David Lammy, ministro de Exteriores del Reino Unido: “Estamos listos para firmar un acuerdo de defensa con la UE”
El canciller británico afirma en declaraciones a EL PAÍS su voluntad de cerrar también un pacto sobre Gibraltar, pero advierte de que “deberá preservar su soberanía y la autonomía de la base militar del Reino Unido”


Un viejo dicho estadounidense que hoy casi resulta anacrónico aconseja “que tus palabras sean siempre dulces y suaves, porque nunca sabes cuándo te las tendrás que tragar”. El ministro británico de Exteriores, David Lammy, que este lunes visita España para atender la reunión del G5+ (Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, España, Italia y la Comisión Europea), ha tenido que aprender la lección a toda velocidad. De llamar a Donald Trump un “tirano con tupé” ha pasado a intentar preservar a toda costa la “relación especial” de Londres con Washington en tiempos revueltos. Aunque definió el Brexit como una “tragedia nacional”, ahora le toca estrechar relaciones con la UE sin cruzar líneas rojas que puedan avivar los rescoldos del euroescepticismo. Y si bien definió algunas afirmaciones del viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, como “racismo de la vieja escuela”, últimamente alaba el modo en que Roma ha gestionado la inmigración irregular.
Lammy ha realizado a EL PAÍS declaraciones exclusivas, en las horas previas a su participación en un encuentro que persigue, desde la formación del grupo, una respuesta europea al desafío global que supone la Rusia de Vladímir Putin. Pero el canciller británico, al igual que su jefe, el primer ministro Keir Starmer, se cuida muy mucho de sacar de la ecuación a Estados Unidos. Londres no quiere ni oír hablar de un continente que se desentienda de Washington a la hora de buscar una solución para Ucrania. “Necesitamos incrementar la presión sobre los rusos, y eso es lo mismo que pretende Estados Unidos. Creo que Europa no había estado en mucho tiempo tan fuerte y unida, y ahora es el momento de reforzar la cooperación con nuestros socios para garantizar nuestra seguridad en los próximos años”, asegura.
Antes incluso de que el Partido Laborista se hiciera con el Gobierno del Reino Unido, Lammy expuso públicamente su intención de desarrollar lo que definió como un “progresismo realista”: la idea de que siempre es necesario responder al mundo tal y como es, y no como uno desearía que fuese. El entonces futuro ministro británico de Exteriores dejó claro que el primer paso para recuperar unas relaciones con la UE que el Brexit había deteriorado notablemente debía dirigirse a la búsqueda de una seguridad y defensa colectiva en Europa. La urgencia de Ucrania, y el modo en que la llegada de Trump dislocó el orden internacional de las últimas seis décadas, acrecentaba esa necesidad. Hoy Londres y Bruselas vuelven a hablar el mismo idioma.

“La seguridad de Europa es indivisible. El Reino Unido ya no es miembro de la UE, pero cuando se trata de preservar la seguridad de nuestro continente, Europa no se puede permitir ser menos que la suma de sus partes”, defiende Lammy. “Por eso trabajamos con nuestros socios europeos y con la OTAN para explorar todas las oportunidades de reforzar la coordinación entre nuestras capacidades militares, incluido el impulso de una mayor inversión del sector privado en defensa. Estamos listos para negociar un acuerdo de colaboración en seguridad y defensa con la UE”, anuncia el ministro británico.
Gibraltar y la base militar británica
El Gobierno laborista ha heredado un problema aún por resolver entre Londres, Madrid y Bruselas. Desde que el Brexit entró en vigor, en la medianoche del 31 de enero de 2020, se mantiene una situación de provisionalidad respecto al estatus de Gibraltar en la nueva era. Duras negociaciones en torno al aeropuerto, el control fronterizo o el paso de mercancías han retrasado un acuerdo definitivo. Y el nuevo escenario geopolítico, que resalta el valor estratégico del Peñón, ha añadido complejidad a las conversaciones. “Todas las partes coinciden en la importancia de concluir un acuerdo entre la UE y el Reino Unido. Celebro los avances realizados. Son negociaciones complejas, que llevan tiempo, pero estamos comprometidos a llegar cuanto antes a ese acuerdo”, explica Lammy. “Pero ya he dejado claro que solo firmaremos aquello que proteja la soberanía de Gibraltar y la autonomía de la base militar que tiene allí el Reino Unido. Y cualquier acuerdo deberá tener el respaldo pleno del Gobierno gibraltareño”, señala.
La defensa de Gaza
De todos los delicados equilibrios que Lammy ha tenido que mantener en su posición al frente de la política exterior del Reino Unido, ninguno ha sido más complejo que la respuesta del Gobierno británico a la ofensiva del ejército israelí sobre Gaza. El propio Starmer defendió con incomodidad el anuncio de su ministro de un embargo de armas a Israel. Y un portavoz de Downing Street llegó a corregir sus palabras en el Parlamento, cuando acusó al Gobierno de Benjamín Netanyahu de incumplir la legalidad internacional con su bloqueo a la llegada de ayuda humanitaria a Gaza.
“Yo no creo que Occidente se haya olvidado de Gaza. El Reino Unido, de modo muy estrecho con sus socios europeos, ha enviado el claro mensaje de que se opone a la reanudación de las hostilidades por parte de Israel. Queremos la recuperación urgente del alto el fuego. A nadie beneficia un mayor derramamiento de sangre. En los próximos días vamos a redoblar nuestros esfuerzos para restaurar ese alto el fuego, poner fin a la espiral de violencia y establecer una ruta creíble que conduzca hacia la solución de dos Estados [Israel y Palestina ]”, anuncia Lammy.
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