Apuñalado en prisión Derek Chauvin, el expolicía de Minneapolis que mató a George Floyd
El incidente ocurrió en una prisión de mediana seguridad en Tucson (Arizona), donde el agente cumple una sentencia de 22 años y medio
Derek Chauvin, el expolicía que cumple una sentencia de 22 años y medio por matar a George Floyd, ha sido apuñalado este viernes en una prisión federal de mediana seguridad en Tucson, Arizona. El agente de la policía de Minneapolis resultó con varias heridas graves después del ataque cometido por otro recluso, asegura Associated Press. La agencia afirma que el personal que respondió a la emergencia improvisó medidas para salvarle la vida al recluso de 47 años antes de trasladarlo a un hospital. Su condición es estable y se espera que sobreviva al incidente, de acuerdo con la cadena ABC.
El nombre del atacante de Chauvin no ha sido dado a conocer por las autoridades carcelarias, el Buró Federal de Prisiones. Estas han admitido en un escueto comunicado que un recluso, a quien no identificaron, fue atacado este viernes sobre las 12.30 en la Institución Correccional Federal de Tucson, ubicada a 16 kilómetros al sureste de la ciudad de Arizona. “Los empleados aislaron y contuvieron el incidente. En ningún momento el público estuvo en peligro”, señala el mensaje de las autoridades federales. Las visitas a la prisión han sido suspendidas por el momento. El FBI está investigando los hechos.
No es el primer percance en la prisión en la que Chauvin purga su condena. Estos se han producido por varias fallas de seguridad y porque no cuenta con el número de guardas que debería. En noviembre del año pasado, un recluso del área de seguridad media se hizo con un arma y amenazó con matar a un visitante. El hombre disparó la pistola, pero esta tuvo una falla y nadie resultó herido.
Chauvin llegó a Tucson en agosto de 2022. Venía de una cárcel estatal de máxima seguridad en Minnesota, donde pasaba la mayor parte del tiempo en aislamiento solitario en una celda de nueve metros cuadrados por su propia seguridad. Su traslado al oeste era para que tuviera condiciones menos duras. La prisión federal de Arizona cuenta con una población de 266 reclusos que están divididos en sistemas de máxima y seguridad media.
Chauvin purga en Arizona dos condenas de forma simultánea. Una federal de 21 años por violar los derechos civiles de George Floyd y otra sentencia estatal de homicidio en segundo grado por la muerte del hombre, ocurrida el 25 de mayo de 2020. El mundo entero fue testigo del exceso de brutalidad de Chauvin, un policía blanco que estuvo hincado nueve minutos y medio sobre el cuello de Floyd, quien era negro y era sospechoso de usar un billete falso de 20 dólares. El hombre dijo al menos en 25 ocasiones que no podía respirar. El asesinato, captado en video por una mujer que pasaba por allí, provocó meses de manifestaciones en varias partes del mundo y elevó la tensión racial en la era de Donald Trump.
Los expertos en el sistema carcelario creían que Chauvin estaría más seguro en una prisión federal. Varios fiscales saben que las prisiones son sitios peligrosos para los expolicías. Los riesgos eran mayores incluso en las instituciones estatales por el tipo de internos que hay tras las rejas. Muchos de ellos pertenecen a pandillas y bandas criminales. Uno de sus abogados, Eric Nelson, sin embargo, había solicitado a las autoridades que Chauvin no conviviera con la población general, por temor a que se convirtiera en objetivo de algún ataque. El expolicía recibió el castigo más duro. Otros tres compañeros de la policía de Minneapolis involucrados en el arresto y homicidio de Floyd recibieron condenas menores.
Este es el segundo incidente que ocurre en una prisión federal en los últimos seis meses. Larry Nassar, el médico que abusó de cientos de gimnastas, fue apuñalado diez veces en la espalda y en el pecho durante un altercado con otro recluso en una cárcel de Florida. Nassar recibió una condena de 175 años de prisión. Un mes antes, también en una institución federal de Carolina del Norte, se suicidó Ted Kaczynski, conocido el Unabomber. El descuido de los guardias dejó que uno de los reclusos de más alto perfil de Estados Unidos muriera por sus propias manos a los 81 años.
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