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Gabriel Boric, entre Podemos y Errejón

El presidente electo chileno mantiene lazos con ambas facciones de la izquierda española que, alguna vez, fue su modelo a seguir

El presidente de Chile Gabriel Boric y el ex secretario general del partido Podemos Pablo Iglesias en 2019.
El presidente de Chile Gabriel Boric y el ex secretario general del partido Podemos Pablo Iglesias en 2019.

El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, mantiene una antigua y estrecha relación política con la izquierda española y vínculos personales con los rostros de su generación, como Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Al margen de la rivalidad entre ambos que no ha decaído con el paso del tiempo —en 2019, Errejón abandonó el Podemos de Iglesias y fundó su propia organización, Más País—, el próximo mandatario chileno se mueve cómodamente con sus aliados españoles, pasando por alto las diferencias locales: la deriva del partido, que buscó una alianza con la izquierda tradicional y comunista (IU) que Errejón no compartía; el discurso menos templado que enarboló la formación o la estrategia con el socialista Pedro Sánchez en la investidura fallida de 2016 acabaron por provocar la ruptura entre ambos.

El pasado 9 de enero, cuando Boric estaba en plena conformación de su Gabinete, con una tensión máxima entre moderación y mayor radicalidad que empuja parte de su coalición, publicó en Twitter una fotografía con un extracto del libro de Errejón Con todo: de los años veloces al futuro. “Los revolucionarios se prueban cuando son capaces de generar orden. Un orden nuevo, pero orden, que dé certezas y que incluya también a la mayor parte de quienes estaban en contra de él”.

Este miércoles, en tanto, participó en el tercer episodio del podcast La base que conduce Iglesias, exvicepresidente del Gobierno hoy fuera de la política institucional, donde Boric reiteró la necesidad de la amplitud: “Los cambios estructurales no son posibles si no son mayoritarios en la sociedad”, aseguró el líder del Frente Amplio chileno, que la próxima semana cumplirá 36 años, justo a un mes de llegar a La Moneda el 11 de marzo.

En un pasado no tan lejano, era Boric y la generación de la nueva izquierda chilena la que miraba con atención los pasos de Podemos. Para las elecciones generales de España de diciembre de 2015, el presidente electo filmó un vídeo de apoyo junto a Giorgio Jackson —que será ministro político en su Gabinete— donde declaraban estar mirando con atención su experiencia.

En una entrevista de 2015 con EL PAIS, Boric explicaba los fuertes lazos políticos con la formación que lideraba Iglesias y sus semejanzas entre el proceso chileno y español: “Bipartidismo, consenso neoliberal, escaso recambio generacional, desmovilización de la sociedad, progresiva privatización de servicios básicos y derechos sociales”. Observaban el despliegue territorial y seguían de cerca sus discusiones teóricas. Boric contaba que había leído recientemente Construir pueblo, de Íñigo Errejón y Chantal Mouffe —ella es la inspiración teórica del Frente Amplio, al menos en sus inicios—, y seguía los programas de La Tuerka y Fort Apache, conducidos por Iglesias.

Pero Boric, aunque anunciaba con confianza que en cinco años darían vuelta el tablero político —lo que resultó una premonición exacta— se alejaba de la tentación de imitar la experiencia española: “Buscamos un camino propio, sin calco ni copia”. Es, justamente, lo que el dirigente conforma en Chile: candidato a la presidencia por el bloque Apruebo Dignidad, del Frente Amplio y el Partido Comunista, ganó la segunda vuelta ante el ultraconservador José Antonio Kast ampliando su base electoral hacia los sectores moderados de la izquierda. Su Gabinete ha sido el reflejo de esta apuesta, con un socialdemócrata en Hacienda, el economista Mario Marcel.

Hoy por hoy, es la izquierda española la que mira con atención a Boric, como explica Errejón a EL PAIS. “Ellos lo han hecho mucho mejor [que nosotros]. La historia del Frente Amplio es la que podía haber sido la historia de Podemos de haber tomado las decisiones correctas”, concluye el diputado español. “Es curioso que ellos se inspiraron mucho en nosotros al principio y luego continuaron el camino haciendo las cosas mejor e imprimiendo un rumbo diferente que era capaz de integrar a personas que venían ya convencidas de la izquierda y llegar a sectores mucho más amplios”.

La relación entre Boric y Errejón viene de hace muchos años, aunque el parlamentario no precisa fecha. Se conocieron en Chile tiempo atrás, pero estrecharon lazos en 2018, a partir de la participación de Errejón en Santiago en el cierre del congreso A toda marcha, de Revolución Democrática, el partido de Jackson, mano derecha de Boric. Entonces, el hoy líder de Más País aún formaba parte de Podemos, pero llevaba años alejado de Iglesias. Las disconformidades entre ambos acabaron por hacer imposible la convivencia y en 2019, pocos meses antes de las elecciones autonómicas de Madrid, Errejón tomó la decisión de abandonar el partido.

