Bolsonaro vuelve al quirófano para una intervención por secuelas del atentado
El presidente de Brasil ha sido operado durante ocho horas este lunes en un hospital privado de São Paulo para retirarle la bolsa de colostomía. El vicepresidente Mourão asumirá durante 48 horas el poder
A punto de cumplir su primer mes como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro ha regresado a quirófano para someterse a la tercera intervención quirúrgica desde que en plena campaña electoral sufrió un atentado. El capitán retirado ha ingresado este domingo por la mañana en el hospital Israelita Albert Einstein, un centro privado de São Paulo, donde este lunes le han reconstruido el tránsito intestinal para, como él mismo ha explicado en un vídeo, quitarle la bolsa de colostomía. La operación, que un portavoz presidencial calificó de "éxito", ha durado ocho horas, pese a que estaba previsto que no se demorara más de tres.
El dispositivo le fue colocado, como solución temporal, tras ser apuñalado durante un mitin en septiembre. Los médicos habían estimado que la intervención duraría unas tres horas, pero se prolongó más del doble. Cuando el presidente llevaba ya seis horas en el quirófano, el ministro de Seguridad Institucional, Augusto Heleno, le dijo al diario Folha que "todo está yendo bien, pero es un proceso delicado que incluso empezó con un poco de retraso". Durante dos días, el vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourão, asumirá la presidencia de la primera potencia latinoamericana.
Um forte abraço a todos e até breve! Deus no comando! 🇧🇷👍 pic.twitter.com/SegyTyNrol
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) January 27, 2019
Bolsonaro deberá estar en “estricto reposo” durante 48 horas una vez concluida la operación. El presidente podrá recibir a sus ministros en el hospital a partir del tercer día porque “toda su estructura ha sido trasladada a São Paulo (desde Brasilia) para que puedan establecer un Gobierno eficaz”, según su portavoz, el general Otavio Santana do Rego. El presidente estará hospitalizado unos diez días, según la previsión de los médicos.
El mandatario, que este sábado sobrevoló en un helicóptero militar la zona afectada por la catástrofe de la mina de Brumadinho, entró en el hospital sin hacer declaraciones. Pero por la tarde recurrió a su método preferido para dirigirse a sus seguidores y a los periodistas que cubren sus actividades. Otros mandatarios lo hacen, pero en Bolsonaro llama la atención que, desde el atentado, difunde asuntos íntimos relacionados con su salud. En un vídeo publicado en Twitter ha repasado, vestido con camisón hospitalario, su intensa actividad desde que hace una semana viajó a Davos a anunciar al mundo que el Brasil que dirige desde 1 de enero quiere hacer negocios. Bolsonaro, como hace a menudo, arranca dando gracias a dios por estar vivo.
El ultraderechista resultó gravemente herido, con perforación de los intestinos grueso y delgado, el 6 de septiembre al ser apuñalado durante un acto electoral en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, el mismo donde el viernes ocurrió el desastre de la mina. El agresor, Adelio Bispo de Oliveira, está encarcelado desde el momento del atentado. La investigación policial sostiene que actuó en solitario por “inconformismo político”. De Oliveira milito en el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) hasta hace unos años, un hecho que Bolsonaro recordó hace unos días. La Fiscalía sigue investigando quién pagó su abogado defensor.
La intervención ha sido aplazada en dos ocasiones por la apretadísima agenda de Bolsonaro. La última para que pudiera asistir al foro de Davos. El capitán retirado ganó con holgura las elecciones después de que la descalificación del expresidente Lula da Silva, encarcelado por corrupción, le convirtiera en el favorito. El apuñalamiento sacudió la campaña, le impulsó en unas encuestas que ya lideraba y le confinó en su casa de Río de Janeiro para el resto de la campaña electoral, lo que le permitió también eludir los debates con sus adversarios.
El fantasma de la muerte de Tancredo Neves, nombrado el primer presidente tras la dictadura, que murió en 1985 antes de tomar posesión, ronda en las redes sociales con motivo de la intervención al mandatario actual. Neves, de 75 años, fue ingresado con fuertes dolores abdominales la víspera de su toma de posesión y acabo muriendo, tras varias operaciones, de una infección generalizada.
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