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China responde con ira ante una ley de EE UU que estrecha lazos con Taiwán

La norma facilita los intercambios políticos y económicos entre Washington y la isla

Macarena Vidal Liy
El edificio del Capitolio, en Washington.
El edificio del Capitolio, en Washington. Z. Gibson (AFP)

Taiwán vuelve a ser un elemento de fricción entre China y Estados Unidos. Pekín reaccionó este jueves con ira a la aprobación por unanimidad en el Senado de EE UU de una nueva ley que estrecha lazos entre Washington y Taipei, la capital de una isla que China considera parte inalienable de su territorio.

La firma del presidente Donald Trump es lo único que falta para que entre en vigor la norma, que facilita que los altos cargos taiwaneses puedan viajar a Estados Unidos y se reúnan con las autoridades estadounidenses, y viceversa. También anima a las empresas y representantes culturales taiwaneses a hacer negocios con el país. La Cámara de Representantes ya había aprobado el proyecto de ley en enero.

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China está más que molesta por lo que considera una injerencia en sus asuntos internos. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Hua Chunying, en la rueda de prensa diaria de este departamento, ha anunciado que su Gobierno ha presentado una protesta ante el de Estados Unidos. “China está muy insatisfecha y se opone tajantemente”, ha declarado.

La medida echa más leña al fuego de las crecientes tensiones en la relación entre China y Estados Unidos. Aunque a Trump le gusta hacer gala de su buena sintonía personal con el presidente chino, Xi Jinping, la Casa Blanca lleva meses amenazando con la posibilidad de imponer fuertes aranceles a productos con los cree que China, y otros países, compiten de manera desleal. En la relación comercial bilateral más importante del mundo, la balanza es favorable a Pekín por cerca de 300.000 millones de dólares

La aprobación en el Senado de la ley sobre Taiwán coincide, precisamente, con la presencia en Washington de Liu He, uno de los consejeros económicos de mayor confianza de Xi y uno de los hombres de quien los analistas esperan que reciba un importante ascenso en la reunión de la Asamblea Nacional china, que comienza la semana próxima. Liu, a quien las apuestas sitúan como viceprimer ministro económico, o presidente del Banco Central, ha llegado a Estados Unidos con la misión de intentar tender puentes y evitar una guerra comercial.

Aparentemente va a tenerlo complicado. Los medios estadounidenses apuntan a que este mismo jueves la Casa Blanca hará un importante anuncio sobre aranceles, al que ha invitado a representantes del sector del acero y el aluminio.

Liu tiene previsto reunirse con altos cargos al frente de la política económica de la Administración Trump, entre ellos el representante de Comercio Exterior, Ron Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin. Del mismo modo que ocurrió en una reciente visita del consejero de Estado chino Yang Jiechi, también podría ser recibido en el Despacho Oval para una rápida conversación con Trump.

China considera a Taiwán una provincia más de su territorio. Para entablar relaciones diplomáticas con Pekín, los países deben renunciar a mantener lazos formales con la isla autogobernada. Estados Unidos mantiene una política ambigua respecto al estatus de Taiwán, que describe como “política de una sola China”: no reconoce ni la pertenencia a China ni la independencia de Taiwán. En verano pasado aprobó una venta de armas a Taipei por valor de 1.300 millones de dólares.

Poco antes de asumir la presidencia estadounidense en enero de 2017, Trump desató un conflicto diplomático con Pekín al hablar por teléfono con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y amenazar con no respetar la “política de una sola China” durante su mandato. Las tensiones se diluyeron finalmente en una conversación telefónica con Xi, en la que expresó su adhesión a esta política.

Taiwán ha recibido con satisfacción la aprobación de la medida estadounidense. Su ministerio de Exteriores ha puntualizado que “seguirá desarrollando una relación aún más sustancial y cooperativa con Estados Unidos para promover los valores comunes e intereses que sean mutuamente beneficiosos”.

Desde la llegada al poder de Tsai, las relaciones entre Pekín y Taipei se han enfriado notablemente. China, que nunca ha renunciado al uso de las armas para controlar Taiwán, sospecha que la presidenta taiwanesa pueda querer declarar la isla país independiente. La líder del Partido Demócrata Progresista (PDP) siempre ha declarado que respeta la situación tal y como está.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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