La presidencia eslovaca promueve un gran gesto de unidad para rebajar la tensión tras el intento de asesinato de Robert Fico

El primer ministro ha sido sometido a una nueva intervención este viernes y continúa grave pero estable en la UCI

El vice primer ministro y responsable de Defensa de Eslovaquia, Robert Kalinak, atiende a los medios a las puertas del hospital en el que está ingresado en estado grave el jefe del Gobierno, Robert Fico, el 17 de mayo en Banská Bystrica. Foto: LEONHARD FOEGER (REUTERS) | Vídeo: EPV

Dos días después del intento de asesinato del primer ministro eslovaco, Robert Fico, la sensación en Eslovaquia es que la situación es tan frágil que puede deslizarse en cualquier momento hacia la violencia. Lo piensan ciudadanos anónimos de Bratislava, lo teorizan politólogos y lo expresan personalidades como ...

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Dos días después del intento de asesinato del primer ministro eslovaco, Robert Fico, la sensación en Eslovaquia es que la situación es tan frágil que puede deslizarse en cualquier momento hacia la violencia. Lo piensan ciudadanos anónimos de Bratislava, lo teorizan politólogos y lo expresan personalidades como el presidente electo, Peter Pellegrini. Junto con la presidenta saliente, su rival Zuzana Caputová, la jefatura del Estado promueve un gran gesto de unidad política que rebaje la tensión social y el odio tras el magnicidio frustrado.

“Calmemos la situación para impedir que, Dios no lo quiera, ocurra algo hoy, mañana o pasado mañana como parte de la venganza de un bando contra el otro”, afirmó Pellegrini, líder de Hlas ―una escisión del partido populista Smer de Fico y su socio de Gobierno— en una entrevista el jueves por la noche. Caputová y Pellegrini han convocado a los líderes de todas las fuerzas parlamentarias a un encuentro en el palacio presidencial el próximo martes para lanzar un mensaje de unidad que esperan plasmar en un comunicado conjunto. “Es nuestra tarea como líderes políticos encontrar la manera correcta de gestionar Eslovaquia de una forma diferente a la que existía antes de este trágico suceso”, incidió Pellegrini.

En Bratislava, unos operarios se afanaban este viernes en reemplazar los cristales rotos de soportes publicitarios en un pasaje subterráneo en la plaza de Hodzovo, donde se encuentra el palacio Grassalkovich, en el que están citados los políticos. “Alguien se emborrachó”, explica el jefe, que no atribuye el destrozo a los acontecimientos políticos, sino a la euforia tras la victoria del equipo nacional frente a Polonia en el partido del miércoles en el Mundial de hockey sobre hielo, que los eslovacos siguen con fervor.

Llueve en la capital y los ciudadanos se mueven con prisa en un ambiente de aparente normalidad, solo alterado por grupos de estudiantes que celebran el fin de los exámenes de selectividad. Katarina L., una mujer de 45 años que trabaja en el ámbito cultural, pero prefiere no dar más detalles, no es fan del primer ministro, aunque manifiesta que el ataque, que rechaza, la dejó en shock. Ahora teme “que los colegas del primer ministro empeoren la polarización”.

El futuro presidente, que asumirá el cargo cuando expire el mandato de Caputová el 15 de junio, aseguró que el primer ministro le pidió que intentase apaciguar la situación cuando le visitó el jueves en el hospital de la ciudad de Banská Bystrica, adonde fue trasladado tras el ataque. Fico fue intervenido de nuevo este viernes en una operación de dos horas para retirar tejido necrosado en torno a las heridas causadas por las cuatro balas que le impactaron, según informó el ministro de Defensa, Robert Kalinák, junto con la directora del centro médico, Miriam Lapuníková. La doctora explicó que la intervención había ido bien, aunque el dirigente sigue en la UCI, estable pero aún muy grave.

La presidenta eslovaca saliente, Zuzana Caputová, junto a su sucesor, Peter Pellegrini, en una comparecencia conjunta tras el intento de magnicidio, el 16 de mayo en Bratislava. Jaroslav Novak (via REUTERS)

Las autoridades continúan la investigación sobre el agresor, Juraj Cintula, de 71 años, para el que la Fiscalía ha pedido prisión preventiva. El detenido disparó al primer ministro tras una reunión del Gobierno en Handlová, cuando se acercó a saludar a un grupo de simpatizantes. Mientras, se van conociendo más detalles sobre el pasado del agresor ―con un pasado ultranacionalista y prorruso―, como que estuvo fichado por el régimen comunista por su activismo cuando fue minero.

Kalinák, vice primer ministro y mano derecha de Fico, aseguró frente al hospital Roosevelt de Banská Bystrica que su partido todavía no ha decidido si acudirá a la reunión. El titular de Defensa intentó transmitir un mensaje de normalidad al asegurar que el Gobierno sigue trabajando, que el próximo Consejo de Ministros se celebrará el miércoles que viene y que el país sigue contando con un primer ministro que se encuentra, pese a la gravedad, consciente y en activo. “Con limitaciones”, evidentemente.

