El fiscal de la CPI: “Ningún actor del conflicto tiene un pase gratis”

El fiscal Karim Khan habla con EL PAÍS sobre sus investigaciones en Ucrania sin la colaboración de Rusia y, en oposición, la apertura que ha encontrado en Venezuela para investigar crímenes de lesa humanidad

El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, en una imagen de archivo.CPI

El día en que Vladimir Putin decidió invadir Ucrania, el 24 de febrero, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, se encontraba a miles de kilómetros de La Haya en una ciudad portuaria de Bangladesh. “Inmediatamente envié un mensaje a todos los actores del conflicto recordándoles que tenemos, como Corte Penal Internacional, jurisdicción allí”, cuenta Khan (Edimburgo, 52 años) en entrevista pa...

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El día en que Vladimir Putin decidió invadir Ucrania, el 24 de febrero, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, se encontraba a miles de kilómetros de La Haya en una ciudad portuaria de Bangladesh. “Inmediatamente envié un mensaje a todos los actores del conflicto recordándoles que tenemos, como Corte Penal Internacional, jurisdicción allí”, cuenta Khan (Edimburgo, 52 años) en entrevista para El PAÍS. La CPI es el tribunal internacional que puede condenar a perpetradores de genocidios, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, de acuerdo al Estatuto de Roma de 1998. Khan estaba alertando a los gobiernos de Ucrania y Rusia desde el primer día de que cualquiera que cometiera un crimen de este tipo podría terminar siendo investigado por su despacho y luego juzgado por los jueces de la Corte. “Debo aclarar que ningún actor del conflicto tiene un pase gratis. La ley debe ser ciega, en ese sentido”.

El reto del fiscal y de la Corte es que Rusia no acepta la jurisdicción de la CPI (el Gobierno no ratificó el Estatuto de Roma en 2016). Ucrania tampoco la acepta, aunque hizo una excepción en 2014 y en 2015 cuando permitió un acceso limitado a la Corte. Esa excepción permitió a Khan, en parte, abrir una investigación en Ucrania a pocos días de que empezara la nueva guerra. Y hubo otro elemento que jugó a su favor: “aceleramos la investigación por un hecho sin precedentes: ya son 41 los Estados que han solicitado referir este caso a la CPI. Así que sí, tenemos jurisdicción allí”.

El fiscal ha estado viajando en las últimas semanas entre Ucrania y Venezuela, donde tiene otra investigación abierta. Se ha reunido con Volodímir Zelenski y con Nicolás Maduro, pero cuenta que aún no tiene respuesta oficial de Vladimir Putin. “Yo voy a seguir” insistiendo.

Pregunta. En los últimos días hemos visto cientos de imágenes de la violencia cometida en el suburbio de Bucha, en Ucrania. ¿Podría llamar lo que ocurrió allí como crímenes de guerra?

Respuesta. Hay acusaciones muy preocupantes y hemos encontrado que hay motivos razonables para creer que, desde 2014, hay crímenes que se han cometido que entran en la jurisdicción de la Corte. Hay acusaciones preocupantes que han salido a la luz pero, para nuestra oficina es importante no estar en el bolsillo de nadie. Nosotros tenemos que separar la verdad de la ficción, la propaganda de la realidad, y tenemos que hacerlo en una forma que sea creíble e independiente. Hemos tenido muy buena cooperación y buen diálogo en Ucrania: yo he ido allá, he tenido un buen diálogo con oficiales de alto rango, con el presidente, con el fiscal general, con el canciller, y con más personas. También he llamado a la Federación Rusa. En esta investigación no seremos ingenuos y haremos todo lo posible para tener información creíble, evidencia que ha sido autenticada, que es confiable para decidir en última instancia si se cometieron crímenes o no. Y si es el caso, quién es responsable, y eso será presentado a los jueces independientes de la Corte Penal Internacional, y esos jueces, si lo consideran, podrán emitir una orden de citación o de detención. Creo que todo el planeta está preocupado cuando hay un conflicto y nosotros estamos intentando asegurarnos de que, bajo el Estatuto de Roma, podamos darle prioridad a la investigación.

