Pakistán detiene al expresidente Zardari por corrupción
El viudo de Benazir Bhutto y copresidente del PPP está acusado de blanqueo de dinero
Un tribunal de Islamabad ha respaldado este martes la detención preventiva del expresidente de Pakistán Asif Ali Zardari, acusado de blanqueo de dinero y uso de cuentas bancarias falsas. El viudo de Benazir Bhutto y copresidente del Partido Popular de Pakistán (PPP) fue arrestado la víspera por agentes de la Oficina Nacional de Rendición de Cuentas (NAB, en sus siglas inglesas). La corte ha dado diez días a ese organismo anticorrupción para que presente pruebas de sus acusaciones y convenido una nueva vista el próximo día 21.
“Se ha minado nuestro derecho a un juicio justo”, se ha quejado el hijo de Zardari y copresidente del PPP citado por Reuters. Bilawal Bhutto Zardari ha denunciado que los agentes de la NAB detuvieron a su padre sin orden judicial.
La NAB acusa a Zardari de haber planeado un sistema de blanqueo de dinero mediante transacciones a través de cuentas bancarias a nombre de hombres de paja. Según los abogados de la oficina, él era el beneficiario final de esas cuentas, informa el diario Dawn. Una hermana del expresidente, Faryal, también está siendo investigada. Con anterioridad, ambos han negado haber cometido irregularidad alguna relacionada con esos casos que el PPP asegura que tienen una motivación política.
Zardari, antiguo jugador de polo y hombre de negocios, llegó a la presidencia en 2008, aupado por una ola de simpatía tras el asesinato de su esposa, la primera ministra Benazir Bhutto. Ya durante los Gobiernos de su mujer se granjeó el apodo de Señor 10%.
La detención de Zardari, que ya pasó 11 años de cárcel por corrupción y asesinato, es un grave golpe para el PPP tras su pobre resultado en las elecciones del año pasado. Sus responsables interpretan esta nueva batalla judicial como una medida de presión para que el partido colabore con el primer ministro, Imran Khan, en la aprobación del presupuesto. Se da la coincidencia de que el otro rival político de Imran (en Pakistán se le conoce por el nombre de pila y Khan no es su apellido sino uno honorífico), el ex primer ministro Nawaz Sharif, también está encarcelado acusado de corrupción.
Imran Khan, a quien se considera respaldado por el poderoso Ejército, se halla embarcado en la ardua tarea de enderezar la economía del país. El nuevo presupuesto, que justo se presenta este martes ante el Parlamento, está siendo recibido con abucheos por parte de la oposición. De acuerdo con la prensa local, el Gobierno ha incluido significativos recortes de gasto y aumentos de impuestos para satisfacer las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de concederle un préstamo de 6.000 millones de dólares.
Las medidas fiscales resultan especialmente impopulares en un país en el que una gran parte de la economía es informal y apenas el 1% de sus 208 millones de habitantes paga impuestos. El propio primer ministro pidió a sus conciudadanos, en una intervención televisada el lunes por la noche, que aprovechen la amnistía fiscal vigente hasta finales de mes para regularizar su situación. Tal como escribía recientemente el veterano comentarista paquistaní Farhan Bokhari, el impacto de la reforma económica que Imran Khan ha emprendido “no solo puede determinar el destino de su Gobierno en los próximos meses, sino más importante aún, el curso del futuro de Pakistán”.
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