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El opositor Navalni denuncia fraude en las elecciones presidenciales de Rusia

El abogado, que se ha hecho popular por sus investigaciones contra la corrupción, llama a manifestarse

María R. Sahuquillo (Enviada especial)
El opositor Alexéi Navalni ofrece una rueda de prensa, este domingo en Moscú.
El opositor Alexéi Navalni ofrece una rueda de prensa, este domingo en Moscú.MAXIM ZMEYEV (AFP)

El opositor Alexéi Navalni ha denunciado este domingo fraude en las elecciones presidenciales rusas. El abogado, de 41 años, que se ha convertido en la voz más crítica contra Vladímir Putin, ha acusado al Kremlin de “engordar” la participación con sufragios adulterados o de organizar el transporte masivo de electores a los centros de votación. El político, que fue vetado para concurrir a las elecciones tras una condena por fraude que considera una maniobra política y que ha hecho campaña para boicotear los comicios, ha llamado a sus seguidores a salir a la calle.

“Sabemos que ha habido fraude”, ha asegurado en la sede del llamado Fondo de Lucha contra la Corrupción, el movimiento que él mismo ha fundado y que ha ganado popularidad por sus investigaciones sobre la corrupción en las élites rusas. Con gesto serio, el político ha afirmado que aunque se trata de “la lucha de David contra Goliat”, no cejará en visibilizar que las presidenciales son puro teatro. “La verdadera política somos nosotros. El movimiento que hemos desarrollado, porque lo que está pasando en Rusia no es verdadera política”, dijo antes de incidir en que volverá a llamar a sus seguidores a salir a la calle. “La única manera de llevar la lucha política en Rusia es manifestarse. Y vamos a seguir haciéndolo”, recalcó.

Navalni ha pasado la jornada electoral en el que ha bautizado como el “centro del movimiento rebelde contra las elecciones”. Lejos de esa definición, la sede de su cuartel general es un luminoso local en un edificio de oficinas de Moscú. Allí, en una de las salas, una decena de personas observaba esta tarde atentamente las imágenes de las cámaras de seguridad de los centros de votación por toda Rusia. Buscan irregularidades. Son trabajadores y voluntarios del llamado Fondo de Lucha contra la Corrupción, un movimiento fundado por el abogado de 41 años, que ha ganado popularidad por sus investigaciones sobre la corrupción en las élites rusas. Navalni es hoy la voz más crítica contra Vladímir Putin. También el gran ausente de un proceso electoral con pocas sorpresas.

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Alto, vestido con pantalón vaquero y camisa Oxford azul claro y sin corbata, Navalni se permitía bromear con algunos periodistas:  “Si alguien ha votado hoy, que levante la mano. Le retiraremos inmediatamente la acreditación”. No ha podido enfrentarse al presidente ruso en las urnas. Fue vetado tras una condena por fraude que define como una maniobra política para apartarle. Tras la prohibición, Navalni llamó a boicotear las elecciones. Y ese (#NoElecciones2018) ha sido su lema en una campaña electoral en la que se ha hecho escuchar tanto como los candidatos.

Y tras el boicoteo, el opositor ruso llama de nuevo a la movilización, pese a que esta se ha ido desinflando desde el año pasado. En enero, Navalni logró movilizar a unos cuantos miles de personas. Fueron manifestaciones menos numerosas que las de 2017 pero ruidosas y en distintos puntos del país. Es lo que le ha hecho fuerte. El abogado, político y activista —que ya se ha convertido en una marca— y su equipo han abierto 84 oficinas en Rusia. Han crecido paulatinamente y ya tienen más de 200.000 voluntarios, explica Olga. Esta joven rubia, que prefiere no dar su apellido —“para no personalizar, aquí casi todos hacemos de todo y todos somos importantes”—, afirma que el movimiento ha reclutado a más de 33.000 personas para observar el desarrollo de la jornada electoral. Hablan de personas coaccionadas para acudir a votar o de promesas por el voto. “En Yakutsk han llegado a prometer a los electores pollos”, ha afirmado uno de los miembros del equipo Navalni.

Algunos de los “observadores” que menciona Olga son los jóvenes que analizan las imágenes de circuito cerrado y reciben llamadas cada pocos minutos. Apenas se levantan para rellenar su taza de café o tomar uno de los pastelitos de estilo francés que el equipo de logística ha distribuido por varias mesas. El equipo de ‘vigilantes’ está en una sala cerrada y no se les puede molestar. A pocos metros, en otra oficina del mismo edificio, un grupo de personas recopila información y postea en las redes sociales. Todos son jóvenes. Todos llevan un look casual pero arreglado.

Solo hay que pasear por su cuartel general para ver que la gran baza de Navalni es haber sabido movilizar a los jóvenes. Porque aunque la llamada generación YouTube apoya mayoritariamente al presidente Putin, según las encuestas, también es entre este grupo de edad en el que se encuentran los más fieles al líder opositor. Quizá les haya enganchado con su habilidad en el uso de las redes sociales. O con su canal de YouTube, en el que difunde vídeos cortos con comentarios sobre la corrupción, el estado de su campaña y en el que también hace entrevistas en directo.

Por su parte, el candidato comunista, Pavel Grudinin, ha denunciado que los comicios han sido los "más sucios de los que han tenido lugar en el espacio postsoviético. Está claro que el escrutinio y, en general, todo el procedimiento de las elecciones no fueron limpios", ha dicho Grudinin en una comparecencia de presa.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo (Enviada especial)
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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