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Marruecos revisará sus relaciones con la UE tras el voto de condena de la Eurocámara

El Parlamento y el poder judicial rechazan la “injerencia” de los eurodiputados por la resolución sobre el deterioro de la libertad de prensa en el país magrebí y las sospechas que vinculan a Rabat con el ‘Qatargate’

Juan Carlos Sanz
Parlamentarios marroquíes, durante la sesión sobre la condena de la Eurocámara, el lunes en Rabat.
Parlamentarios marroquíes, durante la sesión sobre la condena de la Eurocámara, el lunes en Rabat.- (AFP)

Con rara unanimidad y diligencia, las fuerzas vivas de Marruecos se han movilizado frente a la resolución del Parlamento Europeo que el pasado jueves condenó el deterioro de la libertad de prensa en el país magrebí, con varios periodistas encarcelados, y su presunta implicación en la trama de corrupción del Qatargate. La asociación de los jueces, la de los medios de comunicación o la de los marroquíes residentes en el exterior han clamado contra el “chantaje de la Eurocámara” después de la primera votación de condena sufrida en dos decenios por Rabat en el hemiciclo de Estrasburgo. El malestar ha escalado hasta los más altos poderes del Estado. El Consejo Superior del Poder Judicial reprochó el sábado la injerencia europea en la justicia de Marruecos. Y en una sesión extraordinaria de sus Cámaras en Rabat, el Parlamento ha acordado este lunes “revisar sus relaciones con el Parlamento Europeo” tras la “inaceptable resolución que ha destruido la relación de confianza”. Marruecos advierte de que el voto de los eurodiputados va a afectar a “los logros que se han producido en varias décadas” de relaciones bilaterales estratégicas.

La sede del Parlamento, en la céntrica avenida de Mohamed V de Rabat, es el epicentro de las protestas políticas, laborales y sociales de Marruecos. Raro es el día en que ante sus puertas no hay una concentración con pancartas. Los diputados de la Cámara baja y los consejeros de la Cámara alta han asistido ahora a una sesión plenaria conjunta, con inusual unanimidad, para rechazar de forma vehemente la “injerencia” del Parlamento Europeo. En el mismo escenario de las grandes ocasiones, como el anual discurso del trono pronunciado por el rey en la sede del Legislativo, y tras una sucesión de intervenciones de los grupos, el Parlamento acordó una declaración conjunta para “reconsiderar sus relaciones con el Parlamento Europeo y someterlas a una revisión global, y tomar decisiones apropiadas y firmes”, sin concretar más detalles, “tras la usurpación de la independencia de las instituciones judiciales marroquíes”.

En un ambiente en el que se respiraba la tensión política, con menciones al Sáhara Occidental, al “discurso de superioridad colonial” europeo, e incluso a la quema de un Corán en Suecia y al “olor a gas” que desprendía la supuesta presión de Argelia sobre la Eurocámara, la sesión se ajustó a un guion previsible. Los tres partidos que sostienen al Gobierno coincidieron en denunciar “la violación de la soberanía nacional de un país asociado” a la Unión Europea, como es Marruecos. “Las decisiones de los eurodiputados no nos van a intimidar”, advirtió desde la tribuna Mohamed Ghiat, portavoz del grupo parlamentario de la Agrupación Nacional de Independientes, principal partido de la mayoría. “No tenemos gas ni petróleo para comprar [voluntades] y corromper”, enfatizó Ghiat en una velada alusión a Argelia. “Me pregunto si el frío y el gas han reemplazado a los valores de los derechos humanos [entre los diputados]”, apostilló.

La resolución de la Eurocámara, adoptada por 356 votos a favor, 32 en contra (incluidos los de 17 socialistas españoles) y 42 abstenciones, expresó la preocupación europea “por las sospechas de que responsables marroquíes hubieran intentado sobornar a eurodiputados” y vetaba la presencia de representantes de ese país en el Parlamento Europeo, al igual que lo acordado con los cataríes. Marruecos, junto a Qatar, protagoniza el escándalo de los sobornos en el que ya hay cuatro imputados, entre ellos Eva Kaili, una de las vicepresidentas de la Eurocámara ahora despojada de su cargo, y el exeurodiputado Pier Antonio Panzeri, que ha firmado un acuerdo de “arrepentido” con las autoridades belgas para contarlo todo a cambio de una reducción de condena.

Desde las filas de la mayoría gubernamental marroquí, Ahmed Tuizi, portavoz del Partido Autenticidad y Modernidad, celebró el voto de los socialistas españoles que se negaron a “apoyar una tentativa fracasada” contra Marruecos, y agradeció al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que defendiera el voto de sus diputados en Estrasburgo. Tuizi acusó, sin embargo, a “un país que creíamos amigo [en referencia a Francia] de haber perdido la razón a causa del olor a gas [supuestamente causado por su acercamiento a Argelia]”.

El presidente del Gobierno de España tiene previsto viajar a Rabat los días 1 y 2 de febrero, al frente de una docena de ministros, para participar en una reunión de alto nivel que consagrará el fin de la crisis diplomática entre ambos países. En la cita, la primera en este nivel desde 2015, se tratarán temas de cooperación policial en materia de inmigración irregular, la delimitación de las fronteras marítimas y aéreas en las Islas Canarias, el refuerzo de las relaciones económicas y la apertura de aduanas en las fronteras de Ceuta y Melilla, inicialmente prevista para esta semana.

Acoso a los periodistas

El texto votado por la Eurocámara la semana pasada exigía también a las autoridades de Marruecos que cesen los ataques contra la prensa, que Rabat “respete la libertad de expresión de los medios de comunicación” y “ponga fin al acoso a los periodistas”. Al mismo tiempo, pide que se detenga el espionaje a los informadores a través del polémico programa Pegasus, de fabricación israelí, con el que también se espió a miembros del Gobierno español, según la investigación de un consorcio periodístico.

El Parlamento Europeo, además, ha denunciado el uso “indebido” de las acusaciones de agresión sexual para encausar a informadores y ha reclamado la liberación inmediata de los periodistas Omar Radi (que cumple una condena de seis años de cárcel por violación y espionaje), Tofik Buachrin (15 años) y Suleiman Raisuni (cinco años).

Una coordinadora de defensores de periodistas y activistas presos en Marruecos ha pedido la liberación de “las víctimas de la libertad de expresión detenidas arbitrariamente”, según informa Efe. Entre ellas incluye a Naser Zefzati, líder de las revueltas sociales que estallaron en el Rif (norte de Marruecos) en 2017.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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