La presa de Nova Kajovka registró una explosión justo antes de su colapso
Un instituto sismológico noruego detectó una detonación en la central hidroeléctrica la madrugada del martes. Satélites espía de EE UU identificaron una fuente de calor en el mismo punto
El derrumbe de la presa de Nova Kajovka, que ha producido ya miles de desplazados en la desembocadura del Dniéper, tuvo como origen una fuerte explosión. Así lo sostiene Norsar, un instituto sismológico de Noruega, que detectó un movimiento sísmico causado por un estallido en las coordenadas exactas del dique la madrugada del martes, cuando se vino abajo provocando la inundación de decenas de localidades a ambas orillas del río que marca el frente en esta zona entre el territorio controlado por Kiev, al norte, y el ocupado por Moscú, al sur. La información coincide con la facilitada por satélites espía de Estados Unidos, que detectaron una fuente de calor compatible con una detonación justo antes del colapso de esa infraestructura, y refuerza la idea de que la destrucción fue intencionada, aunque no aclara la autoría.
Los técnicos de Norsar —creado en la Guerra Fría gracias a un acuerdo entre Noruega y EE UU para detectar movimientos sísmicos y posibles ensayos nucleares— han estudiado los datos recogidos por estaciones sísmicas en Rumania y Ucrania que, pese a encontrase a una distancia de entre 500 y 600 kilómetros, detectaron un temblor de entre uno y dos grados en el punto exacto de la central hidroeléctrica. Norsar, además, apunta a que ese temblor se debió a una explosión que se produjo a las 2.54 de la madrugada hora local ucrania (una hora menos en la España peninsular). Según fuentes oficiales de Ucrania y los vecinos de la zona, el derrumbe se produjo a las tres de la madrugada.
“No podemos afirmar nada sobre quién provocó la explosión y es difícil evaluar su envergadura”, aseguró la directora de Norsar, Anne Strommen, al diario noruego VG. “Lo interesante es que ante un colapso [accidental] las señales que analizamos no se comportarían así”. Los datos sísmicos analizados, según la responsable del instituto noruego, actuaron la madrugada del martes “como en todas las demás explosiones”. Entre las infraestructuras de las que Norsar hace seguimiento en Ucrania, se encuentran las centrales nucleares, incluida la más grande de Europa, la de Zaporiyia, situada 120 kilómetros aguas arriba de la presa de Nova Kajovka y controlada por Rusia.
La existencia de la explosión también fue corroborada por una fuente del Gobierno EE UU. Satélites espía de Washington, equipados con sensores infrarrojos, detectaron un aumento de temperatura en la central hidroeléctrica que se corresponde, supuestamente, con una gran detonación que se produjo justo antes del colapso del dique, según relató a The New York Times un alto cargo de la Administración de Joe Biden.
Hasta el momento, se de desconoce quién causó el derrumbe de la presa. El Gobierno de Kiev responsabiliza directamente a Rusia, a la que el presidente Volodímir Zelenski ha calificado por ello de “Estado terrorista”. EE UU y la Unión Europea también señalan al Kremlin como posible autor. Moscú, que en un principio apuntó a que el colapso pudo deberse a los combates entre ambos bandos en la zona, ha terminado responsabilizando a Kiev del siniestro, que ha causado una enorme catástrofe humanitaria y medioambiental. La central hidroeléctrica de Nova Kajovka y su presa se encuentran bajo ocupación rusa desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Ucrania y Rusia se han enfrentado en la posición estratégica de Nova Kajovka desde hace meses. Es más, Kiev ya denunció que las tropas rusas habían minado la presa para volarla en caso de que una ofensiva local pusiera en peligro su dominio de la posición. La riada no solo ha anegado cientos de kilómetros a la redonda y río abajo, sino que ha desplazado las minas que los militares habían colocado para apuntalar su defensa, como ha denunciado la Cruz Roja y han reconocido las autoridades de Kiev y Moscú.
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