El autor de la filtración del Pentágono sobre Ucrania obtuvo los papeles en una base militar
Según el diario ‘The Washington Post’, un joven internauta publicó en redes sociales los documentos de inteligencia confidenciales bajo las iniciales O. G.
Joven, varón, de unos veintitantos años. Empleado en una base militar. Entusiasta de las armas. Religioso. Solitario en busca de compañía: definía al grupo de seguidores que había ido encontrando en internet como su “familia”. Este es, según publica el diario The Washington Post, el perfil del hombre que ha filtrado en redes sociales decenas de documentos clasificados, en lo que amenaza con convertirse en el mayor problema para el Pentágono y el Gobierno de EE UU desde la difusión de los documentos de Wikileaks en 2010. Compañeros de esta persona en un grupo de internet centrado en compartir información sobre videojuegos, armas de fuego y memes racistas le conocen como O. G., según este periódico. The New York Times, por su parte, identifica al líder de este grupo, denominado Thug Shaker Central, como Jack Teixeira, de 21 años y destinado en el área de inteligencia de la Guardia Nacional Aérea en el Estado de Massachusetts. Se desconoce por el momento si se trata de la misma persona que el Post identifica como O. G.
Según el Times —que también precisa que los miembros del grupo se refieren al responsable de las filtraciones como O. G.—, los investigadores a cargo del caso buscan hablar con Teixeira, que “puede tener información relevante”. Este diario señala que los investigadores no han designado a esta persona —ni a ninguna otra— como sospechoso.
El portavoz del Pentágono, Pat Ryder, no ha querido confirmar en una rueda de prensa si Defensa considera a Teixeira el responsable de la filtración, al alegar que la investigación sobre el caso se encuentra en curso. Sí aseguró que se trata de “un acto delictivo deliberado”.
Los documentos filtrados conciernen sobre todo a la guerra en Ucrania, pero también a otros puntos calientes del mundo, desde China hasta Oriente Próximo. Su publicación, y el contenido del material difundido, han desatado tensiones entre Washington y algunos de sus aliados, como Israel o Corea del Sur. Algunos de esos textos estaban marcados con la etiqueta “NOFORN”, que indicaba que la información era tan delicada que no debía compartirse con extranjeros.
Desde Irlanda, donde se encuentra en viaje oficial, el presidente de EE UU, Joe Biden, ha asegurado este jueves que los investigadores a cargo del caso se encuentran cerca de localizar al responsable. “Hay una investigación muy avanzada, como saben, en la que participan la comunidad de inteligencia y el Departamento de Justicia, y se están acercando”, ha sostenido. El inquilino de la Casa Blanca también se ha declarado poco preocupado por la filtración en sí. “Me preocupa que haya ocurrido”, ha declarado; pero los documentos, ha subrayado, contienen información anticuada: “no hay nada actual de lo que tenga noticia”.
El Post ha entrevistado, bajo la condición del anonimato, a dos miembros de un grupo de Discord, una red social popular entre aficionados a los videojuegos. Desde esta plataforma partió la filtración de los documentos, varios de ellos clasificados como de alto secreto. Según uno de los entrevistados, que describe a O. G. como una figura paterna que se acabó convirtiendo en su “mejor amigo”, el filtrador comenzó a volcar el contenido confidencial hace meses en un grupo creado en 2020, inicialmente para compartir tácticas de videojuegos. A este grupo solo se podía acceder mediante invitación. Contaba con 24 miembros, varones jóvenes en su mayoría, todos ellos entusiastas de los juegos en línea, de las armas de fuego, de los equipamientos militares y “de Dios”.
Al principio, los documentos pasaron inadvertidos. O. G. los copiaba en su teclado y los compartía en el grupo, donde el formato y lo complicado de su contenido, lleno de siglas, hicieron que pocos le prestaran atención. Circularon durante meses sin que nadie reparara en ellos. Algo que cambió cuando el filtrador cambió de táctica y, en lugar de copiar a mano los documentos, empezó a fotografiarlos y subirlos.
Según explicaba el autor de la filtración al resto de los miembros del grupo, las páginas eran copias obtenidas en la base militar en la que trabajaba. O. G. les contó que pasaba parte del día “dentro de una instalación de seguridad en la que están prohibidos los teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos” y que “trabajaba a destajo durante horas” preparando documentos “para compartirlos con sus compañeros en el servidor Discord”.
Su idea era, simplemente, informar a estos compañeros, a su “familia”. No tenía intención de compartir los datos con el público en general, según ha contado el joven entrevistado al Post. Según esta fuente, O. G. no se considera un enemigo del Gobierno estadounidense, aunque sí es profundamente escéptico sobre sus acciones. Tampoco actúa en beneficio de ningún gobierno extranjero —no toma partido ni por Rusia ni por Ucrania en la guerra—. Y tampoco en nombre de ningún gran principio moral o por el bien común. Los documentos saltaron a la luz pública una vez que otro miembro del grupo comenzó a exportarlos a un grupo distinto.
“Grave riesgo” para la seguridad
Una vez que la difusión de los documentos en internet se ha convertido en un gran escándalo, O. G. ha pedido a sus compañeros que borren cualquier traza que pueda llevar hasta él. “Parecía muy confundido y perdido acerca de qué hacer”, según el joven entrevistado por el Post, que aún en los últimos días ha estado en contacto con su amigo. “Tiene muy claro lo que está pasando y cuáles pueden ser las consecuencias. Simplemente no está seguro de cómo resolver esta situación… Parece bastante afectado”, explica.
Aunque no ha confirmado públicamente la autenticidad del material, el Pentágono ha calificado esta filtración como un “grave riesgo” para la seguridad del país. Tanto el Departamento de Defensa como el FBI desarrollan investigaciones para determinar el alcance de la filtración y localizar a su responsable, a O. G. Que estos documentos hayan salido a la luz ha alterado los planes de la contraofensiva ucrania para liberar los territorios del este, en manos del ejército ruso, según declaró una fuente próxima a la presidencia ucrania a la CNN. La mayoría de los documentos ya no están disponibles en los foros donde aparecieron por primera vez.
Este miércoles, el ministro de Defensa ucranio, Oleksii Reznikov, de visita oficial en Madrid, restó importancia a la filtración, asegurando que esos papeles “mezclan verdad y mentira”, contienen muchos datos falsos y “los que son reales están desfasados”. Aseguró que se trata de “una operación psicológica especial” de Moscú —en alusión al término “operación especial” con el que Rusia se refiere a la invasión de Ucrania— cuyo objetivo es “rebajar la confianza entre los aliados y Estados Unidos”, ya que dejan en evidencia que Washington los ha espiado.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.