Una manifestación multitudinaria carga contra el Gobierno ultraconservador polaco dos semanas antes de las elecciones
La marcha de Varsovia, convocada este domingo por la oposición liberal, reúne a cientos de miles de personas
Cientos de miles de personas se han manifestado este domingo en Varsovia en la llamada “Marcha del millón de corazones” en contra de la política del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), que gobierna en Polonia desde 2015. La protesta ha tenido lugar dos semanas antes de las elecciones parlamentarias del 15 de octubre, unos comicios que, según el partido convocante, el liberal Plataforma Cívica, pueden decidir el futuro de este país en la Unión Europea y su posición democrática. Los sondeos de opinión sugieren que el PiS ganará los comicios, pero podría tener dificultades para formar una mayoría en medio del descontento de una parte de la población por el aumento del coste de la vida y la preocupación por la erosión de la democracia.
Cerca de un millón de personas han asistido a la manifestación, la mayor registrada en la capital de ser cierto el dato de afluencia, que ha facilitado a la agencia polaca PAP el portavoz del Ayuntamiento de Varsovia, Jakub Leduchowski. La cadena pública TVP, que según los observadores de los medios de comunicación independientes se ha convertido en un portavoz del Gobierno, ha reducido la cifra de asistentes a 100.000, citando fuentes policiales.
Por otra parte, el canal de noticias en línea onet.pl calcula que entre 600.000 y 800.000 ciudadanos han salido a las calles de Varsovia. “Todo el recorrido de la marcha de cuatro kilómetros está lleno de participantes, incluidas las calles laterales. Según los registros de vigilancia, calculamos que son alrededor de un millón de personas”, ha corroborado Monika Beuth, portavoz del consistorio, quien también ha asegurado que no se han registrado incidentes.
Algunos manifestantes han llevado pancartas que decían “PiSexit” [Salida del PiS] o “El gato puede quedarse”, en referencia al animal de compañía del líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski.
La oposición espera que la marcha anime a los votantes a participar en las elecciones, dándole así la oportunidad de impulsar la intención de voto. “Se avecina un gran cambio. Esta es una señal del renacimiento de Polonia”, ha declarado el líder de Plataforma Cívica, Donald Tusk, a la multitud congregada en una céntrica plaza de Varsovia, en la que muchas personas ondeaban banderas polacas y de la Unión Europea.
Tusk, ex primer ministro y expresidente del Consejo Europeo, ha dicho que el PiS podría aspirar a sacar a Polonia de la UE, algo que el partido niega, y ha enmarcado las elecciones como cruciales para los derechos de las minorías y las mujeres. “A esta fuerza ya no la detendrá nada (…) Que nadie en las filas del poder se haga ilusiones. Este cambio es inevitable, para mejor”, ha proclamado Tusk al abrir la marcha.
El PiS, en el poder desde 2019, lidera las encuestas con vistas a las elecciones del próximo día 15 con un claro margen, pues los sondeos les auguran un 38% de los votos, aunque podría necesitar un socio —como el partido ultraderechista Confederación— para formar Gobierno. Plataforma Cívica se sitúa en segundo lugar en los sondeos, con un 30% de intención de voto.
El partido ultraconservador en el poder ha hecho campaña con la promesa de mantener a las personas migrantes fuera de Polonia, asegurando que era clave para la seguridad nacional, y de seguir canalizando dinero hacia las familias y los ancianos. “Quiero ser libre, estar en la UE; quiero tener voz y voto, quiero tener tribunales libres”, ha afirmado durante la marcha Hanna Chaciewicz, una dentista de 59 años de Otwock, una ciudad a las afueras de Varsovia.
El PiS niega las críticas occidentales de que haya subvertido las normas democráticas y afirma que sus reformas del poder judicial pretenden hacer el país más justo y libre de vestigios del comunismo. Pero aún tiene que acceder a los miles de millones de euros de los fondos europeos de recuperación de la pandemia, que Bruselas ha retenido.
“Todo el mundo está invirtiendo en empleo, en luchar contra la catástrofe climática. Y se nos ha negado este dinero porque alguien ha decidido destruir la democracia en Polonia”, se ha quejado ante los asistentes a la concentración el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, alto cargo de Plataforma Cívica.
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