Erdogan asegura que ampliará su ofensiva en Siria mientras el régimen de El Asad pacta con los kurdos
La población del norte de Siria acoge con temor la noticia de que Estados Unidos retirará sus últimas tropas ante el avance de las fuerzas turcas
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó este domingo que rechaza cualquier oferta de mediación para detener su ofensiva contra las milicias kurdas y, al contrario, advirtió de que su Ejército ampliará la operación —actualmente centrada, sobre todo, en el territorio entre las localidades de Tel Abyad y Ras al Ain— a toda la franja fronteriza que controlan las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Estas declaraciones coinciden con el anuncio hecho por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, de que retirará sus últimas tropas del norte de Siria, lo que ha infundido miedo en la población local, que teme que esto facilite el avance de las fuerzas turcas. Entre tanto, las tropas del régimen de Bachar el Asad se preparan para avanzar hacia el norte tras llegar a un acuerdo con las milicias kurdas.
“La zona está perdida, hay caos por todos lados, la situación es muy dura en Kobani”, explica por Whatsapp a EL PAÍS una periodista local que visitó la mañana del domingo dicha ciudad, desde donde llegan informaciones de una retirada de las fuerzas estadounidenses desplegadas en el lugar: “Apenas quedan civiles en Kobani, la gente ha escapado hacia las zonas rurales, y no tienen ayuda”.
En respuesta a la marcha de los soldados estadounidenses y para buscar un nuevo paraguas protector ante el avance turco, las autoridades kurdas de Siria alcanzaron un acuerdo con el Gobierno de Damasco para que las tropas del Ejército regular se desplieguen “a lo largo de toda la frontera con Turquía”. Según varias fuentes, las tropas sirias comenzaron a desplegarse en las localidades en torno a Manbij en las últimas horas de este domingo, y proseguirán luego hacia Kobani. En su comunicado, la llamada Administración del Norte y Este de Siria asegura que este despliegue se hará “en coordinación” con las FDS y “será compatible con la autonomía” lograda durante los años de guerra por las regiones kurdosirias.
Los bombardeos de la aviación y la artillería turca se intensificaron este domingo sobre el centro de las ciudades de Ras al Ain y de Tal Abyad, en cuyos alrededores Turquía ya ha conquistado unas 40 aldeas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En Ras al Ain, en la que ya han penetrado combatientes sirios leales a Ankara, los combates son intensos y, en Tal Abyad, estas milicias terminaron de cercar la ciudad y posteriormente avanzaron hacia el centro. El Ministerio de Defensa turco aseguró que sus fuerzas también lograron capturar un tramo de la carretera M-4, crucial para la comunicación entre las ciudades del norte de Siria.
“Nos hemos centrado primero en el área de 120 kilómetros entre Ras al Ain y Tal Abyad. Así dividiremos el corredor terrorista por la mitad. Luego tomaremos Hasaka, por un lado, y Ain al Arab [Kobani] en el otro y completaremos la operación. Avanzaremos unos 30-35 kilómetros hacia el interior [de Siria], tal y como declaramos anteriormente en el mapa de la zona segura”, ha explicado el mandatario turco durante una rueda de prensa. Además, dijo que “está fuera de toda discusión” aceptar la propuesta hecha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de sentar a los dos bandos a negociar: “¿Cuándo han visto ustedes a un Estado sentarse a la mesa con una organización terrorista?”. En realidad, el propio Gobierno de Erdogan lo hizo cuando los servicios secretos negociaron en 2012 y 2013 un proceso de paz con el grupo kurdo PKK, el mismo al que están ligadas las FDS. Precisamente es este vínculo entre las milicias kurdas y la organización armada —incluida en la lista de grupos terroristas de la UE y EE UU— el que esgrime Ankara para justificar su intervención en Siria.
