La CDU elige al centrista Armin Laschet para suceder a Merkel al frente del partido
El ganador del congreso digital de la formación representa la continuidad con la política de la canciller
El centrista Armin Laschet, primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, es el nuevo presidente de la Unión Democrática Cristiana (CDU) tras ganar la votación celebrada este sábado en el congreso digital del partido de Angela Merkel. Laschet, de 59 años, representa el continuismo con la línea ideológica de la canciller. Su victoria inaugura la carrera para elegir al candidato que intentará suceder a Merkel al frente del Gobierno de Alemania en las elecciones del próximo septiembre. La canciller, que gobierna en coalición con los socialdemocrátas del SPD, no se presentará a los comicios.
Los conservadores de la CDU se enfrentan al reto llenar el vacío que dejará Merkel y de aprovechar el legado de quien se ha erigido -al principio, con reticencias- como la gran figura política europea de los últimos 15 años. Ante la dificultad de sustituirla, los 1.001 delegados con derecho a voto han optado por la opción continuista de Laschet, que además ofrece experiencia de gestión al estar al frente del estado más poblado del país, y uno de los más ricos. La incertidumbre ante la elección del nuevo jefe de la CDU, el partido conservador más relevante de Europa, se ha prolongado hasta el último minuto. Pero la designación todavía no cierra la sucesión de Merkel, porque en ningún sitio está escrito que el jefe del partido deba ser su candidato a las elecciones.
Laschet previsiblemente se enfrentará a Markus Söder, líder del partido-hermano bávaro CSU y ahora mismo el gran favorito para hacerse con la nominación como candidato del centroderecha a la Cancillería. Tradicionalmente la CDU ha lanzado a la carrera electoral a uno de los suyos, pero hay un ejemplo de lo contrario relativamente reciente. En 2002, cuando Merkel llevaba dos años presidiendo la formación, cedió la candidatura a Edmund Stoiber, de la CSU. Este se enfrentó al entonces canciller, el socialdemócrata Gerhard Schröder, y perdió.
El resultado del congreso celebrado este sábado extiende también su relevancia al futuro nuevo Gobierno de la primera economía europea y a las alianzas y coaliciones que se puedan tejer. En solo tres años el Partido Verde alemán ha pasado del sexto al segundo lugar en las encuestas, con una intención de voto del 20% (la de la CDU está en el 36%). Algunos analistas aseguran que Laschet podría tratar de negociar con ellos para gobernar, algo que el candidato derechista Merz, por ejemplo, no contemplaba.
La popularidad de la CDU en las encuestas se debe, sin embargo, a la popularidad de Merkel, que lleva 15 años ganando elecciones. Es prácticamente la única gobernante europea que se ha mantenido en pie tras las crisis recientes y a pesar de la ola populista que ha azotado Europa. Laschet carece de ese apoyo, por lo que será juzgado por el resultado de las próximas elecciones regionales. Este es un súper año electoral en Alemania, con seis comicios para elegir Gobierno en otros tantos Länder o estados federados. Si como líder del partido obtiene buenos resultados, tanto la CDU como él saldrán fortalecidos de cara a la transición a la era post-Merkel.
Laschet era el preferido del aparato, por delante de sus rivales, el derechista Friedrich Merz, y el también centrista Norbert Röttgen. Los analistas daban por hecho que Merz querría ser él mismo el candidato, y que por el contrario tanto Laschet como el centrista Röttgen estarían dispuestos a cederle el puesto a alguien con mejor valoración popular que ellos. “Asumo que Laschet también quiere ser candidato a canciller: desde el principio ha asociado la presidencia de la CDU con la candidatura. No propondrá otro candidato motu proprio, ni siquiera al ministro de Sanidad Jens Spahn, con quien forma equipo”, señala Ursula Münch, politóloga y directora de la Academia de Educación Política en Tutzing, Baviera. “Ahora bien, para abril o mayo Laschet tiene que haber conseguido convencer al partido y, sobre todo, a los medios y al público, de que no solo sabe integrar, sino que también tiene madera de líder”, añade. Si lo consigue, Münch cree que la CSU también estará de acuerdo con que se enfrente a los Verdes (que aún no han designado candidato) y al candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, actual ministro de Finanzas.
