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La central nuclear de Zaporiyia vuelve a perder su última conexión principal con la red de Ucrania

La desconexión se produjo tras un bombardeo el viernes, según fuentes ucranias citadas por la agencia atómica de la ONU. La planta sigue suministrando corriente a través de una línea auxiliar

Ucrania Zaporiyia
El reactor número tres de la central nuclear ucrania de Zaporiyia, la más grande de Europa.BAI XUEQI (Europa Press)
Luis de Vega

En medio de la guerra que se libra en Ucrania, la central nuclear de Zaporiyia ha vuelto a perder su conexión eléctrica de la red principal del país, aunque se mantiene conectada con el exterior a través de una línea auxiliar de reserva, según ha informado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La agencia de vigilancia de Naciones Unidas asegura que, según Ucrania, la desconexión se produjo tras un nuevo bombardeo el viernes por la tarde. Esta central, ubicada en el sureste de Ucrania y con frecuencia en primera línea de fuego, sigue siendo el centro de atención de la guerra en la antigua república soviética, cuya invasión por tropas rusas cumplió seis meses el pasado 24 de agosto. Una misión de inspectores de la ONU logró visitar e inspeccionar las instalaciones esta semana y el Kremlin accedió a que dos de sus representantes se instalen de forma permanente en la planta.

No habían pasado ni 48 horas desde que el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, estableciera el jueves esa misión, cuando altos funcionarios ucranios informaron a los expertos de la agencia de la ONU que la cuarta línea eléctrica operativa de 750 kilovoltios estaba caída, según un comunicado del sábado. Las otras tres habían dejado de funcionar durante los meses previos de conflicto. Pese a todo, se mantiene funcionando la línea de reserva de entre 330 y 750 kilovoltios que une las instalaciones con una central térmica próxima, añade la misma fuente. La desconexión que tuvo lugar en la tarde del viernes ya se produjo también el pasado 25 de agosto.

La de Zaporiyia es la central más grande de Europa y fue ocupada por tropas rusas en los primeros días de marzo, aunque los operarios ucranios se mantienen en sus puestos. Desde entonces, los ataques han sido continuos en la zona y el riesgo de desastre nuclear está a la orden del día en un país que sigue teniendo muy presente el accidente de la central de Chernóbil de 1986. Miembros de “alto nivel” del personal ucranio fueron quienes informaron a los expertos de Naciones Unidas de la pérdida de la cuarta y última línea eléctrica que conectaba la central de Zaporiyia con la red ucrania.

El acceso limitado al sistema eléctrico estatal ha obligado también a desconectar de nuevo el reactor número cinco, que ya tuvo que ser apagado el jueves por un fallo eléctrico interno, aunque fue reconectado al día siguiente. De los seis reactores de la central, solo uno sigue en funcionamiento, de acuerdo con el OIEA. Ese único reactor operativo produce electricidad también para las propias necesidades internas de la planta, como “la refrigeración y otras funciones esenciales de seguridad” asegura el organismo. La línea auxiliar por la que la central continúa suministrando corriente “puede proporcionar energía de reserva a la central en caso de necesidad”, asegura la agencia de vigilancia nuclear.

Tanto Ucrania como Rusia se acusan mutuamente de haber bombardeado la central y sus alrededores en repetidas ocasiones. Este domingo, Moscú reiteró esas acusaciones al sostener que Ucrania intentó atacar la central la víspera con ocho drones armados, aseguró el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.

Cuando los inspectores de Naciones Unidas trataron de acceder a la planta el jueves por la mañana, los incesantes bombardeos los obligaron a esperar varias horas antes de poder penetrar en las instalaciones. Tras una primera inspección, el jefe de la misión y director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, confirmo que la central había sufrido daños y que su integridad había sido “violada varias veces”, si bien no precisó en qué consistían dichos daños.

El comunicado del organismo de este sábado detalla algunos de esos desperfectos y confirma que “desde el 29 de agosto hasta la víspera [el miércoles] de la llegada del Director General [Grossi] y su equipo a la central nuclear se produjeron continuos bombardeos. Se produjeron daños en el almacén de residuos radiactivos sólidos de la instalación, en la tubería de ventilación del edificio especial 1 y en el edificio de formación de la central”.

El OIEA publicará a principios de la semana que viene un informe sobre la situación de la seguridad nuclear en Ucrania que incluirá los resultados de su misión en la central de Zaporiyia. La agencia de verificación atómica informará también de las conclusiones de su visita al Consejo de Seguridad de la ONU el próximo martes. La planta de Zaporiyia concentra seis de los 15 reactores nucleares con los que cuenta Ucrania y antes de la guerra aportaba el 20% de la electricidad del país. Su potencia instalada es de seis gigavatios —la potencia nuclear instalada en toda España es de siete gigavatios—.

En su última visita a la capital ucrania, el 18 de agosto, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que “cualquier opción que no sea desmilitarizar Zaporiyia sería un suicidio”. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró poco después que Rusia no se plantea la posibilidad de implantar una zona desmilitarizada en torno a la planta, como Washington le ha instado a hacer.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.

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