Arabia Saudí anuncia el fin de la crisis con Qatar después de tres años y medio de bloqueo
El príncipe Mohamed recibe al jeque Tamim en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo. Pese al acercamiento, persisten las diferencias
Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) “necesitan unificar esfuerzos con urgencia” para que la región avance y hacer frente a los retos que afronta, ha manifestado este martes el heredero y gobernante de hecho de Arabia Saudí, el príncipe Mohamed Bin Salmán, durante la inauguración de la 41ª cumbre de ese foro. Las seis monarquías árabes del Golfo han firmado un acuerdo de “solidaridad y estabilidad” para cerrar la disputa que varias de ellas mantenían con Qatar desde hace tres años y medio. No obstante, las diferencias geoestratégicas persisten.
La reconciliación se ha escenificado poco antes con la calurosa recepción que el heredero saudí ha dispensado al emir de Qatar, el jeque Tamim Bin Hamad al Thani, a su llegada al aeropuerto de la ciudad de Al Ula, donde se ha celebrado la cumbre. A pesar de las restricciones impuestas por la covid y tras un inicial saludo sin contacto, ambos hombres, que llevaban las preceptivas mascarillas, se han abrazado, como es costumbre entre los árabes. El gesto confirmaba el deshielo adelantado la noche anterior por el ministro de Exteriores de Kuwait.
La reapertura casi inmediata de fronteras entre Arabia Saudí y Qatar señalaba la voluntad de ambos por recomponer la fractura causada en el CCG cuando el propio reino, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin decidieron romper lazos diplomáticos y comerciales con Doha en junio de 2017. Acusaban a su vecino de apoyar a los islamistas, que para ellos son todos terroristas, y de connivencia con Irán, en cuyos brazos le echaron al cerrarle sus espacios aéreos. Los otros dos miembros del grupo, Kuwait y Omán, rechazaron el boicot, al que se sumó Egipto (que no pertenece al CCG).
En contra de los cálculos del cuarteto promotor del aislamiento, Qatar ha logrado resistir y no ha cedido a la lista de 13 exigencias que le presentaron sus vecinos y que incluían desde reducir sus relaciones con Irán y cerrar la base militar concedida a Turquía hasta cortar lazos con los Hermanos Musulmanes, una organización islamista transnacional, y desmantelar la cadena de televisión Al Jazeera. Los cuatro países han acordado este martes restablecer relaciones con Doha, incluidos los vuelos, según ha anunciado el ministro saudí de Exteriores, el príncipe Faisal Bin Farhan, al concluir la cumbre.
La reconciliación no ha sido, sin embargo, inesperada. Con la mediación de la diplomacia kuwaití y el impulso de Estados Unidos, saudíes y cataríes llevaban meses buscando un arreglo que les permitiera salvar la cara. De hecho, estuvieron cerca de conseguirlo para la 40ª cumbre, a finales de 2019, pero las reticencias de EAU, más renuente a poner fin a la crisis, frenaron el acercamiento.
Diplomáticos y analistas interpretan el acuerdo de este martes más en el marco de las relaciones de Riad con Washington (y el cambio en la Casa Blanca) que en el contexto regional. Al heredero saudí le interesa mostrar su imagen más dialogante ante la llegada de Joe Biden, que ha anunciado una línea más dura hacia el Reino del Desierto por su historial de derechos humanos y la guerra de Yemen. Al mismo tiempo, satisface a Donald Trump, para quien el rifirrafe entre sus aliados ha supuesto una pesadilla justo cuando buscaba un frente unido frente a Irán y que encomendó el dosier a su yerno y asesor, Jared Kushner. Qatar alberga la mayor base militar norteamericana en la región, en tanto que Baréin acoge a la V Flota y en Arabia Saudí y EAU hay tropas estadounidenses.
“Se trata sobre todo de un acuerdo bilateral entre Arabia Saudí y Qatar. Este consigue la reapertura de fronteras a cambio del cese de las hostilidades en los medios de comunicación, redes sociales, centros de estudio y grupos de presión financiados por Qatar, en especial en Europa y Estados Unidos”, asegura a EL PAÍS Cinzia Bianco, investigadora especializada en el Golfo del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. En su opinión, “aunque Qatar ha logrado superar financieramente tanto la crisis de la covid-19 como el colapso del precio del petróleo, necesita salir del aislamiento de cara al Mundial de Fútbol de 2022”.
Bianco duda, sin embargo, de que el paso signifique un realineamiento de la geopolítica regional. “No debemos esperar que vayan a coordinar sus políticas en Libia o Yemen”, advierte antes de subrayar las reticencias de Emiratos. “EAU no ve el valor estratégico que los saudíes ven en esta reconciliación; no va a incomodar a Arabia Saudí o a la Administración Biden, apoyará el acuerdo en público, pero va a permanecer muy atento a cualquier error por parte de Qatar”, vaticina.
نحن أمام قمة تاريخية بامتياز في العلا نعيد من خلالها اللحمة الخليجية ونحرص عبرها أن يكون أمن وإستقرار وإزدهار دولنا وشعوبنا الأولوية الأولى، أمامنا المزيد من العمل ونحن في الإتجاه الصحيح.
— د. أنور قرقاش (@AnwarGargash) January 4, 2021
La primera reacción del ministro de Estado de Exteriores y portavoz oficioso de Emiratos, Anwar Gargash, venía a confirmar ese pronóstico. “Aún tenemos trabajo pendiente, pero estamos en la dirección adecuada”, ha tuiteado. EAU y Egipto chocan con Qatar en Libia y, sobre todo, respecto a los Hermanos Musulmanes, que ambos perciben como una amenaza existencial y Doha considera una alternativa política legítima.
La imagen del jeque Tamim firmando la Declaración de Al Ula tampoco devuelve las relaciones entre los países implicados a la situación previa a la crisis. Para los cataríes, va a llevar tiempo superar la desconfianza hacia sus vecinos. Además, el boicot, que han vivido como una puñalada en la espalda, impulsó un cambio de mentalidad que ha convertido la economía en un asunto de seguridad nacional y reforzado su inversión en capital humano.
Sube la Bolsa y cambia el tono en los medios
El fin del aislamiento se ha reflejado en un inmediato cambio de tono en los medios de comunicación regionales (todos bajo control estatal), que han cesado los ataques recíprocos. La controvertida Al Jazeera se ha apresurado a llamar a analistas saudíes, con los que no contaba desde el inicio de la crisis, pero su bloqueo no se ha levantado aún en Emiratos. Las Bolsas de Doha y Riad han recibido con alzas la noticia. Entre las empresas que más van a beneficiarse, la aerolínea Qatar Airways, que se vio obligada a desviar decenas de vuelos diarios a través del espacio aéreo iraní a raíz del cierre de fronteras de sus vecinos. Egipto ya ha anunciado su reapertura y es previsible que Baréin y Emiratos hagan lo propio en los próximos días.
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