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Un independiente y un aliado de Fico pasan a la segunda vuelta de las presidenciales eslovacas

El europeísta Ivan Korcok ha movilizado a la oposición al primer ministro populista, que ha activado las alarmas en Bruselas con una reforma del código penal, el cierre de la Oficina del Fiscal Especial y los ataques a los medios

El candidato a la presidencia eslovaca Ivan Korcok llega a su sede electoral en Bratislava tras el cierre de urnas, el 23 de marzo.
El candidato a la presidencia eslovaca Ivan Korcok llega a su sede electoral en Bratislava tras el cierre de urnas, el 23 de marzo.JAKUB GAVLAK (EFE)
Gloria Rodríguez-Pina

Las elecciones presidenciales en Eslovaquia se dirimirán el próximo 6 de abril entre dos candidatos: Ivan Korcok, diplomático europeísta que se presenta como contrapeso para frenar la deriva del Gobierno y que ha ganado en la primera vuelta de este sábado, y el político Peter Pellegrini, considerado un fiel escudero del primer ministro populista y prorruso. En cinco meses desde que volviera al poder, Robert Fico ha activado las alarmas en Bruselas con medidas como una reforma del código penal, el cierre de la Oficina del Fiscal Especial que investigaba crímenes graves y ataques a los medios de comunicación. Esas primeras decisiones al frente del Ejecutivo y su política antiucrania le han valido comparaciones con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. El resultado de las elecciones puede ayudarle a consolidar esa senda o frenarla.

Los dos candidatos llegaron empatados en las encuestas para la primera vuelta, con una ligera ventaja de Pellegrini, pero una tendencia ascendente de Korcok. El independiente ha sorprendido finalmente con una victoria contundente: 42,5% frente a 37%. En tercer lugar ha quedado Stefan Harabin, expresidente del Supremo y exministro de Justicia euroescéptico y prorruso, con un 11,7% de votos. Las encuestas para la segunda vuelta prevén una victoria de Pellegrini con los apoyos de Harabin, pero el resultado de este sábado ha dado un nuevo impulso y esperanza a la candidatura de Korcok. Las competencias del presidente son limitadas, pero puede vetar legislación (aunque su decisión puede ser revertida por una mayoría parlamentaria).

Pellegrini, colaborador de Fico durante dos décadas, le sustituyó como primer ministro cuando este se vio obligado a dimitir en 2018 en medio de fuertes protestas por el asesinato del periodista Jan Kuciak y su pareja, Martina Kusnirova. En 2020 rompió con Smer —el partido del primer ministro que se define como socialdemócrata, pero mantiene postulados xenófobos, homófobos y misóginos—, y fundó Hlas (voz). Frente a las bravuconadas de Fico, Pellegrini, de 48 años, proyectó una imagen de moderación en las elecciones legislativas del pasado septiembre, en las que quedó tercero. Tras los comicios, su partido se integró, sin embargo, en la coalición de Gobierno encabezada por su antiguo jefe, junto a un tercer partido —los ultras del Partido Nacional Eslovaco (SNS), liderado por un fan declarado del presidente ruso, Vladímir Putin, y de Orbán—, mientras él asumió la presidencia del Parlamento.

Miroslav Wlachovsky, exministro de Exteriores y miembro del think tank Globsec, explica que pese a los intentos de Pellegrini por parecer moderado en aquellas elecciones, no ha discrepado en nada con el primer ministro. “La mayoría ya le ve como el secuaz de Fico, que reproduce todas sus ideas, incluso las más radicales sobre Ucrania”, dice el diplomático en una videollamada. “La voz es distinta, pero el contenido es el mismo”, subraya, y cree que si llega a la presidencia se convertirá en “el sello que necesita Fico” para estampar sus reformas.

Korcok, exministro de Exteriores de 59 años, es un diplomático de larga trayectoria que fue clave en la adhesión del país a la OTAN y concurre como independiente. Defensor del Estado de derecho, emplea lemas como “no pueden tenerlo todo”, con el que se presenta como herramienta para compensar el poder del Gobierno desde la jefatura del Estado.

