Marruecos declina ofertas de cooperación internacional mientras miles de afectados por el seísmo carecen de ayuda
El Gobierno de Rabat alega que quiere evitar la “descoordinación” y las situaciones “contraproducentes” al tiempo que países como Francia asegura tener disponibles equipos de salvamento a la espera de ser solicitados
Decenas de países han hecho llegar al Gobierno marroquí ofertas de colaboración en las tareas de rescate y ayuda a las víctimas del brutal terremoto del pasado viernes, que hasta el momento ha causado casi 3.000 muertos y 5.500 heridos. Las autoridades aseguran que están llevando a cabo una “evaluación precisa de las necesidades sobre el terreno”, pero en algunas de las poblaciones a las que ha podido acceder EL PAÍS no se observa la presencia...
Decenas de países han hecho llegar al Gobierno marroquí ofertas de colaboración en las tareas de rescate y ayuda a las víctimas del brutal terremoto del pasado viernes, que hasta el momento ha causado casi 3.000 muertos y 5.500 heridos. Las autoridades aseguran que están llevando a cabo una “evaluación precisa de las necesidades sobre el terreno”, pero en algunas de las poblaciones a las que ha podido acceder EL PAÍS no se observa la presencia de equipos de emergencia ni de bomberos, ni se ha producido un despliegue de fuerzas de seguridad en las tareas de salvamento. En uno de los puntos más afectados por el temblor de tierra, la localidad de Mulai Brahim, a unos 50 kilómetros de Marraquech, los equipos trabajaban 24 horas después de la catástrofe. En la mañana del lunes, sin embargo, ya se habían retirado, a pesar de las reclamaciones de vecinos sobre la desaparición de familiares bajo los escombros.
El Ministerio del Interior, casi la única voz que se hace oír desde el Estado marroquí, precisó que se ha respondido favorablemente desde el domingo a las ofertas de apoyo formuladas por cuatro “países amigos”: dos en Europa (España y el Reino Unido) y otros dos en el mundo árabe (Emiratos Árabes Unidos y Qatar). La Unidad Militar de Emergencias (UME) de España ya se había desplegado este lunes en torno a la ciudad de Amizmiz (45 kilómetros al sur de Marraquech), concretamente en la aldea de Anugal, donde a media tarde ya se encontraba operativa.
Las autoridades han dado a entender que, una vez analizadas las necesidades existentes, se podrá ampliar la lista de países autorizados a enviar equipos sobre el terreno. “Marruecos acoge favorablemente todas las iniciativas de solidaridad procedentes de todo el mundo”, precisaba el comunicado del Ministerio del Interior antes de recordar que “el rey Mohamed VI expresó (el sábado) el sincero agradecimiento del Reino (…) a la solidaridad con el pueblo marroquí en estos difíciles momentos”.
Países como Francia, Estados Unidos, la India o Israel han visto vetadas hasta ahora sus ofertas de colaboración. Mientras en las poblaciones más afectadas los vecinos siguen reclamando mantas y tiendas de campaña para combatir el frío de la noche en las montañas del Atlas y los equipos de rescate locales se retiran, el Gobierno insiste en que se están atendiendo las necesidades de los damnificados. “Desde los primeros momentos del devastador terremoto, siguiendo las instrucciones del rey, todas las autoridades civiles y militares, y los servicios médicos han trabajado en las tareas de rescate”, aseguró en la noche del lunes el portavoz gubernamental, Mustafá Baitas.
Francia —que es, junto con España, la antigua potencia administradora de un protectorado en Marruecos— no ha podido aún enviar a los equipos de socorristas que tiene dispuestos para partir desde el fin de semana. Incluso la vecina Argelia, país que rompió relaciones diplomáticas hace dos años con Rabat, ha hecho también un ofrecimiento solidario para enviar a sus rescatistas a la región del Atlas.
Macron: “Se desplegará en el segundo en el que se pida”
El Gobierno francés, tres días después del terremoto en Marruecos, insistió el lunes en que toda la ayuda de Francia para el rescate está preparada, pero Rabat todavía no ha dado luz verde, como tampoco lo ha hecho para decenas de otros países dispuestos a contribuir. “En el mismo segundo en que se pida esta ayuda se desplegará”, aseguró el domingo Emmanuel Macron. El presidente precisó que “son las autoridades marroquíes las que deben decidirlo, en función de evaluación sobre el terreno, para hacerlo en buen orden, porque esto no se hace en orden disperso, y tienen razón de organizarlo todo”.
La tardanza en aceptar ayuda internacional —excepto la de cuatro países— ha suscitado interrogantes en Francia, país donde viven 840.000 personas nacidas en Marruecos y millones de personas vinculadas con este país si se cuentan los hijos y nietos de inmigrantes. En Marruecos viven unos 80.000 ciudadanos franceses. Cuatro franceses han muerto en el seísmo y 15 han resultado heridos, según el balance provisional.
El seísmo ocurre en un contexto de tensiones diplomáticas entre Francia y Marruecos, tensiones que, según el ex primer ministro Dominique de Villepin, pueden haber influido “directa o indirectamente” en el bloqueo de la ayuda francesa. En una entrevista con la cadena de radio France Info, Villepin recordó cuatro episodios que, en los años recientes, han enturbiado la relación: las sospechas de espionaje marroquí con el programa Pegasus, la decisión en París de reducir los visados para marroquíes, la aproximación de París a Argelia y la resistencia de Macron a asumir completamente la posición de Rabat ante el Sáhara Occidental.
“Hay que superar las susceptibilidades que puedan expresar”, recomendó Villepin. “Perfectamente podríamos hacer transitar nuestra ayuda a través de la Unión Europea”, añadió.
En esta polémica se expresan susceptibilidades recíprocas: en Francia, antigua potencia tutelar, por no estar en primera fila del rescate y ver cómo otros países pasan por delante. En Marruecos, por los recelos que provoca toda acción francesa y los agravios acumulados estos años.
La ministra de Exteriores francesa, Catherine Colonna, intentó el lunes quitar hierro a la polémica. “No hay que presentar las cosas así, es una disputa que no tiene lugar”, dijo en la cadena BFM-TV. “Marruecos es un país soberano, y solo él puede determinar las necesidades y los ritmos”. Colonna anunció una ayuda financiera de cinco millones de euros para las ONG que están sobre el terreno.
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