Silencio oficial sobre la explosión que este martes ha sacudido Riad
El incidente, atribuido a la destrucción de un misil, se produce tres días después de que las defensas antiaéreas interceptaran otro proyectil contra la capital saudí
Al menos una fuerte explosión ha sacudido Riad este martes, apenas tres días después de que las defensas antiaéreas de la capital saudí interceptaran un proyectil. Ni las autoridades del reino ni los Huthi de Yemen, con los que están en guerra, han comentado el incidente que en las redes sociales se vincula con la destrucción de un misil. Un grupo hasta ahora desconocido se atribuyó el fallido ataque del sábado, suscitando la posibilidad de que los rebeldes yemeníes estén recurriendo a la m...
Al menos una fuerte explosión ha sacudido Riad este martes, apenas tres días después de que las defensas antiaéreas de la capital saudí interceptaran un proyectil. Ni las autoridades del reino ni los Huthi de Yemen, con los que están en guerra, han comentado el incidente que en las redes sociales se vincula con la destrucción de un misil. Un grupo hasta ahora desconocido se atribuyó el fallido ataque del sábado, suscitando la posibilidad de que los rebeldes yemeníes estén recurriendo a la misma táctica que las milicias chiíes de Irak para encubrir sus acciones.
La explosión de este martes se produjo poco antes de la una de la tarde hora local (dos horas antes en la España peninsular) y ante la falta de información oficial, los habitantes de Riad se lanzaron a las redes sociales. Algunos dijeron haber oído dos detonaciones, lo que es habitual cuando las defensas antiaéreas disparan dos misiles Patriot para garantizarse la destrucción del proyectil enemigo. A la misma hora del incidente, varios aviones que se dirigían al aeropuerto de la capital saudí fueron desviados a otros cercanos sin que se haya explicado el motivo.
Un residente de nacionalidad india compartió enseguida en Twitter un vídeo en el que se veía como un misil era aparentemente interceptado y se producía una columna de humo blanco. Dos horas más tarde retiraba el tuit después de que varios usuarios le advirtieran de que no debía “dar pistas al enemigo”. Pero para entonces ya había otras grabaciones similares, e incluso la cadena de televisión saudí Al Arabiya se hacía eco de la noticia.
El problema es determinar quién es el enemigo. Los rebeldes Huthi de Yemen, a los que Arabia Saudí combate desde que se hicieron con el poder en Saná hace seis años, llevan a cabo frecuentes operaciones transfronterizas con drones y misiles. También han atacado infraestructuras petroleras y aeropuertos civiles del sur del Reino del Desierto, e incluso en ocasiones han alcanzado Riad, a unos mil kilómetros de zona yemení bajo su control. Sin embargo, este martes guardaban silencio.
Es algo inusual porque los medios de propaganda de Ansarullah, el nombre oficial del movimiento político y milicia yemení, suelen alardear de sus operaciones contra el Goliat saudí. También el sábado negaron tener nada que ver con el “objetivo aéreo hostil en dirección a Riad” que los saudíes dijeron haber interceptado y destruido. El portavoz militar no precisó si se trataba de un dron o de un misil, ni acusó a los Huthi, como suele ser habitual.
Más llamativo aún, un grupo que se identificó como Alwiya Alwaad Alhaq (que Reuters traduce como Brigadas de la Verdadera Promesa) se atribuyó el ataque fallido. El comunicado lo vinculaba con el atentado del Estado Islámico del jueves anterior en Bagdad y advertía de nuevas operaciones contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Los analistas no terminan de verlo claro. “Me cuesta creer que hay un grupo nuevo. La operativa es la misma que vienen utilizando los Huthi desde hace años”, afirma un observador europeo en Riad.
Cabe la posibilidad de que los rebeldes yemeníes estén siguiendo la misma táctica que las milicias proiraníes en Irak, donde los últimos ataques contra intereses de EE UU. los firman grupos desconocidos ante la necesidad de Irán de no poner en peligro la posibilidad de que el nuevo presidente acabe con la política de máxima presión de su predecesor. Esta fórmula conviene también a los Huthi en un momento en que Joe Biden ha suspendido por un mes su inclusión en la lista de organizaciones terroristas adoptada por la anterior Administración.