Checo Pérez, el ‘ministro de Defensa’ de Red Bull, vuelve a la pista en el cambio de era de la Fórmula 1

El trofeo de campeón de Max Verstappen tiene impregnado también gotas del sudor de Checo Pérez. El piloto mexicano tuvo que subirse a la brava al Red Bull para intentar dominar el coche en tiempo récord. La obligación era, pasara lo que pasara, catapultar a su compañero para que ganara el Mundial de la Fórmula 1. El de Jalisco siguió las órdenes y cumplió.

Pérez, de 32 años, se ganó el respeto de toda la fábrica y la empresa de Milton Keynes. La capacidad para hacer lucir a su compañero es un tanto raro en la Fórmula 1, donde el primer rival a vencer es el colega de escudería. La madurez del mexicano ha encajado bien con la frenética juventud de Verstappen (24 años). Ningún otro compañero pudo convivir con la alta competitividad del holandés. Ni Daniel Ricciardo, ni Pierre Gasly ni Alexander Albon. El fin de la temporada pasada, en Abu Dabi, coronó el sacrificio del piloto latinoamericano cuando mantuvo a raya a Lewis Hamilton para que Verstappen pudiera alcanzarlo. Maniobras defensivas y milimétricas fueron cruciales para cortar el avance del británico. Los aficionados bautizaron a Pérez como el ministro de Defensa y en Red Bull lo han adoptado así. “Es increíblemente leal, es un jugador de equipo. Hemos acordado ciertos escenarios con él y luego los cumple sin renegar ni rebelarse ni cuestionar”, valoró Helmut Marko, el principal asesor de Red Bull.

El contrato de Checo Pérez vence este año. Su primera temporada con los del búfalo rojo fue positiva al finalizar como el cuarto mejor piloto, con una victoria en Bakú y otros cuatro podios (Francia, Turquía, Estados Unidos y México). También significó el mejor año para el mexicano. “Me siento más preparado porque ahora sé exactamente cómo funciona el equipo y la filosofía de Red Bull, así que eso marca la diferencia”, contó Pérez la semana previa al Gran Premio de Baréin. El mexicano se motiva con la idea de pelear por el campeonato del mundo. “Una vez que tu motivación disminuye, es hora de irse a casa porque también hay grandes cosas sin la Fórmula 1. Quiero permanecer al menos cinco años más”, contó a ESPN. En 2020, cuando le echaron de Racing Point (ahora Aston Martin), meditaba con la idea del retiro.

El 2022 es el año del cambio de era en la Fórmula 1. Han cambiado, sobre todo, las normativas para impulsar el departamento de aerodinámica. Ahora cuando un coche esté detrás de otro, el monoplaza mantendrá el 86% de la carga aerodinámica habitual, antes de este año solo era del 55%, por lo que habrá mayores batallas dentro de la pista. Cada equipo ha intentado diseñar su auto para lucir agresivos. El de la bebida energética ha mostrado lo suyo. Primero engañó a todos sus competidores al presentar una primera versión del monoplaza y ya en la pretemporada en Barcelona sacó del garaje el verdadero auto. El único parámetro será el inicio de la temporada para ver si pueden competir con los Mercedes y Ferrari.

“No somos los más rápidos en este momento, creo que Ferrari parece ser el más rápido. Quizás Red Bull y luego quizá nosotros”, contó el siete veces campeón de la F1, Lewis Hamilton. Esas declaraciones, sin embargo, sin vistas con recelo en el resto de la parrilla. El discurso de víctima no le ciñe a una de las mejores escuderías en la última década y que ahora tendrá como segundo conductor al británico George Russell.

“Ya tengo ganas de que empiece la temporada 2022, en la que sé que lo importante será ser constante durante todo el año. Y estoy listo para la pelea”, mencionó Pérez, cobijado por su país que le ha puesto en el pedestal de ídolo.

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