En todas las guerras se dice que ‘la verdad es la primera víctima de la guerra’. Sería muy fácil unirnos al coro, pero la credibilidad de esta oficina es hacer investigaciones sólidas, apropiadas, imparciales, independientes, e intentar acercarse a los dos lados, a otros actores, a otros Estados, a otros gobernantes. Al final, nosotros intentaremos esclarecer lo que realmente ocurrió de forma creíble y basados en información sólida.

Pregunta. En esto de acercarse a todos los lados de la guerra, ¿ha encontrado cooperación con el Gobierno de Rusia?

Respuesta. Yo he enviado mensajes a los dos lados, y no he tenido una respuesta formal aún de la Federación Rusa. Eso no quiere decir que no vayan a responder, yo voy a seguir comunicándome y eso es todo lo que puedo hacer. Me comprometo a seguir diciendo que no tengo ninguna agenda, porque no tengo ninguna predeterminación en este caso. Parte de mi obligación es acercarme a todos los actores, y voy a acercarme a todos los Estados y a todos los actores no estatales, a la sociedad civil, a las víctimas.

Una mujer camina entre los cuerpos de su esposo, su hermano y otro hombre, asesinados durante la invasión rusa en Bucha, Ucrania, el pasado 4 de abril.Felipe Dana (AP)

Pregunta. Rusia no reconoce a la CPI como tribunal. Aún así, ¿podría el presidente Vladimir Putin ser juzgado allí?

Respuesta. La CPI no tiene jurisdicción sobre los Estados sino sobre los individuos. Uno de los principios de Nuremberg es que los crímenes son cometidos por las personas, no por entidades abstractas. Nosotros estamos mirando si los crímenes se han cometido o no, y si se han cometido, quién es el responsable. El Estatuto de Roma es muy claro en que cualquier individuo puede ser encontrado responsable. No voy a mencionar a ningún líder, porque no he tomado ninguna determinación. Pero cualquier individuo, si hay evidencia que señala que cometió un crimen, puede ser juzgado. Los jueces deciden, no yo. Yo presento un caso y los jueces independientemente decidirán si hay razones para creer que el individuo cometió un crimen bajo el Estatuto de Roma. Y si lo hacen, hay un debido proceso para que haya un juicio justo.

P. Usted está haciendo una investigación en medio de una guerra que todos estamos viendo en directo. ¿Cree que abrir estas investigaciones puede desalentar o incluso frenar el accionar de Rusia?

R. Es muy temprano para decir eso. Una cosa que es clara es que, en 20 años de existencia, la CPI nunca ha prevenido que se hayan cometido los crímenes que están bajo su jurisdicción. Esa es la verdad, la más simple. Otra pregunta sería: ¿estaría todo peor sin la CPI o no? No podemos evaluarlo. La Corte tiene un rol muy importante que jugar porque la ley internacional es una de las anclas para la estabilidad y la seguridad. No, no es perfecta. La ley internacional está llena de contradicciones, pero es lo mejor que tenemos para anclarnos ante las tormentas y evitar que nos choquemos contra las rocas. No podemos ser espectadores ante un genocidio, o ante crímenes contra la humanidad, o ante crímenes de guerra.

P. En noviembre del 2021 usted decidió abrir un caso para investigar a Venezuela por crímenes de lesa humanidad. ¿Cómo ha avanzado esa investigación?