Para José Pablo Ferrándiz, director de Opinión Publica y Estudios Políticos de Ipsos España, “en el Podemos inicial”, Iglesias y Errejón formaban un “tándem parecido” al que habían sido otras parejas de la izquierda antes: Felipe González y Alfonso Guerra o José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. “Iglesias era el más europeísta y Errejón el latinoamericanista”. Su nexo con la región venía de sus estancias en Bolivia, Argentina, Ecuador o Venezuela. “Esa combinación de estrategias”, la de Errejón basada en el nacional-populismo, “funcionó muy bien porque supieron leer una crisis institucional importante” que estalló con el 15-M en Madrid, la protesta de los indignados, casi en paralelo a la movilización universitaria de 2011 en Chile que resultó la cantera de la generación política de Boric que en marzo llegará a La Moneda: el mismo Boric, Jackson, Camila Vallejo. “Sin cambiar el sistema electoral, rompieron el bipartidismo”, recuerda el analista sobre la experiencia española. Después, esas diferencias estratégicas fueron las que acabaron por alejarlos.

En conversación telefónica desde Madrid, Errejón apela a las similitudes entre las trayectorias de las dos fuerzas, desde el liderazgo en los movimientos estudiantiles con posiciones críticas con la Concertación de centroizquierda —que compara con el sistema de partidos de 1978 en España— hasta decidir dotarse de una herramienta política. ¿Cuánto de cerca está de Gabriel Boric ideológicamente? “Mucho”, responde. “Los dos partimos de una forma de ver la política que privilegia las especificidades nacionales. Nuestras trayectorias colectivas con el resto de compañeros han preferido siempre leer antes el sentido común de sus países que los manuales de la izquierda”, argumenta.

En la victoria de Boric, Errejón valora su “comprensión de la relación con el pasado”, que considera que el cambio “nunca es hacer tabula rasa” con lo que había antes. “Ganar es siempre incorporar una parte del adversario, y por lo tanto, Boric no ha ganado solo con los votos de la izquierda”, afirma el líder de Más País. “Ha tenido la capacidad de trascenderla con una voluntad muy transversal para incorporar a mucha gente que viene de posiciones muy diferentes. No ha sido el candidato de la unidad de la izquierda. Ha sido el candidato de la unidad de una mayoría muy amplia de los chilenos que incluye la izquierda, pero que va más allá”. En este sentido, Errejón afirma que esa concepción se parece mucho a la idea de “transversalidad del primer Podemos” que logró más de cinco millones de votos en las generales de 2015 y que la convergencia con IU acabó por enterrar.

Durante los últimos meses, la izquierda española ha seguido de cerca el proceso en Chile. En Podemos, la cúpula del partido ha hecho campaña a favor de Boric. En este caso, es la ministra de Igualdad y número dos de la formación, Irene Montero, quien tiene relación directa con el futuro presidente y buena parte de su equipo desde hace muchos años. Antes de la fundación de Podemos, Montero vivió una temporada en Chile mientras estudiaba la carrera de Psicología y está previsto que sea ella quien asista a la toma de posesión del mandatario en marzo. También la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien está llamada a ser la próxima candidata a la presidencia del Gobierno de Unidas Podemos (la coalición de Podemos con IU), lanzó un vídeo de apoyo a Boric horas antes de que abrieran las urnas. Díaz, que se sitúa según las encuestas como la líder política mejor valorada, ha abogado en los últimos meses por construir un proyecto de país que recupere la transversalidad y vaya más allá de “la esquinita” a la izquierda del PSOE. Un planteamiento que pasaría por volver a entenderse con una parte de los cuadros con los que Unidas Podemos rompió en el pasado, fundamentalmente el dirigente de Más País. La relación personal entre la también ministra de Trabajo y Errejón es buena y mantienen contacto permanente, sobre todo por temas relacionados con la legislación laboral. Pero Díaz no pertenece a Podemos, partido en el que las heridas con Errejón aún no han cicatrizado.

El propio Iglesias conoce bien a Boric. Cuando se han visto en Madrid no solo han hablado de política, sino que han compartido en instancias personales, como la visita a tabernas míticas de la capital española donde han probado juntos vinos del sur de España, tal y como ha relatado el exvicepresidente. Iglesias, que como Errejón se han convertido en rostros habituales en los medios de comunicación chilenos, en una entrevista en CNN Chile de hace algunas semanas reconocía que en política “es muy difícil tener éxito si a veces no tomas una posición incómoda”. Sobre las alianzas del nuevo mandatario chileno apelaba al “talento y la habilidad” de su equipo para llegar a acuerdos. “En política se llega a acuerdos con los que piensan diferente, no con los que piensan igual que tú, ahí no tiene ningún mérito. Lo que han conseguido en esta campaña, que es representar una voluntad enormemente diversa de la ciudadanía chilena, tendrá que implicar que buscarán acuerdos en última instancia para hacer realidad un programa que es ambicioso pero al mismo tiempo básico”, declaró Iglesias al canal de televisión.

En el círculo de Boric se asegura que el presidente electo no ha pasado por alto los errores que ha cometido Podemos en los últimos años, lo que ha representado un aprendizaje para la izquierda chilena. Pero los lazos siguen muy vigentes. La pareja del chileno, Irina Karamanos, que cumplirá las funciones de primera dama en el próximo Gobierno, pocos días después del triunfo publicó en Twitter una fotografía rodeada de mujeres. “Unidas armando plataforma feminista internacional, intercambiando nuestras agendas y herramientas entre Apruebo Dignidad y dirigentas internacionales de La Cámpora de Argentina, Podemos de España, Bloque Nacionalista Galego y el Partido de Izquierda francés”, aseguró la dirigente feminista del partido Convergencia Social, donde milita el futuro presidente.

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