México expresa su preocupación por los opositores detenidos en Nicaragua
La cancillería ha pedido al régimen de Daniel Ortega que respete la “integridad y libertad” de los presos, incluyendo cuatro aspirantes a la presidencia y tres exguerrilleros sandinistas
El Gobierno de México se ha pronunciado hoy por primera vez sobre la crisis política que sufre Nicaragua. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha informado a través de su cuenta oficial de Twitter que el Ejecutivo que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha expresado al régimen de Daniel Ortega “su preocupación por la integridad y libertad” de los opositores detenidos en semanas recientes, que incluyen a cuatro aspirantes a la presidencia y tres exguerrilleros sandinistas, estos últimos capturados el domingo y acusados de “incitar a la injerencia extranjera, pedir intervenciones militares y organizarse para ejecutar actos de terrorismo”, según ha informado la policía nicaragüense.
“México ha seguido con preocupación las recientes acciones desplegadas por el Gobierno de Nicaragua”, ha informado la cancillería. “Dichas acciones derivaron en la detención de cuatro precandidatos presidenciales, ocho líderes opositores y tres excombatientes sandinistas, en el marco del proceso electoral que tendrá lugar el 7 de noviembre próximo en ese país. México, con estricto respeto a su política de no intervención y autodeterminación de los pueblos, ha hecho saber al Gobierno de Nicaragua su preocupación por la integridad y libertad de los detenidos”, ha agregado la institución en su comunicado.
El domingo fueron detenidos en Managua los exguerrilleros sandinistas Dora María Téllez, Victor Hugo Tinoco y Hugo Torres, excompañeros de armas de Ortega en la lucha contra la dictadura somocista, que gobernó en el país centroamericano durante 47 años. Fueron arrestados, según un comunicado de la Policía Nacional, “por haber realizado actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización”. Son cargos establecidos en la Ley 1055, aprobada por la Asamblea Nacional bajo control de Ortega y que ha sido denunciada por organizaciones de derechos humanos como un instrumento del régimen para acallar a los críticos y perseguir a la oposición. Además de las tres figuras del sandinismo apresadas, la policía nicaragüense también detuvo a las destacadas activistas Ana Margarita Vijil y Suyén Barahona, del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), organización creada en 1995 por el escritor Sergio Ramírez y que ha sido renombrada como Unamos.
Estas detenciones se suman a la de la principal aspirante a la presidencia por la oposición, Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996) y de Pedro Joaquín Chamorro, héroe nacional asesinado por la dictadura somocista. Cristiana Chamorro apenas había anunciado su interés de participar en el proceso electoral, cuando despertó grandes simpatías entre los nicaragüenses. Fue entonces cuando la maquinaria de justicia se ensañó contra ella, levantando un caso de lavado de dinero a través de su fundación —que lleva el nombre de su madre—, una organización que durante décadas apoyó al periodismo independiente. A ella le siguieron el exdiplomático Arturo Cruz, el académico Félix Maradiaga y el exviceministro de Hacienda Juan Sebastián Chamorro García. También han sido detenidos José Adán Aguerri, expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la activista Violeta Granera, José Pallais, uno de los juristas más lúcidos del país.
El posicionamiento de México se suma a los de otros gobiernos que han exigido la liberación de los opositores, entre ellos Estados Unidos, que ha impuesto sanciones a familiares y funcionarios cercanos a Ortega; España, que a través del jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, que ha pedido la libertad de los opositores y le ha dicho a Ortega que “juegue limpio” y garantice un proceso electoral libre y transparente en noviembre. Varios gobiernos centroamericanos, encabezados por Costa Rica, se han pronunciado en términos similares. “La única ruta viable y aceptable que hay es la liberación de los presos políticos. Esa es la única ruta aceptable desde un punto de vista de la comunidad internacional e incluso está en el mayor interés del pueblo nicaragüense”, ha afirmado el presidente costarricense Carlos Alvarado.
A pesar de su política de no intervención en asuntos internos de otros países, México ya ha jugado un papel importante en las crisis de Centroamérica. En 1979, después de escuchar los desmanes de Somoza de parte del presidente de Costa Rica, Rodrigo Carazo, el presidente mexicano, José López Portillo, tomó una decisión crucial: “En estos momentos estoy instruyendo al canciller Jorge Castañeda para que rompa relaciones con Nicaragua”. El anuncio de López Portillo, que consideraba la represión somocista como un “horrendo genocidio”, propició la caída de Somoza en Nicaragua.
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