El Observatorio eleva ya a cerca de 200 el número de combatientes de ambos bandos fallecidos desde el inicio de la ofensiva turca el pasado miércoles, y a 59 el número de civiles muertos en el lado sirio, tanto por los bombardeos turcos como por ejecuciones sumarias llevadas a cabo por combatientes sirios proturcos (hechos que los mandos de estos grupos han prometido investigar pues supondrían crímenes de guerra). En Turquía, el número de civiles muertos es de 18 y 140 han resultado heridos por 652 proyectiles lanzados por las milicias kurdas a territorio turco, informó Erdogan este domingo.
Un ataque sobre un convoy de vehículos civiles en las cercanías de Ras al Ain mató el domingo al menos a 11 de sus ocupantes -entre ellos un periodista sirio y otro extranjero- y al menos 74 personas fueron ingresadas en el hospital de Tal Tamr, confirmaron a EL PAÍS una periodista local, uno de cuyos compañeros resultó herido en el ataque, y una fuente de la Media Luna Roja Kurda. "Estábamos en el convoy de civiles kurdos alcanzado por las fuerzas turcas o sus aliados en Ras al Ain. Nuestro equipo está bien, pero hay colegas muertos", dijo la periodista francesa Stephanie Perez en Twitter.
Según Naciones Unidas, 130.000 personas han sido desplazadas por la ofensiva turca, cifra que la Media Luna Roja Kurda eleva hasta casi 200.000. Un empleado de una ONG en Hasaka, ciudad a unos 50 kilómetros de la frontera turca, explicó a este diario que se han establecido 15 refugios para el constante flujo de desplazados que abandona las localidades limítrofes con Turquía. Diyar, un estudiante de la misma localidad, confirmó por teléfono que muchos de ellos proceden de Ras al Ain: “Hay muchísimos desplazados. Hay un par de organizaciones humanitaria que intentan darles cobijo y comida, pero muchos no tienen adonde ir y simplemente acampan en las calles y carreteras”.
Aunque otras importantes localidades fronterizas como Kobani y Qamishlo todavía no han visto la entrada de las tropas turcas, muchos de sus habitantes también han hecho las maletas y se han ido. “Hasta ayer, Turquía bombardeaba la ciudad, pero hoy [domingo] la situación está en calma. Sin embargo, la mayoría de la gente ha huido de la ciudad. Hay mucho miedo. La gente teme que llegue el Ejército turco y sus milicias. Si lo hacen, o abandonamos nuestros hogares o seremos masacrados y torturados por estos criminales”, relató Sarwar, vecino de Qamishlo, dolido por la inacción internacional a la hora de parar la invasión turca: “Diría que no solo Estados Unidos, sino todo el mundo nos ha traicionado”.
Presión europea
Los países europeos, con todo, sí han anunciado una serie de medidas en represalia, empezando por la suspensión de exportaciones de material militar decretada por los Gobiernos de Alemania, Francia, Holanda, Finlandia y Noruega. Y este lunes se debatirá en una reunión de ministros de Exteriores europeos si imponer un embargo de armas a Turquía.
Este domingo, la canciller alemana, Angela Merkel, ha mantenido una conversación telefónica con el presidente turco por petición de este último. Merkel pidió “un cese inmediato de la operación militar” turca y advirtió a Erdogan de que la ofensiva “amenaza con expulsar a grandes grupos de población, desestabilizar la región y fortalecer al ISIS [siglas inglesas de Estado Islámico]”, indica una portavoz del Gobierno en una nota.
Horas antes, la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, había criticado duramente la ofensiva militar turca, durante un discurso ante las juventudes del partido conservador, la CDU. Kramp-Karrenbauer, que compatibiliza la cartera de Defensa con la presidencia del partido, advirtió a Turquía contra la tentación de convertirse en “una potencia ocupante” en el norte de Siria; algo incompatible -añadió- con los compromisos turcos como miembro de la OTAN, informa Ana Carbajosa, desde Berlín.
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