Trump felicita a Erdogan por su victoria en el referéndum y obvia las posibles irregularidades

El presidente estadounidense, Donald Trump, habló este lunes por teléfono con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para “felicitarle por su victoria” en el referéndum de reforma constitucional, según anunció la Casa Blanca. El comunicado no hace mención alguna a las posibles irregularidades en la votación, que aumenta los poderes del mandatario turco.

La posición de la Casa Blanca no solo contrasta con la cautela europea, que ha reclamado contención a Erdogan, sino con la del propio Gobierno estadounidense. Unas horas antes, el Departamento de Estado, había recordado, sin cuestionar el resultado, las preocupaciones de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que alertaron de que la consulta del domingo se desarrolló en un “marco legal inadecuado” que no respeta los estándares del Consejo de Europa.

“Las democracias ganan fuerza a través del respeto de los distintos puntos de vista, especialmente con temas difíciles”, afirmó el portavoz en funciones del Departamento de Estado, Mark Toner, que pidió respeto a los derechos de todos los ciudadanos “sin importar su voto”. “Estados Unidos sigue apoyando el desarrollo democrático de Turquía, siendo esencial el compromiso con la ley y una prensa libre y diversa”, agregó.

En la nota de la Casa Blanca, la única referencia al referéndum se limita a la felicitación de Trump a Erdogan. En sus primeros dos meses como presidente, el republicano ha formulado una política exterior más basada en el pragmatismo que en el idealismo, en la que ha suavizado la tradicional defensa de Washington de respeto de los derechos humanos. Trump obvió la protección de derechos humanos en su reciente reunión con el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, o en el proceso de venta de cazas de combate a Bahréin.

El comunicado señala que Trump y Erdogan también hablaron de la situación en Siria y del bombardeo que lanzó hace dos semanas EE UU contra una base aérea en represalia por el ataque químico contra civiles perpetrado, según Washington, por el régimen de Bachar el Asad. Ambos líderes coincidieron en la importancia de que El Asad rinda cuentas y en la necesidad de cooperar en materia antiterrorista, según la nota, que no entra en detalles.

Ante la presión de EE UU y otros aliados, Turquía ha reforzado en los últimos dos años su contribución a la lucha contra el Estado Islámico en Siria. Pero Washington y Ankara mantienen divergencias sobre el papel de milicias kurdas en el asalto a Raqa, la capital del grupo yihadista en ese país.