El aspirante a la presidencia de Eslovaquia Peter Pellegrini, se dirige a los medios en Bratislava tras la primera vuelta.
El aspirante a la presidencia de Eslovaquia Peter Pellegrini, se dirige a los medios en Bratislava tras la primera vuelta. Radovan Stoklasa (REUTERS)

El jefe del Estado, con un mandato de cinco años, tiene la potestad de nombrar jueces en el Tribunal Supremo y el Constitucional, remitir leyes al Constitucional o convocar un referéndum. Y tiene el poder de indultar a condenados. La presidenta saliente, la progresista y liberal Zuzana Caputova, que después de campañas feroces de Fico contra ella anunció en junio que no se presentaría a la reelección, envió al Constitucional la reforma del código penal que rebaja las penas por delitos graves y adelanta los plazos de prescripción, para tratar de frenarla.

Michal Vasecka, director de programas del Instituto de Política de Bratislava, explica el motivo de la polémica reforma: “Varias decenas de personas cercanas a Fico han sido condenadas y decenas de miles están a la espera de juicio”. El propio primer ministro fue acusado en 2022 de apoyar el crimen organizado, aunque el fiscal general dio carpetazo al caso. El Constitucional está revisando parte de las enmiendas aprobadas de forma exprés por el Parlamento. El cierre de la Oficina del Fiscal Especial, que investigaba crímenes graves y delitos relacionados con la corrupción, se hizo efectivo esta semana.

Advertencia de Bruselas

Bruselas ha expresado preocupación por las medidas emprendidas en Eslovaquia. El Parlamento Europeo criticó las reformas en enero y la Comisión Europea lamentó el cierre de la Fiscalía especial esta semana. En febrero ya advirtió de que el Ejecutivo comunitario se reservaba el derecho a abrir un procedimiento de infracción o activar el mecanismo de condicionalidad que permite suspender fondos europeos, el mismo que emplea para revertir los ataques al Estado de derecho del Gobierno iliberal de Hungría. El analista Vasecka afirma que en el caso de Fico “el objetivo principal es consolidar una estructura mafiosa para paralizar el Estado y protegerse a sí mismos”. Que el resultado pueda parecerse a un Gobierno autocrático, “es un producto derivado”, dice con sorna.

Grigorij Meseznikov, presidente del Instituto de Asuntos Públicos, asegura que “la democracia eslovaca está en juego” en estas elecciones si finalmente gana Peter Pellegrini. “Es muy leal a Robert Fico, nuestro Viktor Orbán”. No se refiere solo al desgaste del Estado de derecho. “Está en contra de ayudar a Ucrania, despliega una narrativa prorrusa, y está minando la credibilidad del país como socio fiable”.

Eslovaquia, con menos de 5,5 millones de habitantes, no ha bloqueado todavía sanciones a Rusia o políticas de apoyo a Ucrania, como sí ha hecho Hungría. Pero Meseznikov, nacido en la Unión Soviética, subraya que “políticamente, se les considera parte del mismo tándem”. El pasado 3 de marzo, el ministro de Exteriores eslovaco, Juraj Blanár, se reunió en Antalya, Turquía, con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. El Gobierno, como el húngaro, se envuelve en una supuesta bandera pacifista para pedir un fin a la guerra que Korcok ve como una petición de capitulación. Bratislava ha dejado de apoyar militarmente a Kiev, como Budapest (aunque sí permite a empresas privadas hacerlo). En campaña, Pellegrini insiste en que su rival quiere arrastrar al país a la guerra, el mismo argumentario que empleó Orbán contra sus rivales en 2022.

“Están replicando el modelo de Hungría”, repite Meseznikov. En menos de seis meses en el Gobierno, Fico ha puesto en el punto de mira a los medios de comunicación. Por un lado, planea reformar la radiotelevisión pública para controlarla, y por otro, veta a cuatro medios independientes: TV Markiza, Dennik N, SME y Aktuality. También es hostil con las ONG, a las que define como agentes extranjeros, al más puro estilo ruso.

La oposición y la sociedad civil han organizado multitud de protestas en los cinco meses de Gobierno de Fico para protestar contra la deriva iliberal. Korcok espera contar con esos apoyos para llegar a la presidencia, pese a que los sondeos no le son favorables. Las encuestas no han atinado ni en estos ni en los anteriores comicios eslovacos. El 6 de abril se verá si Fico cuenta con un presidente leal el próximo junio, cuando tomaría posesión, o un contrapeso.

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