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Erdogan da por casi acabada la operación militar en la provincia siria de Idlib

Ankara despliega un nuevo contingente al tiempo que los kurdos movilizan a sus milicianos ante una eventual ofensiva

Natalia Sancha
Vehículos blindados del Ejército turco este martes en el área de Darret Ezza, en la provincia de Alepo cerca de la frontera con Turquía.
Vehículos blindados del Ejército turco este martes en el área de Darret Ezza, en la provincia de Alepo cerca de la frontera con Turquía. OMAR HAJ KADOUR (AFP)

Un nuevo convoy militar de las Fuerzas Armadas turcas (FAT) entró esté martes en la provincia siria de Idlib, colindante con la frontera occidental turca, según informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Se trata del contingente más importante desde que el pasado 9 de octubre las FAT emprendieran el despliegue de sus soldados en el marco del acuerdo tripartito sellado por Ankara, Moscú y Teherán en Astaná (Kazakstán) para reducir los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas del régimen sirio. “La operación en Idlib [provincia del noroeste de Siria] está prácticamente completada. Queda aun por solucionar la cuestión de Afrín [bajo control de las Unidades de Protección del Pueblo kurdas, YPG por su sigla en kurdo] ”, ha dicho este martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan ante sus compañeros de partido en el Parlamento.

Así Erdogan ha dado por casi terminada la operación, que tiene el objetivo de establecer una zona de distensión. Sus efectivos han quedado a cargo de la franja oriental de Idlib, última provincia del país íntegramente bajo control insurrecto. Según la Agencia de noticias turca Andolu, Ankara ha establecido una decena de puestos de observación en la zona acordada, desde los que se vigilará el respeto del alto el fuego. Fuentes militares estiman que, en total, hay cerca de 400 efectivos turcos desplegados en la provincia y más de un centenar de vehículos militares.

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“El convoy militar más importante en términos de vehículos y efectivos entró este martes por el punto fronterizo de Kafrluseen”, ha informado este martes el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos desde su sede en Londres. “Comandantes turcos han entrado previamente por el paso de Atmah y bajo la protección de líderes de Tahrir Al Sham [antigua filial de Al Qaeda e Siria]”, ha añadido la ONG.

La misión turca en Idlib responde a dos objetivos. Por un lado, asegurar y denunciar cualquier violación del alto el fuego. Por otro, hacer de fuerza tampón entre las dos milicias más importantes que se reparten el control de la provincia, Ahrar el Sham y Tahrir al Sham. En esta región viven cerca de dos millones y medio de civiles, muchos de ellos desplazados de las zonas recientemente recuperadas por las tropas regulares sirias. Ahrar el Sham, milicia islamista avalada por Ankara, controla hoy varios pasos fronterizos con Turquía y sus alrededores. Tahrir al Sham, por otra parte, enemistada con la anterior y con un mayor numero de combatientes, se ha hecho con la capital de la provincia homónima.

Lejos de imponer a su aliado Ahrar al Sham como único poder en la región, tal y como vaticinaban los expertos tras los enfrentamietos iniciales, los activistas de Idlib aseguran que el despliegue de las tropas de Erdogan ha sido posible gracias a una vía de negociación mantenida con Tahrir al Sham. Esta inesperada coordinación en el terreno no ha podido sin embargo evitar que en las últimas semanas hayan sido asesinados en Idlib cuatro miembros de la cúpula dirigente de Tahrir al Sham.

“Turquía no tiene interés en liderar una campaña militar contra Tahrir al Sham porque comparte una frontera muy amplia con Siria y corre el riesgo de provocar una nueva avalancha de refugiados hacia su territorio”, valora Nawar Oliver, experto militar del Centro de Estudios Omran de Estambul, en conversación telefónica. “Por supuesto, alejar a los kurdos de su frontera es el objetivo prioritario, y para ello han negociado bajo cuerda con Rusia”, añade.

Posibles enfrentamientos 

Más allá de implementar el acuerdo firmado en Astaná, Erdogan ha admitido públicamente que entre sus prioridades está la de frenar el avance de las fuerzas kurdas —a quienes tilda de grupo terrorista— apostadas en la norteña localidad siria de Afrín. “El objetivo de las fuerzas turcas es el de cercar Afrín por tres flancos junto con sus aliados de Al Nusra [referido a Tahrir al Sham]", asegura vía WhastApp y desde Siria Nuri Mahmoud, portavoz del YPG. “El Partido de Erdogan, y no el pueblo turco, quieren imponer su sultanato en el norte de Siria mandando sus fuerzas de ocupación y así frenar el movimiento democrático que defendemos”, continúa Mahmoud, quien cifra en “decenas de miles” los combatientes que el YPG ha movilizado en Afrín ante una eventual ofensiva turca.

Ha sido precisamente el respaldo de Washington a las YPG, su principal aliado en el terreno para expulsar al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) del noreste del país, que ha provocado un revés en las alianzas regionales. Aplacada en el norte por la coalición internacional, Turquía se ha distanciado de EE UU para progresivamente acercarse a Moscú.

Por su parte, el régimen de Damasco ha condenado la entrada de las tropas turcas en su territorio. “El Parlamento sirio exige la retirada de las fuerzas turcas sin condiciones”, clamó hace dos semanas Hammoud Sabbagh, portavoz del Parlamento sirio, durante una gira por la ciudad rusa de San Petersburgo. “Consideramos este ataque una invasión de nuestro territorio, una amenaza a la seguridad y a nuestros ciudadanos”, agregó.

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