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Al menos 30 muertos en Sudán tras una intervención policial contra los manifestantes

EE UU y el Reino Unido señalan a la junta militar que tomó el poder tras la caída de Al Bashir y piden el cese de toda violencia

José Naranjo
Fuerzas de seguridad sudanesas desplegadas frente a la sede del Ejécito en Jartum, este lunes.
Fuerzas de seguridad sudanesas desplegadas frente a la sede del Ejécito en Jartum, este lunes.ASHRAF SHAZLY (AFP)

Al menos 30 personas han muerto este lunes en Jartum, la capital sudanesa, tras una intervención de las fuerzas de seguridad contra la concentración popular que rodea desde hace dos meses la sede del Estado Mayor de la Defensa, según asegura el comité de médicos sudaneses, colectivo que forma parte de la protesta. La junta militar que gobierna el país tras la caída de Omar al Bashir en abril pasado niega, sin embargo, que se haya producido ningún intento de desalojo de la protesta, pero admitió la intervención armada en una zona que calificó de “conflictiva”.

Fuentes del comité médico aseguran que miembros de la fuerzas de seguridad irrumpieron con violencia en la concentración, mientras que un periodista de France Press relató que se escucharon disparos tras la llegada de los agentes “fuertemente armados”. Los galenos aseguran que hay decenas de heridos y han pedido apoyo al Comité Internacional de la Cruz Roja y a otras organizaciones humanitarias. Los profesionales sudaneses lo califican de “matanza sangrienta”.

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Los militares, sin embargo, lo niegan. “No hemos dispersado la sentada por la fuerza”, aseguró el general Shamsedin Kabashi, portavoz de la junta militar, al canal de televisión Sky News Arabia, “las carpas siguen ahí y los jóvenes pueden circular libremente”. Sí reconoció la intervención en una zona próxima a la concentración bautizada como “Colombia” donde, según dijo, “se llevan a cabo actividades ilícitas”. Pero insistió en que las imágenes que circulan por las redes sociales son “fabricadas y falsas”.

Las conversaciones entre militares y manifestantes para la creación de un consejo soberano de transición que tome el poder tras la caída del dictador Al Bashir el pasado 11 de abril, tras semanas d protestas en las calles, se encuentran en punto muerto tras la huelga general convocada por la sociedad civil la semana pasada. La junta castrense, que ha intensificado sus contactos con países del mundo árabe como Egipto, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos en busca de apoyo internacional, insiste en que los militares tengan un papel decisivo en la transición de tres años, mientras que los manifestantes reclaman que sean los civiles quienes controlen el consejo soberano.

La Alianza por la Libertad y el Cambio (ALC), movimiento ciudadano que aglutina a los manifestantes, ha asegurado a France Press que “no queda nadie” en las calles aledañas al cuartel general del Ejército tras la intervención de este lunes, “salvo los cadáveres de los mártires que no fue posible evacuar”. A partir de ahora, aseguró este colectivo mediante un comunicado, los contactos quedan interrumpidos y “se abre un periodo de desobediencia civil” en el que instan a los sudaneses a salir masivamente a las calles.

El Reino Unido y Estados Unidos han condenado esta acción y han pedido a los militares sudaneses que cesen todo acto violento contra la población. El ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, calificó estos hechos de “paso escandaloso” y señaló a la junta militar como “plenamente responsable de esta acción”. Por su parte, la Embajada de Estados Unidos dijo que la represión de este lunes “es injustificada y debe cesar” a través de su perfil de Twitter.

El principal partido de oposición, Al Umma, ha calificado la intervención de las fuerzas de seguridad de “crimen imprudente” y ha señalado a la junta militar, acusándola de ponerse “en contra del pueblo y al lado de la contrarrevolución”, informa Efe.

Desde Bruselas, la Unión Europa ha defendido el derecho a la protesta pacífica de la oposición y ha pedido a la junta militar que actúe "de forma responsable" y proceda a la transferencia "rápida" del poder a una autoridad civil. "Esperamos que el Consejo Militar de Transición actúe de forma responsable y respete el derecho del pueblo a expresar sus preocupaciones de forma pacífica sin sufrir amenazas o el uso de la violencia contra ellos", ha subrayado en rueda de prensa la portavoz del servicio diplomático europeo, Maja Kocijancic.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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