El cazador indígena que ‘revivió’ a su pueblo en Canadá
La Corte Suprema tumba una histórica declaración del Gobierno, que en 1956 dio por extinto al grupo autóctono Sinixt y dejó de reconocer los derechos de sus miembros desplazados
La Suprema Corte de Canadá dictaminó este viernes que los miembros del pueblo Sinixt pueden cazar en sus territorios ancestrales ubicados en el suroeste del país. El veredicto voltea una histórica afirmación del Gobierno canadiense, que en 1956 estableció que el grupo indígena se había extinto. La gran mayoría de los Sinixt vive actualmente en Lakes Tribe, una reserva natural al norte Estados Unidos, a pocos kilómetros de la frontera entre el estado de Washington y la provincia canadiense de Columbia Británica. La viruela, la actividad minera y la llegada de los colonos precipitaron su desplazamiento. Según el fallo, si un grupo indígena que se ubica fuera del territorio actual de Canadá puede probar su ascendencia en el país, está protegido por la Constitución. “Una interpretación de la ley que excluye a los pueblos autóctonos que se vieron obligados a abandonar el país corre el riesgo de perpetuar la injusticia histórica sufrida por estos pueblos”, reza la decisión final de la Corte. La victoria legal, tras una década en los tribunales, fue provocada por un cazador.
En octubre de 2010, Richard Desautel, un Sinixt de la reserva Lakes Tribe y con ciudadanía estadounidense, cazó un ciervo cerca de la ciudad de Castlegar (Columbia Británica). El propio Desautel llamó a las autoridades provinciales para reportar este incidente. Recibió cargos en su contra, ya que la Ley sobre la Fauna de Columbia Británica estipula que únicamente los residentes de la provincia que pertenezcan a un grupo indígena reconocido por el Gobierno federal pueden cazar sin permiso. Desautel comenzó así una batalla judicial. “Mi objetivo era ir a Canadá, como mis antepasados nómadas, y no tener esa frontera invisible que me impide cazar ahí”, manifestó ante una corte de Columbia Británica.
El Gobierno federal dejó de considerar en 1956 a los Sinixt como un grupo indígena canadiense, quitándoles así cualquier derecho. Ottawa cuenta con dicha facultad en virtud de la denominada “Acta India”, mecanismo que desde 1876 regula las actividades de las comunidades autóctonas. Los historiadores señalan que los Sinixt se establecieron desde hace al menos 5.000 años en el territorio que abarca actualmente partes de Columbia Británica y Washington. La viruela, la actividad minera y la llegada de misioneros y colonos de origen europeo provocaron que la mayoría de los miembros de este pueblo se mudaran a Estados Unidos a finales del siglo XIX. Los pocos que decidieron permanecer en Canadá se asentaron en la reserva Arrow Lakes, conviviendo con otros pueblos autóctonos. De acuerdo al Gobierno canadiense, el último Sinixt registrado en Arrow Lakes falleció en 1953; tres años después, Ottawa declaró extinto a este grupo en el país.
En 2017, un juez de primera instancia concluyó que Richard Desautel “estaba ejerciendo su derecho tradicional de cazar con fines ceremoniales, un derecho garantizado por la Constitución”, por lo que “la aplicación de la Ley sobre la Fauna infringió injustificadamente ese derecho”. Desautel volvió a ganar en la Suprema Corte de Columbia Británica y en la Corte de apelaciones de dicha provincia. El Gobierno provincial decidió entonces llevar el caso en octubre a la Suprema Corte de Canadá.
Este viernes, el órgano dio la razón a Desautel (en una votación siete a dos), subrayando que la caza en la parte canadiense ha sido una actividad para los Sinixt antes y después del arribo de los europeos, por lo que tienen derecho a seguir practicándola en su territorio ancestral, como pueden hacerlo los demás grupos autóctonos reconocidos. El fallo sienta un precedente, ya que los individuos que pertenezcan a un pueblo indígena cuya presencia en Canadá date de antes de la llegada europea pueden ejercer un derecho, a pesar de que no sean ciudadanos canadienses o residan en otro país.
Tras conocer el fallo de la Suprema Corte, Desautel declaró al diario local Nelson Star: “Esto no es algo solo para mí. Es para mi familia y para las generaciones futuras. La puerta apenas se está abriendo”. Se calcula que unos 3.000 miembros del pueblo Sinixt viven en Estados Unidos. En Canadá, la cifra resulta difícil de establecer, ya que los descendientes de este grupo que no viajaron al sur de la frontera -y que salieron del radar de Ottawa- se integraron a otras comunidades autóctonas.
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