Gustavo Petro le da lustre internacional a su campaña por la presidencia de Colombia
El candidato de izquierdas visita al papa Francisco en el Vaticano, se reúne con el economista francés Thomas Piketty y es invitado a la posesión de Gabriel Boric en Chile
Gustavo Petro parece estar en todas partes. El candidato a batir en las presidenciales de Colombia se ha repartido en lo que va de este 2022 entre los debates electorales con otros aspirantes, salidas a la plaza pública en distintos lugares del país y una activa agenda internacional. Aunque no se ha conocido ninguna foto oficial, el favorito de todas las encuestas se reunió este miércoles en la Santa Sede con el papa Francisco durante 45 minutos en los que hablaron sobre la paz en Colombia y el cambio climático, de acuerdo con el equipo del aspirante del Pacto Histórico.
El político de izquierdas también se reúne esta semana con empresarios españoles en Madrid, donde ya sostuvo el mes pasado un encuentro con Pedro Sánchez en la sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Esa entrevista con el presidente del Gobierno de España, aunque fuera en su calidad de secretario general socialista, molestó al Ejecutivo del conservador Iván Duque. Petro, quien se encuentra en campaña desde que perdió la segunda vuelta de las presidenciales frente a Duque en 2018, también se reunió entonces con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y con la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ambas de Unidas Podemos, además del expresidente Felipe González. La vicepresidenta y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, se mostró extrañada ante esa “agenda tan prolífica (…) con un precandidato”, y pidió que el Gobierno español brinde la misma acogida a los demás candidatos.
Ese barniz internacional a su campaña ha recabado otros apoyos llamativos. Hace una semana, en la víspera de un debate presidencial organizado por Prisa Media que lo enfrentó a Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez, el exalcalde de Bogotá publicó en sus redes sociales una foto con el economista francés Thomas Piketty, que se encontraba de visita en Colombia. Acompañó su mensaje con el anuncio de que vendrá a asesorar a su eventual Gobierno “en la búsqueda de la producción y la equidad”. Petro, que ha defendido cobrar más impuestos a las personas de mayores ingresos, sostiene desde hace tiempo que las ideas de Piketty sobre la necesidad de combatir la desigualdad lo han influenciado. El célebre autor de El capital en el siglo XXI, por su parte, ya lo había respaldado hace cuatro años, cuando abogó “por un nuevo ciclo progresista en América Latina”.
El aspirante del Pacto Histórico, una coalición de izquierdas hecha a su medida, también fue invitado el 11 de marzo a la toma de posesión de Gabriel Boric en Chile. El presidente electo, de 35 años, ha intercambiado guiños con Petro. “Con Chile habría una alianza estratégica para revitalizar y volver muy poderoso lo que fue una idea buena, que dejaron morir, que es un mercado común en todo el territorio Andino”, ha dicho el candidato –que también ha despertado controversia al defender con insistencia la necesidad de aumentar los aranceles a las importaciones–.
Aunque el verdadero peso electoral de esas postales es incierto, para Petro, quien perteneció en su juventud a la extinta guerrilla del M-19, representan una bienvenida validación internacional ante las resistencias y temores que todavía despierta su proyecto político. Todas tienen el efecto de suavizar su imagen. Bien sea por mostrarlo casi como un estadista, en el caso de la visita a España. Como un católico, en su visita al Vaticano. Por aportarle credibilidad intelectual en el terreno económico, donde tanto lo han criticado, con la asesoría de Piketty. O por asociarlo a Boric, que goza de simpatías entre los sectores progresistas en América Latina.
Cuando una docena de precandidatos todavía compiten en otras dos coaliciones de centro y de derecha, la cabeza del Pacto Histórico se muestra un paso adelante. “Petro es muy consciente de que es el candidato preferido en las encuestas, pero también el más resistido, debido particularmente a la percepción de que tiene un posicionamiento muy radical”, señala el analista Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario. “Él quiere atacar esa percepción normalizando su imagen, apareciendo como un hombre que tiene la talla de un gobernante y es un político como los demás, que no está aislado ni radicalizado, que es una persona responsable y reconocida que habla con otros jefes de Estado, con los sectores empresariales, con todo el mundo. Es una parte esencial de su estrategia”, apunta.
Luego de la oleada de protestas que sacudió a Colombia el año pasado, los observadores coinciden en que Petro es el aspirante mejor posicionado para capitalizar el descontento social. Incluso en esa coyuntura crítica, el exalcalde de Bogotá dio señales de un viraje al pragmatismo, al apostar por proyectar una imagen presidenciable con “alocuciones” en sus redes sociales sobre la situación del país, acompañadas de críticas al impopular Gobierno de Duque, pero también de algún llamado a la mesura. Lo internacional viene a sumarse a ese giro.
Cuando un candidato empieza a hacer estos viajes, y se le reconoce un mérito por fuera de sus fronteras, es porque ya se pone en los zapatos de un presidente, señala Eugénie Richard, docente experta en comunicación y marketing político de la Universidad Externado de Colombia. “Al encabezar los sondeos, tiene que tener muchísimo cuidado de proyectar un discurso que reúna y no un discurso de barricada, de oposición, que divida a la gente. Está cultivando varias facetas de su personaje que le permitan ampliar su base electoral”, apunta. “Está cosechando los frutos de un trabajo de largo aliento que ha venido construyendo desde su derrota en el 2018. Petro sabe que su momento es ahora”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.