El ‘Sacerdote de Pacopampa’: arqueólogos descubren una tumba de hace 3.000 años en la sierra peruana

El centro ceremonial de Pacopampa, ubicado en la provincia de Chota, en la región serrana de Cajamarca, esconde tesoros que siguen despertando el asombro del mundo. En el 2009, en una tumba en forma de bota fue hallada una sacerdotisa junto a un ajuar funerario de orejeras y aretes de oro, además de un collar de conchas marinas. Fue bautizada como la Dama de Pacopampa y habría vivido en el año 900 a.C. En el 2015 el hallazgo fueron dos personajes de alto rango: uno de ellos lucía un collar con 25 cuentas de oro y diversos pigmentos de origen mineral. En agosto de 2022 el descubrimiento consistió en un personaje que habría existido hace 3.000 años y que fue enterrado con pututos, conchas marinas de gran tamaño que eran empleadas como instrumentos musicales.

Un año después, la última novedad arqueológica desenterrada en suelo peruano es el Sacerdote de Pacopampa, otro líder de alto rango que habría vivido hace 3.000 años. Es decir, en el año 1.000 antes de cristo (a.C.). en lo que se conoce como la fase Pacopampa I. Se presume que habría sido uno de los primeros líderes sacerdotales de los templos de la región. La autoría del hallazgo y de los otros mencionados corresponde al Proyecto Arqueológico de Pacopampa, a cargo del investigador japonés Yuji Seki y los peruanos Daniel Morales, Elio Pérez y Juan Pablo Villanueva, quienes desde el 2005 no desmayan en su búsqueda por explorar este sitio y así atar los cabos del Perú antiguo.

Son varias las peculiaridades del Sacerdote de Pacopampa: fue encontrado en una tumba con un gran hoyo circular, de paredes convexas y tres metros de diámetro y un metro de profundidad. El cuerpo, que corresponde a un adulto, tenía los brazos abiertos y las piernas cruzadas. Estaba echado boca abajo. “En 43 años de investigación en Perú es la primera vez que he visto esa posición”, ha señalado el arqueólogo Yuji Seki.

Pero no solo llama la atención su postura, sino que fue enterrado con una sucesión de seis capas de ceniza y tierra negra. En cuanto a las ofrendas se ha desenterrado cuencos de cerámica con diseños geométricos hechos por incisión. Así también sellos que podrían interpretarse como técnicas de pintura utilizadas en rituales para quienes integraban la élite de su tiempo. Uno de los sellos exhibe una cara antropomorfa en dirección al este mientras que el otro posee un diseño de jaguar en dirección al oeste. Otro reproduce, simplemente, los cinco dedos de una mano. “Nunca hemos tenido tantos sellos en una sola tumba. Por ello, estamos pensando que es un personaje muy, muy importante”, agrega Seki.

La tumba también contenía un alfiler hecho de hueso denominado como tupu que servía para sujetar mantos y ponchos. También osamenta de venado y cerámicas enteras y partidas. El complejo arqueológico de Pacopampa, ubicado a 2.500 metros de altitud y con una extensión de 1.5 kilómetros está conformado por nueve edificios de piedra tallada y pulida. El Sacerdote de Pacompapa fue hallado en la zona que se conoce como La Capilla.

Los investigadores sostienen que este lugar era un centro de peregrinaje donde antiguos peruanos de lugares lejanos llegaban para participar en rituales sagrados. El descubrimiento reafirma la vitalidad del Proyecto Arqueológico de Pacopampa, cuyas excavaciones responden a un convenio binacional entre la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú y el Museo Nacional de Etnología de Japón.

Quienes lideran esta empresa demandan la pronta construcción del Centro de Interpretación de Pacopampa, lo cual ayudaría no solo a la compresión de la civilización andina, sino también ser un foco turístico. “Será un recorrido complementario al sitio arqueológico”, dice Judith Padilla, una representante del ministerio de Cultura. Para conseguirlo la gestión del Gobierno Regional de Cajamarca y el ministerio de Comercio Exterior y Turismo será decisiva.

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