Pragmáticos contra radicales

El vice primer ministro, también responsable de Defensa, representa al sector más pragmático del Gobierno. El jueves, junto con el titular de Interior, Matús Sutaj Estok, pidió también una reflexión nacional sobre el odio y la polarización que han sido el caldo de cultivo del intento de magnicidio. En esa comparecencia, al politólogo Grigorij Meseznikov le pareció ver una señal de cambio en el sencillo hecho de que Kalinák respondiera una pregunta del diario Dennikn, uno de los cuatro medios de comunicación independientes a los que Smer tiene vetados.

Meseznikov, presidente del centro de análisis independiente Instituto de Asuntos Públicos, espera que esa ala más moderada consiga serenar tanto a los seguidores de Fico, enfurecidos, como al grupo más radical de la coalición de Gobierno. “Todo dependerá de quién prevalezca”, dice encogiéndose de hombros en su despacho, situado en un edificio con una gran bandera Arcoíris en la fachada, que alberga organizaciones vinculadas a la Open Society Foundations creada por el filántropo George Soros. ONG que son el próximo objetivo de las reformas del Gobierno, que planea una norma sobre agentes extranjeros inspirada en leyes similares rusas y húngaras.

Miembros del partido ultranacionalista SNS, de la coalición de Gobierno, y otros partidos de extrema derecha siguen agitando el odio con la ayuda de medios afines. Después de que Andrej Danko, líder de SNS, acusara directamente a la oposición y a la prensa liberal de ser culpables del intento de asesinato, Pavel Lupták, diputado de su partido, insistió en señalar a “la radicalización de la sociedad por parte de fundamentalistas progresistas y la injerencia de los globalistas liderados por EE UU”. El partido no ha decidido aún si acudirá a la llamada de concordia de la presidencia.

El ultra Stefan Harabin, expresidente del Tribunal Supremo, que quedó tercero en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en marzo, aboga por ilegalizar y disolver Eslovaquia Progresista, el principal partido de la oposición. El líder de esta formación, Michal Simecka, lamentó este viernes que algunos políticos continúen con los ataques y las descalificaciones “en un momento en que el primer ministro sigue en el hospital luchando por su recuperación, y la gente necesita oír una señal clara de reconciliación”. Simecka hizo estas declaraciones tras presentar una denuncia este viernes por las amenazas de muerte que han recibido tanto él como su pareja y su hija. El ministro de Interior, Matús Sutaj Estok, informó de que la policía investiga al menos a 45 personas por apoyar el intento de asesinato de Fico y por amenazas tanto a miembros de la oposición como de la coalición gobernante.

El discurso de odio tras el intento de asesinato de Fico se disparó también en internet. La startup eslovaca elv.ai, que sigue los perfiles en redes de 60 medios de comunicación e instituciones públicas, observó hasta 71.818 comentarios el miércoles, con una tasa de mensajes de odio del 21,62%, muy por encima del 13,62% que habían registrado en el peor día desde que hacen mediciones.

Incertidumbre

Juraj Marusiak, director del Instituto de Ciencias Políticas de la Academia Eslovaca de las Ciencias, teme que mensajes de radicales como Harabin contribuyan aún más al deterioro de la estabilidad social. Son días de incertidumbre, sin embargo. Por ahora, y lo dice con cautela, opina que el ministro de Defensa, que está liderando el Ejecutivo, “está siendo pacífico”. “Es de esperar que la recuperación de Robert Fico tomará un tiempo. Será importante seguir de cerca cómo maneja el Gobierno y Smer”, dice sobre Kalinák, que es también vicepresidente del partido.

Otro analista que prefiere no dar su nombre —algo que se repite estos días y es una muestra más del desasosiego— pone, sin embargo, en duda las intenciones de Kalinák y el sector considerado más moderado. “Están teniendo dificultades. Saben que tienen que ser responsables y apaciguar, pero aun así, siguen culpando a la prensa”.

Los medios eslovacos buscan también respuestas que resuelvan la inquietud que vive el país. Todo dependerá en buena medida de qué versión de Robert Fico emerja de este episodio y de qué planes tenga, y nadie tiene esa respuesta. Por ahora, todo lo que hay son las señales contradictorias de los suyos. ¿Se calmará el país o se radicalizará más? Los ejemplos del Reino Unido y Polonia no dan muchas esperanzas, titula un artículo de Dennikn. El asesinato no augura nada bueno para el futuro de la democracia liberal, escribe un politólogo experto en extrema derecha en el diario SME.

En la calle, Adam, un analista financiero de 26 años que no es partidario de Fico, tampoco es optimista: “La agitación va a continuar y puede ocurrir algo peor”, teme. Bohumil Kost, un funcionario del ejército jubilado, de 70 años, que no revela a quién votó en las últimas elecciones, confía, sin embargo, en que la situación no se desborde, pero tampoco es tajante: “Es difícil juzgar si todo se calmará”.

El futuro presidente insiste en que el intento de magnicidio tiene que marcar el inicio de una nueva era en el país. “Debemos enviar una señal de que queremos que [la política] en el futuro vuelva a ser más civilizada, basada en argumentos, en hechos, sin insultos vulgares, sin incitar a los ciudadanos a la resistencia o, Dios no lo quiera, a actividades violentas”, dice Pellegrini. El martes quedará al menos claro quién se apunta al gesto de concordia en el palacio presidencial.

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