Una multitud se manifiesta en Roma para reivindicar el orgullo de ser europeo
Una iniciativa surgida de la sociedad civil llena con más de 50.000 personas la plaza del Popolo de la capital italiana: “Nuestros verdaderos enemigos somos nosotros mismos cuando olvidamos nuestra fortuna”

Una sorprendente manifestación de la sociedad civil se ha ido gestando en las últimas tres semanas en Italia, a raíz de un artículo de un columnista del diario La Repubblica, y ha desbordado este sábado la plaza del Popolo de Roma, con más de 50.000 personas, según los organizadores, para reivindicar el orgullo de ser europeo. Artistas, escritores, intelectuales, científicos, organizaciones, sindicatos, varios partidos y, sobre todo, decenas de alcaldes de todo signo político se han ido sumando a la iniciativa, que proponía salir a la calle con banderas de Europa, más allá de la afiliación política, con un simple lema: “Una plaza por Europa”.
Cientos de banderas azules de la Unión Europea, junto a otras de la paz y de Ucrania, han llenado la plaza, donde se han tenido que cortar los accesos porque no cabía más gente. Se habilitó una pantalla gigante en otro espacio cercano, que también se llenó, y hubo que cerrar la salida de la parada de metro más cercana, en Piazza di Spagna, por la excesiva afluencia de público. La media de edad de los asistentes ha sido alta. En el escenario instalado en la plaza han intervenido medio centenar de personalidades, como el escritor Antonio Scurati, el arquitecto Renzo Piano, el escritor francés Daniel Pennac. También los cantantes Roberto Vecchioni y Jovanotti; los escritores Dacia Maraini, Silvia Avallone, Maurizio De Giovanni y Gianrico Carofiglio. Ha sido un momento de comunión, casi un festival, con música, discursos, críticas, testimonios. Iba a durar dos horas, pero la escaleta empezó a saltar enseguida, se hizo de noche y miles de personas continuaban en la plaza, siguiendo la sucesión de personajes conocidos y queridos en Italia. Ha terminado poco antes de las siete de la tarde, después de cuatro horas.
Entre los invitados, dos españoles, el escritor Javier Cercas, que este sábado ha publicado un artículo en EL PAÍS apoyando la iniciativa y ha participado con un mensaje en vídeo, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Ha acudido en representación de otras ciudades europeas, invitado por su homólogo de Roma, pues mantienen amistad a través de una red de capitales que trabajan contra la crisis de la vivienda. “Ojalá Italia, como otras veces, sea un modelo para toda Europa”, ha dicho Javier Cercas en su mensaje, en italiano. “Es indispensable salir a la calle para decir al mundo cosas importantísimas. Que queremos ser europeos, que este es nuestro proyecto, que Europa también es nuestra patria. (...) Europa hoy no es un proyecto elitista, es un proyecto popular. Nosotros los europeos, queremos estar unidos, queremos una Europa unida. Este es el proyecto político más importante de nuestro siglo, verdaderamente revolucionario. Es nuestro proyecto. Así que, ¡avanti popolo!”
Uno de los momentos más simbólicos ha sido cuando más de medio centenar de alcaldes, de todas las grandes capitales italianas, y también de pequeños municipios, de diversos partidos, han subido al escenario: “Cada uno con sus propias ideas, pero todos con la bandera de Europa”, ha dicho el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. También han hablado refugiados y estudiantes en un acto que aspira a ser imitado en otras ciudades a partir de ahora y llegar a hacer posible una manifestación simultánea en toda Europa.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha hablado en italiano: “Europa no es una entidad abstracta, no es una burocracia lejana, Europa somos nosotros. ¡Ciudadanos de Europa, unámonos! ¡Visca Roma, visca Barcelona, viva Europa!”. Antes del acto, hablando con la prensa española, reflexionó: “En cien días han pasado más cosas que en los últimos 25 años. (…) Todos debemos hacer un esfuerzo por unirnos en el mínimo común denominador que nos une a los demócratas, ya seamos más progresistas, más conservadores o más liberales. La gran familia europeísta debe poner de relieve sus valores comunes, porque es lo que tendremos que defender en los próximos meses y años”. Collboni se mostró esperanzado de que en España pueda fraguarse una iniciativa similar.
