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El senador antiabortista que tiene en jaque al Pentágono

Tommy Tuberville, republicano de Alabama, tiene bloqueados más de 260 nombramientos de militares hasta que el Ejército no cambie su política favorable a la libertad reproductiva

Iker Seisdedos
Tommy Tuberville
Tommy Tuberville, este miércoles en la comparecencia del general Randy George en el Senado, en Washington.MICHAEL REYNOLDS (EFE)

Tommy Tuberville, senador por Alabama, es un hombre de prioridades. En su lista, figura más arriba impedir que el Ejército ayude a sus miembros a abortar que renovar la cúpula militar de Estados Unidos en uno de los momentos de mayor amenaza geopolítica de su historia reciente.

Representante del ala más dura del Partido Republicano, lleva bloqueados desde febrero más de 260 nombramientos del Pentágono, y ha declarado que no piensa dejar de hacerlo hasta que retiren una nueva norma que permite a las soldados cogerse unos días de permiso para interrumpir un embarazo y garantiza el reembolso de los gastos del viaje para aquellas que necesiten desplazarse por estar destinadas en Estados en los que ese derecho está prohibido o restringido.

Dado que estas no pueden escoger dónde viven, el Departamento de Defensa anunció el pasado mes de febrero ese cambio en sus reglas, como reacción a la sentencia del Tribunal Supremo que en junio de 2022 tumbó el precedente de Roe contra Wade, que convirtió en federal en 1973 la protección del aborto. Ahora corresponde a cada uno de los 50 Estados decidir cómo regular la salud reproductiva de sus ciudadanas. Al menos 26, Alabama, entre ellos, han optado ya por cercenarla.

Tuberville, un antiguo entrenador de fútbol americano elegido para el cargo en 2020, ha dejado claro una y otra vez que no tiene intención de ceder, por más que por primera vez en un siglo los marines carezcan de un comandante nombrado por el Congreso o que en los próximos meses toque renovar por renuncia más de la mitad de los miembros del Estado Mayor Conjunto. Ni siquiera ante la presión de saber que la tensión con China y Rusia no aconseja precisamente los vacíos de poder castrense.

El caso más urgente es el de Charles CQ Brown Jr., general de aviación escogido por el presidente Joe Biden para ocupar el puesto de jefe del Estado Mayor, en sustitución de Mark Milley, que pasará en octubre a la reserva. “Perderemos talento”, declaró el martes Brown a un comité del Senado del que forma parte Tuberville. También vaticinó que el bloqueo provocará que mandos con menor experiencia acaben ocupando temporalmente puestos clave y que aumentar las cargas familiares y financieras para los militares no es una buena estrategia de futuro.

El ejército estadounidense arrastra una crisis de reclutamiento. Según dijo el general James McConville, jefe de personal, a Associated Press, se calcula que el Ejército reclutará a más de 50.000 soldados este año, lo que supone un aumento con respecto a 2022, pero se queda por debajo del objetivo declarado de 65.000 contratos. McConville es otro que se va (en agosto), pero, con el veto de Tuberville, nada indica que su sustituto, Randy George, vaya a ser confirmado a tiempo por el Congreso.

¿Son racistas los nacionalistas blancos?

Varios senadores republicanos han tratado infructuosamente de hacer cambiar de idea a Tuberville, que esta semana, además de por su terquedad, se colocó en el ojo del huracán por unas declaraciones hechas el lunes en el estreno del nuevo programa de máxima audiencia de la CNN, presentado por la periodista en ascenso Kaytlan Collins. Esta le preguntó por unos comentarios hechos a una radio local de su Estado a la que el senador había dicho que considerar racistas a los “nacionalistas blancos” era “cuestión de opinión”. El lunes se reafirmó en esa idea: “Mi opinión sobre los nacionalistas blancos, si te empeñas en llamarlos así, es que es son estadounidenses”, contestó ante la insistencia de Collins.

Al día siguiente, se desdijo en los pasillos del Capitolio ante los reporteros, que recogieron durante todo el día declaraciones críticas de representantes de ambos partidos. En eso, al menos, Tuberville cedió, al admitir que los “nacionalistas blancos son racistas”.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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