Una nueva macroencuesta pronostica el hundimiento electoral de Sunak
El Partido Laborista, según el sondeo encargado por la organización Best for Britain, obtendría una mayoría histórica de 468 diputados, frente a menos de un centenar para los conservadores
La política del Reino Unido tiene ya desde hace meses un sonido de fin de ciclo, y entre los conservadores anida un espíritu de resignación después de casi 14 años en el poder. La macroencuesta encargada por la organización Best for Britain a la empresa sociológica Survation, que consultó a más de 15.000 británicos entre el 8 y el 22 de marzo, ...
La política del Reino Unido tiene ya desde hace meses un sonido de fin de ciclo, y entre los conservadores anida un espíritu de resignación después de casi 14 años en el poder. La macroencuesta encargada por la organización Best for Britain a la empresa sociológica Survation, que consultó a más de 15.000 británicos entre el 8 y el 22 de marzo, pronostica una victoria histórica de la oposición laborista y una derrota sangrante para Rishi Sunak. Con una ventaja porcentual del 19%, Keir Starmer lograría una mayoría de 468 diputados (en la actualidad, el Partido Laborista tiene 203), frente a apenas 98 escaños (hoy son 365) de los conservadores. Cuando Tony Blair arrasó en las urnas en 1997, su Nuevo Laborismo obtuvo 418 representantes en la Cámara de los Comunes, frente a los 165 del hasta entonces primer ministro conservador, John Major.
“La encuesta muestra que vamos encaminados hacia un cambio electoral de unas proporciones sin precedentes, con giros drásticos en cada circunscripción, en los que el electorado se va a alejar de los tories [el nombre histórico con que se designa a los conservadores] en direcciones diversas”, ha explicado Naomi Smith, la directora ejecutiva de Best for Britain, una organización que surgió para intentar frenar el Brexit, y que hoy denuncia el declive interno y externo del Reino Unido.
Por imperativo legal, las próximas elecciones generales no pueden celebrarse más tarde de enero de 2025. El consenso general apunta a unos comicios el próximo noviembre. El propio Sunak ha sugerido que trabaja con la idea de que se convoquen las urnas en la segunda mitad del año.
Sin embargo, hay una serie de hitos en el camino hacia esa fecha que apuntan a la posibilidad de una sorpresa en forma de adelanto. El próximo 2 de mayo se celebrarán comicios municipales en toda Inglaterra, incluida la competición por la alcaldía de Londres. Es muy probable, como se ha visto en las elecciones parciales y locales de los últimos meses, que la derrota de los conservadores sea colosal.
Difícilmente podría justificar el primer ministro aguantar en Downing Street seis meses más en esa situación. Sobre todo porque el ruido procedente del ala derecha de su partido, que ya reclama desde hace tiempo un cambio de liderazgo, sería insoportable.
Sunak hace frente a una economía que apenas termina de remontar y a una crisis migratoria de solución imposible —todavía no ha despegado ni uno solo de los vuelos prometidos a Ruanda, donde su Gobierno pretende deportar a los inmigrantes irregulares―, precisamente dos de las promesas clave con las que arrancó su mandato hace casi año y medio.
El resurgir del partido Reform UK, hoy liderado por Richard Tice pero siempre bajo la sombra de Nigel Farage, el político populista (y popular) que convulsionó el Reino Unido con la defensa del Brexit, complica todavía más las cosas para Sunak. La encuesta para Best for Britain otorga al partido heredero del Brexit Party y antes de UKIP, todos bajo los auspicios de Farage, hasta un 10% de apoyo. Pero el sondeo también sugiere que si los candidatos de Reform UK se retiraran de la contienda en aquellas circunscripciones donde la batalla contra la izquierda fuera más ajustada, como ya hicieron el UKIP en 2017 y el Brexit Party en 2019, los conservadores podrían remontar los malos augurios hasta superar los 150 escaños.
La conclusión de ese dato, defienden los enemigos de Sunak, sugiere que el partido debe buscar un nuevo candidato más en la línea del populismo de Boris Johnson antes de que sea demasiado tarde.
El mecanismo para derrocar a un líder conservador —sería ya el cuarto, después de Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss— exige que la dirección del grupo parlamentario reciba 53 “cartas de retirada de la confianza” procedentes de diputados, el 15% de la cifra total actual. A medida que se acumulan esas cartas, el número total permanece secreto. Solo se da a conocer en el momento en que se atraviesa el umbral. En el hervidero de rumores que se ha convertido la política británica desde hace meses, el volumen de las críticas en contra del actual primer ministro ha subido, y muchos presienten que podría haber una nueva rebelión interna, la enésima, en el Partido Conservador.
“Sunak es un político fallido que está conduciendo a su partido hacia la derrota. Pero en estos momentos, prescindir de él no haría más que empeorar la situación”, ha escrito en The New Statesman el exministro David Gauke, que lidera desde hace un par de años las llamadas a que el Partido Conservador recupere la senda moderada y centrista. La demostración más evidente de que el actual primer ministro ha perdido ya la mayoría de los apoyos condicionados que logró al llegar a Downing Street, cuando logró frenar el hundimiento económico provocado en apenas dos meses por su predecesora, Liz Truss.
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