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Macron encaja mal su peor revés en la Unión Europea

El presidente francés avisa del riesgo de crisis institucional tras el no de la Eurocámara a su candidata a la Comisión

Marc Bassets
El presidente francés, Emmanuel Macron, el viernes en París.
El presidente francés, Emmanuel Macron, el viernes en París.LUDOVIC MARIN (AFP)

Emmanuel Macron está poco acostumbrado a perder. Y menos en su terreno predilecto: la Unión Europea. El presidente de la República ha encajado mal el rechazo de la Eurocámara a Sylvie Goulard, la candidata francesa a uno de los cargos con más poder en la Comisión Europea.

"Vivimos un momento extremadamente importante y sensible en Europa", dijo el viernes, en una comparecencia en el Palacio de Elíseo junto al primer ministro húngaro, Viktor Orban. "Hay una nueva Comisión, un nuevo Parlamento que se ponen en marcha y que afrontan, en ambos casos, una crisis que no debemos permitir que se instale ni que se desarrolle".

Macron considera que el no a Goulard —una candidata de méritos reconocidos pero sometida a una investigación judicial en Francia y bajo sospecha por haber cobrado un generoso sueldo de un laboratorio de ideas— abre una crisis en el funcionamiento de las instituciones.

El jueves, tras conocerse el veto parlamentario por 82 votos a favor y 29 en contra, el presidente francés cargó contra los eurodiputados. E indirectamente responsabilizó a la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuyo nombramiento la presidencia de la Comisión él impulsó, de la designación frustrada de Goulard.

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Macron dijo que Von der Leyen había expresado su preferencia por Goulard ante otros candidatos franceses. Añadió que la presidenta in péctore de la Comisión había garantizado a Macron que contaba con el respaldo de los jefes de los dos grandes grupos en la Eurocámara, el conservador y el socialista. Después votaron en contra.

“Perdedor, y mal perdedor”, sentencia Guillaume Tabard, editorialista del diario conservador Le Figaro, que ve en este episodio “un golpe a la imagen de Macron El Europeo. Es decir, el presidente francés más europeísta y el líder de hecho de la UE.

Nunca el Parlamento Europeo había rechazado a un candidato francés a la Comisión. La damnificada directa es a Goulard, que no podrá ser comisaria de Industria, Defensa, Cultura y Audiovisual. Pero el objetivo real era Macron. Tras colgarse medallas sucesivas en los últimos meses la Unión Europea, el francés ha acumulado adversarios con cuentas que ajustar.

El incidente va más allá de una vendetta parlamentaria: revela un choque cultural. Enfrenta la cultura política de un sistema presidencialista como el francés con el sistema de la UE: una mezcla del parlamentarismo alemán con los contrapoderes de Estados Unidos, donde, como en Bruselas, los altos cargos se someten al examen del Senado.

Francia es otro mundo. Los contrapoderes son débiles en la V República que estableció De Gaulle en 1958. Macron ha reforzado el presidencialismo. Ha ejercido el poder de una manera vertical, con  escasos ministros que le hagan sombra, y una disciplina parlamentaria férrea.

El presidente no está acostumbrado a un parlamento que vaya por libre, como desveló él mismo al extrañarse de que Von der Leyen hubiese acordado el a Goulard con los jefes parlamentarios y que después sus tropas hubiesen desobedecido (los jefes parlamentarios negaron después que existiese tal acuerdo).

El caso Goulard reabre el debate sobre "el talento [de Macron] como director de recursos humanos", escribe Laurent Joffrin, director del progresista Libération. Es decir, su capacidad para contratar a las personas adecuadas para cada cargo. En Francia se le reprocha la debilidad de ministros como el del Interior, Christophe Castaner. O el nombramiento como candidata en las europeas de Nathalie Loiseau, una candidata sin pegada electoral que vio frustrada su ambición de presidir el grupo liberal en Bruselas. Goulard sería el último caso.

Ahora Macron busca una alternativa. El fin de semana prevé hablar por teléfono con Von der Leyen antes de cenar el domingo con la canciller Angela Merkel. En los próximos días, presentará un nombre.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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