R. Vamos adelante con la investigación y cumpliremos nuestro mandato de forma independiente e imparcial. Pero lo que me parecen buenas noticias, y por las que felicito al Gobierno de Venezuela, es que abrí esa investigación y al mismo tiempo pudimos construir un nuevo enfoque. Acordamos trabajar dándole asistencia y consejos técnicos a Venezuela para que ellos puedan llegar a la altura [judicial]. Nosotros seguiremos recogiendo evidencia para cumplir con nuestro mandato y, por otro lado, trabajamos con Venezuela, cosa que es importante y es algo que yo he promovido. Creo que la gente no esperaba que Venezuela reaccionara como reaccionó en noviembre. Ellos acordaron que podríamos abrir una oficina en Caracas, que podemos contar con visas con múltiples entradas, que podemos seguir teniendo más diálogos, y que podremos trabajar con organizaciones internacionales como la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos. Trabajaremos respetando la soberanía y al mismo tiempo yo voy a continuar con las investigaciones, imparciales e independientes.

P. ¿Por qué decidió abrir esa oficina en Caracas?

R. En el sistema de justicia internacional, La Haya no tiene ninguna cualidad mágica, es solo la sede principal. La justicia se hace mucho mejor desde casa, y también pasa lo mismo con las investigaciones. Nosotros no podemos entrar como comandos legales, tenemos que entender la cultura, el contexto, las historias, tenemos que separar la propaganda de la verdad, separar la verdad de la ficción. Es muy difícil hacer eso con un control remoto desde el norte global. Si nos relacionamos con el sur global, tenemos que conocer a la gente, hablar, escuchar, aprender, ser lo suficientemente humildes para entender que no tenemos el monopolio del conocimiento.

Miembros de la Policia Nacional Bolivariana patrullan en un barrio de Caracas, Venezuela.Rodrigo Abd (AP)

P. ¿Ha tenido acceso total a la información que necesita para las investigaciones?

R. No puedo comentar sobre la investigación, no sería apropiado. Lo que me anima es el compromiso que ha habido: en noviembre firmamos un MoU [Memorando de entendimiento]; el vicepresidente ha intentado varias veces ir a La Haya (aunque no le fue posible viajar) y yo acabo de regresar de Caracas. Así que me anima y aplaudiré el esfuerzo de cualquier país que esté intentando avanzar hacia lo legal y cumplir sus obligaciones de acuerdo al Estatuto de Roma, independientemente de lo que la gente piense de ese país. Estamos trabajando para hacer una conferencia de alto nivel en Caracas en el 2023. Siendo justos, es un proceso muy largo el de cambiar la arquitectura legal de un país, pero debemos darle a los Estados toda oportunidad de buena fe para que lleguen a ese punto.

P. ¿El Gobierno de Venezuela está trabajando para mejorar su arquitectura judicial?

R. Lo dejaré más claro. Me anima la respuesta que tuvieron en noviembre cuando abrimos la investigación y firmamos el MoU. Me anima ese acuerdo. Y por eso yo he dicho que si un país intenta ponerse en el nivel que debe para cumplir con sus obligaciones del Estatuto de Roma, yo me retiro. Pero eso no es un favor, no es un regalo, es una obligación que tengo. No me voy a quedar aferrado a un caso o a una situación si veo que el país está haciendo un esfuerzo genuino. Usted ya vio lo que hice en Colombia: cerré el caso allí [en 2021] pero no di un cheque en blanco, fue una situación condicional a que continúe la Jurisdicción Especial para la Paz, y el financiamiento para esta, y que no haya intervención política contra esta. Si no, por supuesto, podría volver a entrar.

P. Su última visita a Venezuela no fue anunciada, y luego apareció en la televisión oficial anunciando la nueva oficina de Caracas. Los críticos de Maduro temen que usted está confiando demasiado en el Gobierno.

R. Mire, como dirían los estadounidenses: ‘Este no es mi primer rodeo’. Yo voy a lidiar en buena fe con cualquier individuo, funcionario o Gobierno. Y Venezuela es miembro del Estatuto de Roma. La última vez que fui a Venezuela también me encontré con la sociedad civil y otros actores. Uno no puede ser ingenuo pero uno tampoco puede sospechar innecesariamente, porque entonces no estás siendo imparcial. Tenemos experiencia, ninguno de nosotros nació ayer, sabemos cuál es nuestro trabajo.

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