La ley sanitaria de Obama supera el recurso de los republicanos en el Tribunal Supremo
La máxima corte rechaza que la obligatoriedad del seguro médico sea contraria a la Constitución de Estados Unidos
Por tercera vez, y posiblemente la última, el Tribunal Supremo de EE UU respaldó este jueves la reforma sanitaria de Barack Obama, conocida como Obamacare, al dictaminar por siete votos contra dos, que los recursos presentados por dos individuos y 18 Estados gobernados por republicanos carecen de base legal. La norma, entre otras medidas, obliga a los ciudadanos a contratar un seguro médico y a las aseguradoras a ofrecerlo a un precio razonable. Una sentencia condenatoria hubiera dejado automáticamente a más de 20 millones de personas sin cobertura médica, en un momento en el que el país todavía está recuperándose de la pandemia de coronavirus.
La votación envía un mensaje muy claro a los legisladores y a los Estados republicanos, que siguen cuestionando la ley, más de diez años después de su aprobación. Un proyecto que inició su andadura con mucha oposición popular y de la que los republicanos hicieron su propia cruzada, pero que ha ido ganándose el respeto y prestigio entre los ciudadanos debido al gran número de personas que pudieron acceder al sistema de salud, del que hasta entonces estaban excluidos.
Para defender que la norma era inconstitucional, los demandantes republicanos argumentaban que el Congreso eliminó en 2017 la penalización económica derivada de la falta de seguro obligatorio. Y que por ese motivo una ley sanitaria que obligaba a tener el seguro no se ajustaba a la Constitución. Con su decisión, el tribunal certifica que el Obamacare es una ley de obligado cumplimiento.
En aquel 2017, el republicano John McCain escenificó uno de los momentos más teatrales vividos en el Senado. El fallecido senador por Arizona votó a favor de pasar a la votación final para tumbar la reforma sanitaria de Barack Obama, uno de los pocos logros de sus dos mandatos como presidente. Pero cuando sonó su nombre para pronunciarse a favor de derogar la bestia negra de los trumpistas, McCain asestó un duro golpe a la Administración de Trump. El prisionero de guerra se limitó a hacer un gesto tan dramático como el que hacían los emperadores romanos cuando mandaban a alguien a ser devorado por los leones. McCain levantó su mano derecha y dirigió su pulgar hacia el suelo. Con aquel thumb down, Obamacare quedaba ya tocada de muerte.
La Administración de Donald Trump hizo del Obamacare su bestia negra e intentó derogar la norma sin lograr consensuar una alternativa. Por el contrario, el presidente Joe Biden, recién llegado de sus dos cumbres en Europa, calificaba este jueves el veredicto del Supremo como una “gran victoria” y prometió trabajar con el Congreso para “ampliar el acceso a un cuidado médico de calidad y asequible”. Se estima, según CNN, que desde que el demócrata llegó al poder un millón de personas se han sumado a la ley de salud de Obama. “La decisión de hoy es una gran victoria para todos los estadounidenses que se benefician de esta ley revolucionaria”, dijo Biden en un comunicado. Ahora, la ley “es más fuerte que nunca”, sentenció.
El que fuera vicepresidente de Obama tomó prestados los principios de su antecesor al declarar que la decisión de la máxima autoridad pone al país más cerca de “cumplir con la obligación moral de que, en EE UU, el cuidado de la salud sea un derecho y no un privilegio”. Lo holgado de la votación —que solo tuvo los votos discrepantes de los magistrados Samuel Alito y Neil Gorsuch sobre un total de nueve—, permite confiar en que el futuro de la ley sanitaria de Obama quede sancionado para siempre. En esta ocasión, además, la sentencia recibió mayor respaldo que en los recursos planteados en 2012 y 2015.
Las impugnaciones al Obamacare sí han tenido cierto éxito en los tribunales inferiores. Un juez federal en Texas declaró que la ley no era válida aunque pospuso la aplicación del fallo hasta que se resolviera el caso en la Corte de Apelaciones. En 2019, el tribunal de Nueva Orleans acordó, asimismo, que la obligatoriedad de contratar un seguro médico era inconstitucional, pero se negó a pronunciarse sobre el resto de los artículos de la norma y pidió al tribunal inferior que reconsiderara la cuestión con más detalle.
Quienes más hubieran perdido con la anulación del Obamacare habrían sido los adultos de bajos ingresos, que gracias a la ley pudieron acceder al Medicaid (el programa de seguro de salud federal y estatal para personas de bajos ingresos), después de que la mayoría de los Estados ampliaran sus programas para incluirlos. También millones de estadounidenses habrían perdido su seguro sanitario privado, incluidos los jóvenes a quienes la ley permite estar incluidos en los seguros de sus padres hasta que cumplan 26 años, y las familias con ingresos modestos que pueden recibir ayudas para pagar cada mes sus seguros médicos.
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