Obama reclama a los alcaldes de Estados Unidos que revisen los protocolos del uso de la fuerza policial
El expresidente considera que las protestas son una oportunidad para que despierte la ciudadanía
Frente a la mano de hierro que solicita el despliegue del Ejército para acallar las protestas, el mensaje de apoyo para todos aquellos que estos días luchan por cambiar un país que tiene “una larga historia de esclavitud y racismo”. Frente a los exabruptos que incitan a la violencia de Donald Trump, la voz calmada del primer presidente negro de EE UU. Barack Obama habló y lo hizo fundamentalmente para dirigirse a los jóvenes de una nación que llevan ya más de una semana desafiando los toques de queda para clamar contra el racismo y la violencia policial tras la muerte de George Floyd, un hombre negro, bajo la rodilla de un policía blanco.
Obama habló del futuro y para los que diseñarán ese futuro. Habló en su condición de padre, de figura pública, de antiguo activista, de hombre negro. Habló desde su hogar a la nación para decirles a quienes se indignan frente a la muerte sinsentido de Floyd que su queja importa porque está “comprometida en la búsqueda de una nación más justa”. De la globalidad de la juventud quiso el antiguo mandatario extraer al segmento de “hombres y mujeres jóvenes de color” para decirles que importan, que sus vidas valen, merecen la pena, que sus sueños importan. Nunca antes como este miércoles había hecho suyo el expresidente el lema que moviliza una protesta callejera desconocida desde los años sesenta. “Las vidas de los negros importan” (Black lives matters).
“Todos hemos visto durante las últimas semanas, durante los pasados meses, cambios épicos y profundos en nuestro país como nunca había visto en mi vida”, dijo el exmandatario, quien hizo propio el dolor de las víctimas y ofreció sus condolencias a la familia de Floyd. En este punto, Obama se detuvo para señalar “la desproporcionada pérdida de vidas dentro de la comunidad afroamericana”.
Pero Obama no traía un mensaje apocalíptico ni de enfrentamiento. El presidente del “sí se puede” declaró que por muy trágicos, difíciles e inciertos que fueran estos tiempos habían llegado como “una increíble oportunidad” para que la gente despertara y abriera los ojos para ver con claridad los desafíos y problemas estructurales a los que se enfrenta la sociedad. “Nos ofrecen la oportunidad de trabajar juntos y derribarlos”, expuso Obama en una reunión virtual ofrecida por su Fundación My Brother’s Keeper Alliance. El expresidente ofreció lo que siempre ha ofrecido: esperanza. Lo que no es poco un tiempo de siembra de odio y división.
Quizá demasiado cándido, Obama dijo que escuchar y ver a la gente joven en la calle le reforzaba en la convicción de que “este país va a ser mejor”. “Lo que me hace tener esperanza es haber visto cómo la gente joven se ha galvanizado, se ha motivado para cambiar las cosas”. Porque en opinión del antiguo jefe de Estado no son otros sino los jóvenes los que propician y traen esos cambios. A dos meses de cumplir 60 años, Barack Obama confesó no pertenecer ya a ese grupo de edad. Pero señaló que siempre habían sido los jóvenes, desde Martin Luther King, César Chávez o Malcolm X, quienes habían transformado la sociedad.
El expresidente no se alargó en su disertación más de 15 minutos y contestó a la pregunta que se hace todo el mundo: ¿qué podemos hacer? Diseccionada en tres puntos, Obama dijo que era necesario revisar, informar y reformar el uso de la fuerza por parte de las fuerzas policiales. En este sentido, el expresidente llamó a los alcaldes de todas las ciudades de América a pasar a la acción y reexaminar sus reglamentos sobre el uso de la fuerza para evitar “espantosos asesinatos”.
Sin usar símbolos de forma grandilocuente, sin una Biblia en la mano utilizada por Donald Trump pocas horas antes de manera oportunista para una fotografía, Barack Obama llamó con su mensaje a la movilización que, sin mencionar por su nombre, acabe con la actual Administración el próximo 3 de noviembre en las urnas. Para finalizar y después de días en los que se ha informado de que estas protestas han sido las mayores desde los tiempos del reverendo King, Obama manifestó que había algo diferente entre entonces y ahora: la diversidad de gente que conforma la queja. A todos ellos, el hombre que en 2013 dijo que él podía haber sido Trayvon Martin, el joven negro que moría de un tiro en el pecho en Florida a manos de un guardia de seguridad blanco, quiso darles las gracias por su protesta y movilización.
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