Enterprise Institute): Es muy plausible lograr un acelerón del crecimiento, pero los cambios demográficos hacen más difícil que en el pasado lograr un crecimiento rápido. Mantener incluso un ritmo de expansión real del 3% en el largo plazo es difícil, necesitas una buena subida de la productividad. Es posible, pero requerirá una batería más amplia de medidas políticas, más allá de simplemente rebajar impuestos o desregular. Prometer un crecimiento del 4% al año no es realista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Donald Trump
- Déficit comercial
- Dólar
- Toma posesión
- Balanza pagos
- Comercio internacional
- Actos políticos
- Balanza comercial
- Moneda
- Estados Unidos
- Comercio exterior
- Dinero
- Norteamérica
- Déficit público
- Medios de pago
- Finanzas públicas
- Comercio
- América
- Economía
- Política
- Finanzas
- Edición América
- Obama - Trump: relevo en la Casa Blanca