La plaza del Popolo, “pueblo” en italiano, es una de las puertas históricas de entrada a Roma, a la idea de ciudadanía, a 20 metros de dos cuadros de Caravaggio, en una de las iglesias de la plaza, y el acto ha comenzado a las tres de la tarde con el Himno a la alegría, de Beethoven, interpretado por un cuarteto de cuerda. Ha abierto la ceremonia Michele Serra, el periodista que lanzó la idea con un artículo el pasado 21 de febrero, para dar una respuesta a las angustiosas noticias de estas semanas, a las decisiones de Donald Trump, a los ataques a los valores europeos. “Nuestros verdaderos enemigos somos nosotros mismos cuando olvidamos nuestra fortuna. Para quienes cruzan el Mediterráneo para venir aquí, y para quienes ondean esta bandera en el Este, Europa no es un concepto abstracto. Es la salvación”, ha dicho en su discurso.
En su artículo, Serra opinaba que salir a la calle en un momento de miedo y desorientación, tendría para los ciudadanos “un significado profundo y tranquilizador, y se sentirían menos solos y menos impotentes ante los acontecimientos”, además de constituir una señal a los políticos de que “también hay una identidad europea ‘desde abajo’”. Al recibir más de medio millar de mensajes al día siguiente, además de llamadas de personalidades de todo tipo, Serra pensó que había tocado un sentimiento difuso y latente. Luego se adhirió la principal formación de centro-izquierda, el Partido Democrático (PD), junto a otras de centro, de izquierda y verdes. Siguieron todos los sindicatos, colectivos y asociaciones de todo tipo. Las fuerzas del Gobierno, dirigido por la ultraderechista Giorgia Meloni, se han mantenido al margen. También el Movimiento 5 Estrellas (M5S), por considerar que, tras el plan de rearme aprobado por los Veintisiete, la manifestación debía rechazarlo y la consideraba demasiado ambigua.
“Algo no funciona si esto lo organiza un pringado como yo”
“Somos muchos porque somos pueblo. Pueblo es una palabra que en los últimos años se ha alejado de la democracia y de la amabilidad. Y en cambio es la más democrática de las palabras (…) En un mundo que parece estar en pedazos, una plaza que une a personas e ideas diferentes es un escándalo. Este escándalo tiene un nombre. Se llama democracia”, ha dicho Serra.
El periodista explicaba el jueves, en una conversación con medios extranjeros, entre ellos EL PAÍS, que ve “una necesidad desesperada de representación”. “Hay algo que no funciona si esto lo organiza un pringado como yo, que no funciona en la relación entre los partidos y los ciudadanos. La política no logra representar los sentimientos de los ciudadanos. Cuando era niño la política representaba también los sentimientos de las personas, hay que volver a eso”, reflexionó.
En la manifestación muchas personas llevaban en la mano el Manifiesto de Ventotene, documento fundacional de la UE, que fue escrito en 1941 por tres disidentes antifascistas encerrados por Mussolini en la isla de Ventotene, en la costa entre Roma y Nápoles. Y en el acto ha hablado, emocionándose en muchos momentos, una mujer de 85 años, Renata Colorni Spinelli, hija de uno de los autores del documento, Eugenio Colorni, asesinado en 1944 con 35 años, y que creció adoptada por otro de ellos, Altiero Spinelli. “Estoy aquí porque siento nostalgia de los ideales europeos que mis políticos ya no transmiten”, ha lamentado.
Serra se ha dirigido también a los políticos, presentes y no presentes: “Sois demasiado inteligentes. Por favor, intentad ser un poco más estúpidos, como la gente de esta plaza, que no ha hecho cálculos, que no sabe exactamente qué hacer, pero lo intenta hacer de todos modos. Por favor, intentad hablaros e incluso escucharos. Estamos aquí hoy porque nuestra soledad y nuestras esperanzas nos han impedido quedarnos en casa. Nos han empujado a salir y encontrarnos aquí. Juntos. Lo repito porque es la palabra más europea: juntos”.
También ha sido emotiva la intervención de una refugiada afgana, Rahel Saya: “Vosotros me habéis salvado, Europa me ha salvado (…) En esta plaza siento el peso de cada escuela cerrada, de cada libro prohibido”. Serra ha recordado que los cientos de miles de personas que llegan a Europa escapando de la guerra, de la opresión y del hambre, “lo hacen porque para ellos vivir en paz, vivir en libertad y tener el estómago lleno es una gran novedad”. “Y no se trata de una perezosa costumbre, como nos hemos resignado a creer los europeos, viciados por ochenta años de paz y libertad. ¡Movámonos, porque de lo contrario corremos el riesgo de creer que la única bandera que nos queda por ondear es la tarjeta de crédito!”, proclamó.
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