La justicia rusa condena a dos años de cárcel al padre de una niña que hizo un dibujo contra la guerra
La hija de Alexéi Moskaliov fue enviada a un centro de menores después de que las autoridades investigasen sus críticas antibélicas en las redes sociales. El progenitor está en paradero desconocido desde la madrugada del martes y las autoridades aseguran que ha huido
“Papá, eres mi héroe”. Con estas palabras garabateadas en una carta junto a dibujos de conejos y perritos, María Moskaliova, Masha, de 13 años y recluida desde hace un mes en un centro de menores ruso, ha mostrado su amor a su padre en el juicio en el que este martes ha sido condenado en ausencia a dos años de cárcel por oponerse en sus redes sociales a la guerra en Ucrania. La persecución de Alexéi Moskaliov, de 53 años, y su hija comenzó hace casi un año, cuando la niña mostró una pintura en clase contra la invasión de Ucrania, y este martes la justicia rusa ha dictado sentencia: culpable del delito, según el Kremlin, de desacreditar a sus Fuerzas Armadas. El acusado, que el lunes acudió al juicio, se encuentra desde este martes en paradero desconocido.
Las autoridades rusas aseguran que huyó durante la madrugada de su arresto domiciliario. El abogado del condenado, Vladímir Biliyenko, ha asegurado que se enteró de la ausencia de su cliente por la secretaria de prensa del tribunal. Según el letrado, ambos se reunieron la tarde del lunes. “¡Queridos amigos! Nosotros, igual que vosotros, estamos muy preocupados por Alexéi. Les pedimos que no entren en pánico ni pierdan los nervios respecto a Masha. En cualquier caso, seguiremos luchando por ellos”, ha pedido un canal de Telegram creado por defensores de la familia.
El fallo del tribunal de Efrémov, en la región de Tula, al sur de Moscú, ha sido el resultado del primero de los dos juicios que afrontan los Moskaliov. El 6 de abril se decidirá en otro caso aparte si se priva al padre de la patria potestad sobre la menor, que se encuentra aislada por las autoridades rusas: solo el abogado de la defensa puede acceder al centro. La madre de la menor vive en otra ciudad y es el padre quien tiene su custodia.
La pesadilla de padre e hija comenzó en abril de 2022, poco después de que el Kremlin promulgase la ley que condena a cárcel a quien critique las acciones de sus Fuerzas Armadas en la guerra contra Ucrania. El dibujo que atrajo a las fuerzas de seguridad sobre esta familia mostraba a una mujer con un niño entre misiles y las banderas de Rusia y Ucrania. Cuando la niña mostró aquel dibujo antibélico en la clase de bellas artes, su colegio llamó al Servicio Federal de Seguridad para interrogarla. Aquel procedimiento derivó en una investigación más exhaustiva de los comentarios del padre en las redes sociales. Finalmente, Moskaliov fue sometido a arresto domiciliario el 1 de marzo de este año y la niña apartada de él e internada en un centro de menores.
En Rusia, donde pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional sobre la Defensora del Menor por la deportación de menores ucranios, han comenzado a aflorar más casos en los que peligra la unidad familiar por haber sido críticos con la guerra. Es la situación de la activista Natalia Filonova, de 59 años y madre adoptiva de un menor de 15 con discapacidad. El niño fue enviado a un orfanato de la región de Buriatia a inicios de este mes, mientras ella es investigada por supuestamente haber agredido a policías durante unas protestas. Filonova, que ganó anteriormente tres juicios en los que estaba acusada de participación ilegal en manifestaciones contra la guerra, también protagonizó otro incidente en el que fue expulsada violentamente de un autobús por arrancar zetas, el símbolo del ejército invasor, que había pegadas en el vehículo.
Decenas de personas asistieron este martes al juicio en apoyo a la familia Moskaliov. “A esta gente no le interesa lo que pase con Masha, no les interesa su futuro”, decía una mujer contra las autoridades en uno de los momentos del juicio difundidos por el canal Sota Visión.
Sin embargo, en la sala había una excepción. Svetlana Grigórieva, miembro del consejo social de la ciudad, remarcaba: “El asunto no es la niña, sino el padre, que ha violado la ley con sus agresivas acciones contra las operaciones de guerra y contra el presidente”. “Me quedaré hasta el final, quiero ver cómo es encarcelado”, decía la anciana un día antes a Sota Visión. A la salida de los juzgados, esperaba este martes un grupo de veteranos de guerra para celebrar la condena.
La justicia rusa ha acatado así la petición de la Fiscalía, que solicitó dos años de cárcel para Moskaliov por sus publicaciones antibélicas en una red social rusa, Odnoklassniki, y la prohibición de utilizar internet durante tres años. Este duro castigo fue modulado por las autoridades rusas con una atenuante, tener una hija pequeña, y una agravante, hacer estas críticas durante el desarrollo de lo que el Kremlin denomina “operación militar especial”.
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