Dos muertos en las protestas por la subida de la gasolina en Irán
La medida, que intenta racionalizar el consumo, se suma a las dificultades económicas causadas por las sanciones de Estados Unidos
El aumento del precio de la gasolina en Irán el pasado viernes ha desatado una oleada de protestas que este sábado se ha extendido por todo el país y ya ha dejado dos muertos. Dada la precaria situación económica a causa de las sanciones estadounidenses, las autoridades temen que el descontento popular adquiera tientes políticos. Varios diputados preparan una moción de urgencia para pedir al Gobierno que dé marcha atrás durante la reunión del Parlamento convocada este domingo.
Por segundo día consecutivo numerosos iraníes se han manifestado en Teherán. La víspera a medianoche, las autoridades anunciaron por sorpresa una subida del 50% del precio de la gasolina para los 60 litros que pueden adquirirse con la tarjeta de racionamiento, con lo que el litro pasa de 10.000 riales (7,5 céntimos de euro) a 15.000 riales (11 céntimos). El resto cuesta desde entonces a 30.000 riales. El anuncio del racionamiento en 2007 ya provocó violentas protestas callejeras.
Aunque los medios oficiales aseguraron inicialmente que las protestas estaban teniendo un “seguimiento limitado”, ya se han extendido a una cuarentena de ciudades y en algunas de ellas se han tornado violentas. El gobernador de Sirjan (en el centro del país) ha reconocido que una persona murió el viernes sin precisar la causa y varias más resultaron heridas. Según la agencia estatal Irna, la policía se enfrentó a los manifestantes que intentaban prender fuego a un depósito de combustible. La segunda muerte se produjo en Behbahan, al suroeste.
La televisión estatal acusa a los “medios hostiles” de difundir noticias falsas y vídeos de redes sociales que, asegura, exageran la amplitud de las manifestaciones. Sin embargo, en su propia web informa de que la policía ha disparado granadas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes en diversas ciudades sin precisar en cuáles; también dice que los “alborotadores”, como denomina a quienes participan en las protestas, han incendiado una oficina bancaria en Ahvaz y que “individuos armados sospechosos” han disparado contra varias personas en Khoramshahr, ambas en el sur del país.
El Gobierno, que ya intentó aumentar el precio hace un año pero fue frenado por el Parlamento, ha presentado la medida como una fórmula para redirigir ese gasto hacia los hogares más necesitados. Debido a tener una de las gasolinas más baratas del mundo, no solo los iraníes la consumen sin reparo, sino que se produce un importante contrabando con los países vecinos. El objetivo es evitar el despilfarro.
Sin embargo, la medida llega en un momento complicado. Irán, cuya economía depende del petróleo, ha visto como sus exportaciones de crudo caían de los tres millones de barriles diarios a apenas medio millón debido a las sanciones que EE UU le reimpuso en mayo del año pasado cuando decidió abandonar el acuerdo nuclear. Ese golpe se ha traducido en una significativa pérdida de poder adquisitivo para los iraníes que dependen de vehículos privados y taxis compartidos para moverse en las ciudades, donde el transporte público es escaso.
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