Hunter Biden se presenta por sorpresa en el Congreso cuando se debatía acusarlo de desacato
El golpe de efecto del hijo del presidente desconcierta a los republicanos, que no quisieron que compareciera en público
Los republicanos se disponían a practicar este miércoles uno de sus deportes favoritos: golpear al presidente de Estados Unidos a través de su hijo, Hunter Biden. Lo que no se esperaban es que el propio Hunter se presentase en la comisión de la Cámara de Representantes que debatía acusarle de desacato. Con su golpe de efecto, demuestra que está disponible para comparecer en público y dar las explicaciones que se le requieran, pero no “en un sótano” a puerta cerrada para que luego se manipulen sus palabras, como dijo el portavoz demócrata.
La sorprendente aparición de Hunter Biden atrajo todos los focos y dejó desconcertados a los republicanos. Querían presentarle como alguien que rechaza atender una citación y que se esconde, pero resulta que no se escondía: estaba allí. Los demócratas, preparados para la ocasión, contraatacaron a los intentos republicanos de acusarle de desacato diciendo que incluso ellos mismos votarían a favor si a la vez se acusaba de desacato a los numerosos cargos y parlamentarios republicanos que desatendieron citaciones similares en la comisión que investigó el asalto al Capitolio.
Más aún, el portavoz demócrata, Jared Moskowitz, recordó que el presidente de la comisión, James Comer, había invitado a Biden a acudir a su elección en una comparecencia a puerta abierta o a puerta cerrada. Cuando Comer, visiblemente nervioso, intentó negar que hubiera dicho eso, los demócratas sacaron un gran cartel con el entrecomillado de sus palabras del pasado 31 de octubre cuando daba a elegir entre comparecencia o deposición a puerta cerrada.
“Estoy escuchando (...) sobre el miedo del testigo a presentarse ante la comisión. Es interesante. Está aquí. No parece tener mucho miedo”, dijo Moskowitz. Los demócratas ofrecieron que Hunter Biden compareciese en ese momento y se sometiese a todas las preguntas en público, pero los republicanos lo rechazaron. En la comisión se armó un lío. Con su estrategia, los demócratas desmontaron la campaña de propaganda a cuenta del hijo de Biden que habían montado los republicanos. El hijo del presidente estuvo menos de media hora en la sala. Se levantó cuando iba a intervenir Marjorie Taylor Greene, la escudera fiel de Trump, que dijo que era un “cobarde” al no quedarse a ver cómo le insultaba sin poder replicar. La salida de Hunter le robó los focos a Taylor Greene.
Su éxito de comunicación no ha evitado que la comisión, con mayoría republicana, aprueba la resolución en su contra en que se le acusa de desacato. Ahora tiene que pasar al pleno de la Cámara para su consideración. Y si la Cámara vota a favor de declarar a Hunter Biden en desacato, corresponderá al Departamento de Justicia decidir si lo procesa.
“Está claro que los republicanos no están interesados en conocer los hechos o permitirían que Hunter testificara públicamente”, dijo el abogado de Hunter Biden, Abbe Lowell, en un comunicado el viernes. “En su lugar, los republicanos de la Cámara siguen jugando a la política buscando una moción de desacato sin precedentes contra alguien que desde la primera petición se ha ofrecido a responder a todas sus preguntas adecuadas”.
Hunter Biden estaba citado en el Congreso el pasado 13 de diciembre para declarar a puerta cerrada. Se presentó a las puertas del Capitolio y dijo que no lo haría. En el momento de su citación, además, la comisión para investigar al presidente para un posible proceso político (impeachment) ni siquiera había sido aprobada por el pleno de la Cámara, por lo que la obligatoriedad de cumplir sus requerimientos estaba menos clara.
El hijo del presidente dijo en diciembre que se negaba a comparecer a puerta cerrada para evitar “distorsiones, pruebas manipuladas y mentiras” en las “investigaciones ilegítimas” de las comisiones de la Cámara. “No hay justicia ni decencia en lo que están haciendo estos republicanos. Han mentido una y otra vez sobre cada aspecto de mi vida personal y profesional, tanto que sus mentiras se han convertido en los hechos falsos que cree demasiada gente”, dijo aquel día.
Hunter Biden está imputado por tres delitos en Delaware por la compra y posesión ilegal de una pistola cuando era adicto a las drogas y por otros nueve en California por fraude fiscal, después de que descarrilase un acuerdo con la Fiscalía por el que estaba dispuesto a admitir delitos menores que no habrían supuesto su ingreso en prisión.
“Durante seis años, los republicanos MAGA [las siglas del lema de Donald Trump, Make America Great Again], han cuestionado mi carácter, invadiendo mi intimidad, atacando a mi mujer, mis hijos, mi familia y mis amigos. Ridiculizaron mi lucha contra la adicción. Han menospreciado mi recuperación y han intentado deshumanizarme, todo para avergonzar y dañar a mi padre, que ha dedicado toda su vida al servicio público. Durante seis años, he sido el blanco de la implacable máquina de ataque de Trump gritando: ‘¿Dónde está Hunter?’. Pues aquí está mi respuesta: aquí estoy”, dijo entonces. Hoy, sin hablar, el mensaje era el mismo: ahí estaba.
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