La policía reprime en Argel una manifestación contra Buteflika
Una sentada contra el quinto mandato del presidente de Argelia termina con detenciones y gases lacrimógenos
Las protestas contra el quinto mandato presidencial de Abdelaziz Buteflika, de 81 años, no cesan en Argelia. El viernes pasado, festivo como todos los viernes en el país, una convocatoria anónima en las redes sociales congregó por primera vez en 20 años a decenas de miles de manifestantes que marchaban en las principales ciudades contra la candidatura de Buteflika a las presidenciales del 18 de abril. Este domingo, día laborable en Argelia, el grupo de intelectuales Mouwatana (Ciudadanía, en árabe), convocó en plaza de Maurice Audin, en el corazón de Argel, una sentada contra el quinto mandato.
La presidencia había anunciado días antes que el domingo Buteflika viajaría a Ginebra para someterse a un “control médico ordinario”. La última vez que Buteflika emitió un discurso fue en mayo de 2012. Casi un año después, en abril de 2013, sufrió un infarto cerebral y desde entonces apenas se deja ver en público. En las pocas veces que se le ha visto siempre es en silla de ruedas. Su precaria salud hacía pensar que esta vez no concurriría a otras elecciones presidenciales. Pero el pasado 10 de febrero expresó mediante una carta dirigida a los argelinos su intención de presentarse a las próximas. Desde entonces, las manifestaciones no cesaron.
En los 20 años que Buteflika lleva al mando del país jamás había sufrido una protesta tan generalizada y multitudinaria como la del pasado viernes. Las televisiones públicas y privadas no informaron sobre ellas. Y eso provocó que algunos periodistas de entes públicos dimitieran. Este sábado, la presidencia difundió un mensaje escrito de Buteflika, con motivo del aniversario de la Unión General de Trabajadores de Argelia (UGTA), el mayor sindicato del país y de la nacionalización de los hidrocarburos. Buteflika mencionó la palabra “continuidad”, pero no aludió ni de forma indirecta a las manifestaciones del viernes.
Todo el mundo sabía que el domingo la afluencia en las calles no sería tan masiva como el viernes. Por dos razones: porque era día laborable y porque los convocantes no se caracterizan por seducir a las multitudes. Mouwatana nació el año pasado tras una carta abierta a Buteflika de 14 intelectuales que se expresaban contra el quinto mandato. En efecto, la presencia de manifestantes no fue tan numerosa como el viernes y estuvo circunscrita a la capital del país. Pero de nuevo hubo más participación de la esperada.
Incluso si los jóvenes no están de acuerdo [con la política del régimen] es esencial salvaguardar la estabilidad del país” Abdelmalek Sellal, director de campaña de Abdelaziz Buteflika
Esta vez, a diferencia del viernes, la policía se empleó a fondo, según los testimonios de decenas de personas en las redes sociales. “Detenciones masivas de manifestantes en Audin, con una actitud excesivamente violenta por parte los policías”, tuiteó el coordinador de Mouwatana, Soufiane, Djilali, poco antes de que él mismo fuese también detenido.
La concentración comenzó al mediodía con cientos de personas coreando gritos contra el presidente y su hermano Said Buteflika, de 61 años, a quien muchos argelinos atribuyen ser el verdadero hombre fuerte del régimen. “Tenemos derecho a soñar”, se leía en la pancarta de uno de los asistentes. A la una de la tarde los policías antidisturbios comenzaron a lanzar gases lacrimógenos mientras otros vestidos de civil detenían a un número impreciso de personas, según informaron varios medios locales. Entre los asistentes circulaban botellas de vinagre para mojar pañuelos y combatir el humo de los proyectiles. A pesar de la represión, los manifestantes continuaron afluyendo al centro. El diario El Watan, uno de los más críticos con el poder, cuantificaba la presencia en varios miles de personas.
Abdelmalek Sellal, el director de campaña de Buteflika, fue el primer miembro cercano al presidente en aludir a las protestas. “Os aseguro que los próximos días habrá calma”, declaró a varios periodistas. “El pueblo tiene derecho a expresarse como desee. Pero incluso si los jóvenes no están de acuerdo [con la política del régimen] es esencial salvaguardar la estabilidad del país”.
Las protestas contra Buteflika ya comenzaron a tomar cuerpo hace meses en los estadios de fútbol. El año pasado recabó más de un millón de visitas en YouTube el cántico de un grupo de hinchas del equipo USM Alger, titulado Casa del Muradia. La canción jugaba con el nombre del palacio presidencial, Muradia, y con el título de la serie española La casa de papel, difundida en el extranjero por Netflix.
El cántico rezaba así: “En el primer mandato dijimos: nos engañaron con el decenio negro [la guerra civil argelina de los noventa]; en el segundo ya estaba claro cuál era la historia de la casa del Muradia; en el tercero, el país decayó a causa de intereses personales; en el cuarto la muñeca está muerta [en alusión a la salud de Buteflika] y el asunto sigue; y en el quinto va a seguir entre ellos”. Desde que Buteflika anunció su candidatura las críticas en los estadios han aumentado. “No hay un presidente, sino una imagen”, dice uno de los cánticos.
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