Laschet ha ganado en segunda vuelta por 521 votos frente a los 466 de Merz. Röttgen había quedado fuera en la primera vuelta al obtener casi la mitad de los votos que los otros dos candidatos. En el congreso, el primero celebrado enteramente de forma telemática, 1.001 delegados del partido tenían que decidir entre la ruptura y el giro a la derecha que planteaba Merz y un liderazgo que podría definirse como de más Merkel pero sin Merkel. Merz es uno de los mayores críticos de Merkel, especialmente de su política migratoria, y ofrecía a los afiliados devolver al partido a lo que él considera que son “sus esencias”, más a la derecha del lugar en el que las ha dejado la canciller. Su intención era recuperar parte del electorado que ha virado hacia la ultraderecha de Alternativa para Alemania.
Durante la campaña Laschet ha unido su destino político al ministro de Sanidad, Jens Spahn, de 40 años, que será su vicepresidente. Spahn, que goza de gran popularidad debido a la gestión de la pandemia, está en las quinielas como uno de los posibles candidatos a canciller. La prensa ha publicado que ha estado sondeando sus posibilidades entre dirigentes del partido, aunque él niega tener esa ambición. El otro candidato que se baraja es Söder, líder de la CSU, primer ministro de Baviera y que también ha ganado mucho peso político durante la crisis del coronavirus. Söder es el líder conservador mejor valorado por los votantes conservadores, con un 80% de apoyo frente al 32% de Laschet, según una encuesta reciente de Infratest Dimap.
“Soy consciente de la responsabilidad que conlleva este trabajo y haré todo lo posible para hacerlo bien en las próximas elecciones regionales y para asegurarme, de cara a las elecciones nacionales, de que el próximo canciller provenga de este partido”, dijo Laschet tras conocerse el resultado de la votación. Laschet afirmó ser consciente, y más en vista del apretado resultado, que su trabajo va a consistir en unificar la CDU y en conseguir que el electorado confíe en el partido. El resultado muestra que la formación está dividida ideológicamente entre los que confían en el centrismo que ha impuesto Merkel durante estos años y los que quieren un giro a la derecha. “Los delegados han querido minimizar el riesgo en año electoral. Por eso han elegido a Laschet. La CDU siempre ha sido más exitosa cuando se ha situado en el centro político y Laschet era el candidato perfecto para hacerlo”, resume Uwe Jun, politólogo de la Universidad de Trier.
Polarización
En su discurso previo a la votación el nuevo presidente de la CDU habló del peligro de la polarización aludiendo a lo ocurrido en Washington y se refirió veladamente a su principal contendiente, Friedrich Merz, que fue asesor jurídico de un fondo de inversión, al decir que el partido “no necesita un CEO sino al líder de un equipo”. También dio un par de pinceladas personales al mencionar a su padre, un minero de Aquisgrán, y enseñar la placa identificativa que este usaba en la mina y que simbolizaba, dijo, la confianza entre compañeros.
Formalmente Laschet no sustituye a Merkel como líder del partido sino a Annegret Kramp-Karrembauer. La política, actual ministra de Defensa, ganó el congreso de 2018 en Hamburgo, al que también se presentó Merz. Era la sucesora natural de Merkel, pero hace un año renunció a la presidencia del partido y a la carrera por la Cancillería, truncando así la transición que había preparado Merkel y abriendo un periodo de gran incertidumbre en el centroderecha alemán.
Los tres candidatos se presentaron esta mañana ante las pantallas de los 1.001 delegados desde un plató situado en el recinto ferial Messe de Berlín. Dieron sus discursos de entre 15 y 20 minutos y antes de las 11 se producía la primera votación telemática. Al no superar ninguno de los candidatos el 50% de votos, se pasó a una segunda vuelta. Los delegados confirmarán la elección dentro de unos días por correo postal.
Merz se ha propuesto a Laschet como ministro de Finanzas del actual Gobierno, según ha publicado Reuters. Un portavoz de Merkel ha contestado que no hay prevista ningua reestructuración del Ejecutivo. Söder ha asegurado en su cuenta de Twitter que está deseando empezar a trabajar con Laschet y que lo importante ahora es la lucha contra el coronavirus y las elecciones regionales de marzo en los estados de Baden-Wurttemberg y Renania Palatinado.
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