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El popular ministro de Defensa alemán renuncia a disputarle la candidatura socialdemócrata al canciller Scholz

La decisión de Pistorius zanja un debate que dividía al SPD ante las complicadas elecciones anticipadas del 23 de febrero

Boris Pistorius
El canciller alemán, Olaf Scholz, y el ministro de Defensa, Boris Pistorius, en el Bundestag, en Berlín, el pasado 13 de noviembre.Lisi Niesner (REUTERS)
Marc Bassets

El popular ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, ha renunciado a disputarle la candidatura socialdemócrata al actual canciller, Olaf Scholz. La decisión de Pistorius, al que muchos militantes y simpatizantes veían como la última esperanza para salvar los muebles en las elecciones anticipadas del 23 de febrero, zanja un debate que día a día crecía en el SPD. El impopular Scholz será el candidato de su partido para unas elecciones en las que todos los sondeos vaticinan un batacazo para su partido sin precedentes en la Alemania moderna.

“He comunicado tanto a la jefatura del partido como del grupo parlamentario que no estoy disponible para la candidatura al cargo de canciller federal”, dijo Pistorius en un mensaje grabado en vídeo. “Con Olaf Scholz tenemos un canciller federal excepcional”.

La decisión de Scholz, hace dos semanas, de destituir al ministro de Finanzas y líder liberal, Christian Lindner, puso fin a los tres años de coalición tripartita y desencadenó una crisis política en Alemania. El 16 de diciembre, el canciller se someterá a una moción de confianza que prevé perder, pues, desde la ruptura con los liberales, gobierna solo junto a Los Verdes y carece de mayoría en el Bundestag. La derrota en la moción permitirá la disolución y la convocatoria de elecciones siete meses antes de la fecha prevista.

Scholz era el candidato natural para la reelección. Contaba con el apoyo de la dirección del SPD. Pero estos mismos dirigentes, tras la ruptura de la coalición tripartita, aplazaron la proclamación formal de la candidatura, como si ellos mismos dudasen de su viabilidad. Y alimentaron las dudas.

En los últimos días, coincidiendo con la ausencia de Scholz en Berlín por encontrarse en la cumbre del G-20 en Brasil, se escenificó un conato de rebelión. Destacados parlamentarios, del ala izquierda y derecha del partido, así como antiguos líderes del SPD, cuestionaron que Scholz fuese el candidato adecuado. Mencionaban como recambio ideal a Pistorius, el político más popular de Alemania, según los sondeos. Y Pistorius se dejaba querer.

Las dudas sobre Scholz eran lógicas. El último sondeo, publicado este jueves por la cadena pública ARD, es catastrófico para el SPD. De celebrarse este domingo las elecciones, quedarían en tercera posición con un 14% de votos, empatados con Los Verdes, y por detrás de la extrema derecha y la democracia cristiana, favorita indiscutible con el veterano Friedrich Merz como candidato.

El desánimo cundía entre la militancia ante un candidato, Scholz, con un balance que no será fácil de defender en campaña. Al fracaso de la coalición tripartita, que el mismo canciller sentenció al romper con los liberales, se suma el estancamiento económico y la crisis industrial.

La desventaja de Pistorius era su escasa experiencia en campaña. Adscrito al ala centrista y más pragmática del SPD, el ministro de Defensa abandera un mayor apoyo a Ucrania ante la agresión de Rusia, posición que no comparte un sector amplio de las bases y el liderazgo del partido.

Con Scholz y Pistorius, Alemania se ha situado como el segundo país, después de EE UU, que más ayuda a Ucrania. Pero el canciller se opone al envío de misiles de crucero alemanes y a que se use armamento made in Germany para atacar territorio ruso, en contra de la posición de los aliados en Washington, París y Londres. Y prevé hacer campaña con esta posición de equilibrio, que conecta con una buena parte del electorado.

La renuncia de Pistorius evita al partido una crisis interna que todavía habría complicado más sus opciones. Scholz confía en su talento para hacer campaña y su capacidad romper las expectativas, como hizo en 2021. O como hizo su antecesor, el también socialdemócrata Gerhard Schröder. En 2005 Schröder partía con una desventaja enorme en los sondeos y estuvo a punto de empatar con la vencedora, la democristiana Angela Merkel.

Pistorius, en su mensaje por vídeo, aseguró que él no ha tenido nada que ver con el debate sobre la candidatura del actual canciller, y que hará campaña por él. “Olaf Scholz”, afirmó, “representa el sentido común y la prudencia, y en tiempos de convulsiones globales y peligrosos ataques populistas a la democracia en todo el mundo, esto tiene un significado especial”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).
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